El mundo deportivo por sí solo genera una emoción muy grande, pero jugar dinero para acertar un resultado aumenta aún más el entusiasmo. Sin embargo, al mismo tiempo, perderlo puede llevar a una adicción, por lo que es importante reflexionar sobre esta tendencia que captura la atención de los jóvenes.
Por: Ciro Valenzuela
Nuestra sociedad siempre se ha caracterizado por buscar diversión, y una de ellas es el mundo de las predicciones deportivas. Este fenómeno ha ganado popularidad en los últimos años y ofrece a los aficionados la emoción de anticipar resultados y vivir los partidos de una manera más emocionante.
Las apuestas deportivas se realizan mayormente a plataformas en línea y aplicaciones móviles, lo que ha ampliado significativamente su alcance y accesibilidad, especialmente para los jóvenes. La comodidad de poder apostar desde cualquier lugar y en cualquier momento ha contribuido al crecimiento exponencial de esta industria.
Pero esta tendencia siempre se ha visto con muy malos ojos debido a los problemas de ludopatía que puede generar en las personas. Por ende, ¿realmente existe la noción de apostar por diversión? ¿O hasta qué punto este pasatiempo se convierte en una adicción?
Una droga que otorga dinero
Un informe de la Dirección General de Ordenación del Juego de España revela un aumento significativo en la participación de jóvenes de entre 18 y 25 años en apuestas en línea, con un incremento del 41%.
En relación a esto, Galia Coachella, psicóloga clínica y psicoterapeuta EMDR, opina que el creciente interés de la juventud se debe a su proximidad con la tecnología y la inmediatez de poder realizar apuestas desde sus teléfonos celulares.
Se debe recordar que años atrás, sin el gran avance tecnológico, se podía observar a una gran multitud de personas reuniéndose en casas de apuestas. Sin embargo, como menciona la especialista, con el advenimiento de la tecnología y la digitalización, este fenómeno ha evolucionado notablemente.
Sin embargo, detrás de la emoción del juego y las posibles ganancias, se esconde un oscuro fenómeno: la obsesión y la dependencia que puede desarrollarse en los jóvenes apostadores.
“El consumo excesivo y adictivo, reflejado en una persona que no puede pasar un día, una semana o cierto tiempo sin apostar, generando ansiedad, es una muestra de adicción”, menciona Galia. Además, relaciona este comportamiento con el mismo criterio comparativo que el de una adicción a las drogas.
Asimismo, esta conducta puede llevar a problemas financieros, conflictos familiares y a la pérdida de interés en otras actividades importantes. Por ello, es fundamental abordar este problema de manera integral. La educación sobre los riesgos asociados con las apuestas deportivas, es una medida esencial para prevenir la obsesión y la dependencia en los jóvenes.
El atractivo y terror de las apuestas
Existen muchos motivos fundamentales para explicar esta tendencia. Por un lado, está la búsqueda de ganancias adicionales y la posibilidad de obtenerlas de manera rápida. Por otro lado, está la emoción que puede generar simplemente el hecho de apostar mientras se ve un partido, un factor que incluso atrae a aquellos que no son aficionados al deporte.
Además, algo que también seduce a este grupo de apostadores es la creación de una comunidad, especialmente entre aquellos con intereses futbolísticos. De manera virtual, crean grupos donde comparten sus apuestas y se relacionan con otros entusiastas, lo que añade un elemento social a este emocionante mundo.
Pero también hay quienes lucran con estas comunidades, promocionando sus grupos de Telegram donde aseguran compartir las muy reconocidas “fijas”. En estos se afirma que a través de “especialistas” se pasan resultados que garantizan ganancias seguras. Algunos creen firmemente en estas afirmaciones y, en medio de la desesperación por haber dejado ir mucho dinero, pagan por unirse a estas agrupaciones con la esperanza de recuperar lo perdido. Sin embargo, también existen otros que desconfían de estas promesas y prefieren no participar, apostando únicamente por diversión y para probar su suerte.
Ante esto, es importante mencionar que se requiere un alto grado de autocontrol para involucrarse en este pasatiempo, ya que son pocas las personas que reconocen cuándo su suerte y capacidad de análisis están en declive y deciden detenerse por un tiempo. Sin embargo, hay otros a quienes les genera ansiedad y terminan perdiendo más de lo que intentan ganar.
Galia menciona, “a pesar de que en un inicio puede verse como un juego, en algún momento puede existir un quiebre, donde ya no se vuelve sano”. Por lo tanto, indica que si el apostador practica una buena moderación, debe tener claro cuándo detenerse. Sin embargo, recalca que bajo ninguna circunstancia existe la garantía de que no pueda convertirse en una adicción en el futuro.
En esa misma línea, la psicoterapeuta indica que quizás al ser jóvenes no sienten la pérdida monetaria, ya que aún dependen de sus padres. Por lo tanto, si pierden, todavía tendrán el respaldo económico de sus progenitores. Sin embargo, advierte que a medida que crecen y no controlan su ansiedad por apostar, sin depender de nadie, enfrentarían consecuencias muy graves. Ejemplifica esto con casos conocidos en los que las personas llegan a perder hasta sus casas por no saber detenerse.
La relación del fútbol peruano con las casas de apuestas
El papel de los medios de comunicación es super importante en este tema. Estos pueden influir en la percepción y la participación en las predicciones deportivas. La publicidad y la promoción de casas de apuestas en los medios pueden aumentar la exposición y normalizar esta actividad, especialmente entre los jóvenes. Por lo tanto, es crucial que los medios ejerzan cautela al promover esta tendencia y que se adhieran a prácticas éticas en su cobertura.
Pero la normativa al respecto no se toma demasiado en cuenta en nuestra sociedad. Un ejemplo claro es el nombre de nuestra liga nacional de fútbol, que se llama “Liga 1 Te Apuesto”. Además, clubes importantes como Universitario de Deportes y Alianza Lima tienen como sponsor a “Apuesta Total”, mientras que Sporting Cristal tiene un acuerdo de patrocinio con “Doradobet”. Esta tendencia se extiende a otros equipos, lo que sugiere una fuerte presencia y normalización de las apuestas deportivas en la industria del fútbol peruano.
“Es completamente contradictorio asociar el deporte con estas casas de predicciones, ya que la esencia del deporte es promover un estilo de vida saludable. Al vincular la actividad física con este pasatiempo centrado en el dinero, se pierde coherencia en la visión que se tiene del deporte”, critica Galia Coachella sobre esta alianza y el mal papel que juegan en nuestra sociedad.
También aclara que, aunque esta actividad lúdica esté relacionada con el deporte, no significa que sea menos peligrosa que cualquier otra problemática relacionada con la adicción.
Por ello, en medio del creciente auge de las apuestas deportivas entre los jóvenes, es crucial reconocer los riesgos asociados. Más allá de la emoción del juego y las posibles ganancias, la educación, la regulación adecuada y una mirada crítica hacia la normalización de esta práctica en el deporte son pasos fundamentales hacia un futuro en el que la diversión no se convierta en obsesión y la pasión por el deporte no se vea eclipsada por intereses monetarios.
