Dos especialistas en la materia nos dan luces para conocer los avances y las dificultades que nuestro país posee en un tema que aún no se discute cómo se merece.
Por: Paula Alpún y Nicol Chauca
Hace unas semanas, un nuevo intento de suicidio conmocionó a la población. En medio del mes de la prevención del suicidio y a solo unas semanas de la conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental, este evento resulta simbólico y destaca la necesidad apremiante de abordar correctamente esta problemática.
Radiografía a la salud mental en el Perú
En nuestro país la estadística resulta preocupante: de acuerdo con el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), el año pasado, 686 personas finalizaron su vida y 2307 lo intentaron. A pesar de tener una tasa de 4,2% —el índice más bajo de mortalidad en Latinoamérica—, el doctor y director de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa), Yuri Cutipé, advierte a este medio que la situación está en aumento.
El Minsa está tomando acciones para contrarrestar este problema. En conjunto con las direcciones regionales de salud, se realizan campañas comunicacionales a través de redes sociales y medios masivos para dar a conocer información al respecto, teléfonos de ayuda, signos de alerta y concientización.
El ministerio también ha mejorado el acceso a los servicios de salud mental. Hasta hace unos años, sólo se contaba con tres centros de salud mental comunitaria. Actualmente, son 249 y hay una cobertura a nivel nacional de 3400 establecimientos que cuentan con profesionales de psicología.
A pesar de los fuertes intentos, la nación enfrenta desafíos significativos en la promoción de la salud mental y prevención del suicidio. La falta de recursos y cobertura actúan como un obstáculo que no permite visualizar el final del túnel.
Para Fiorella Roa, subdirectora del Centro Peruano de Suicidología y Prevención del Suicidio Sentido, no hay suficientes centros para atender a toda la población. “Es muy difícil que tú le pidas a las personas atender su salud mental si no tienen lugares accesibles para poder hacerlo”.
No obstante, ella reconoce el acercamiento constante de la institución pública. Pero, considera que deben ser fortalecidos con recursos financieros y ampliar el personal capacitado.
El miedo y estigma también imposibilitan una visión clara en torno a la problemática. Pese a la importancia de aludir directamente del suicidio, todavía existe un temor en hablar explícitamente del suicidio.
De acuerdo con la suicidóloga, la población a menudo rechaza tocar aspectos del suicidio que no sea de prevención. Contradictoriamente, “derribar el estigma se vuelve un reto si hay resistencia por mencionar el suicidio”.
Traslado a lo virtual
En la actualidad, los debates en torno al suicidio han encontrado su espacio en el internet, especialmente en las redes sociales. Videos, fotografías, frases y pensamientos relacionados se comparten día a día.
Existen dos caras de la moneda. Por un lado, hay estudios que muestran el rol preventivo que pueden desempeñar las redes. Por el otro, tal como advierten ambos expertos, también pueden jugar un rol negativo al difundir información insensible. Debido a que, este tipo de contenido, impulsado por algoritmos, puede llegar a personas en situación de riesgo e impulsar comportamientos suicidas.
A pesar de la complejidad, la regulación de los medios televisivos y la prensa podría considerarse como un punto de partida para disminuir este catalizador. Tanto el director del Minsa como la subdirectora de Sentido destacan la importancia de implementar sanciones específicas por el tratamiento irresponsable y espectacularizado que expone a las víctimas y familiares.
Sin embargo, las redes sociales lideran la influencia mediática, por lo que resulta crucial educar tanto a la población en general como a los profesionales de los medios para un uso adecuado de estos canales de comunicación. “Sabemos que las redes sociales no son manejadas por profesionales necesariamente, sino por la gente que toma iniciativa”, afirmó Cutipé.
Por ello, es fundamental educarnos, para así no callar. Para la especialista en suicidios, poder dejar los tabúes y comunicarnos a través del respeto y empatía es sustancial. “Es importante que las personas interactúen con la información, siempre proporcionando líneas de ayuda y recursos”.
Mientras más accesible sea la información, se podrán prevenir más casos. “La prevención no solamente lo hacen los profesionales de salud mental, en el consultorio, la prevención se hace en el día a día”, agrega la profesional.
“La prevención se hace en el día a día” —Fiorella Roa, subdirectora de la organización para la prevención del suicidio, Sentido.
El poder de la pregunta
La subdirectora considera que debemos prestar especial atención a aquellas personas que están pasando por cambios grandes e importantes en sus vidas. Experiencias dolorosas de sufrimiento profundo o traumáticas pueden detonar estos pensamientos. Un aumento en la agitación emocional o, por el contrario, un aplanamiento emocional de la persona generado por la pérdida de seres queridos son señal de alerta.
Si bien, no todas las personas que atraviesen estas circunstancias considerarán esta salida, Fiorella recomienda observar la combinación de indicadores. Las intenciones extrañas de finalizar cosas, trastornos psicológicos y predisposición genética son también otro tipo de indicios.
Si te enfrentas a la posibilidad de que un ser querido esté considerando acabar con su vida, algunas recomendaciones guiadas por la especialista son:
- Crea espacios seguros en los cuales se pueda discutir el tema abiertamente.
- Ayuda a la persona a regular sus emociones. Muchas veces los pensamientos suicidas aparecen en momentos de impulso ante una situación complicada. Puedes recurrir a estrategias de mindfulness o ejercicio intenso. Enfocarse en las sensaciones como temperaturas, movimientos o sonidos son útiles.
- Procura llevar contigo mentas o un perfume para redireccionar la atención.
- Pasado el episodio intenso, acompaña a la persona a solucionar el problema o lidiar con la situación.
Un nuevo amanecer
Entre los escombros se logra visualizar los primeros rayos de luz del final del túnel. Existe un especial compromiso con ampliar los servicios de salud mental a nivel nacional, para cubrir con servicios de salud mental a las 65 provincias faltantes.
Asimismo, el director de Salud Mental del Minsa, sostiene que se busca tener una política multisectorial de salud mental. En articulación con los otros ministerios, se podrá realizar un abordaje en 360 grados a la salud mental para la población.
Recordemos que el suicidio es un problema multicausal que concierne a todos. Es esencial que el Estado responda, pero también que nosotros, como sociedad civil, nos organicemos para contribuir en el cuidado mutuo, puesto que los números de mortalidad por suicidio son un reflejo de nuestro desarrollo adecuado como sociedad.
