Un partido sin fin contra el acoso

Un beso no consensuado por parte de Luis Rubiales hacia una campeona mundial desató polémicas que se han trasladado a la esfera peruana. Lo que puso en evidencia el acoso en el ámbito deportivo y las escasas regularizaciones que amparan a las futbolistas. A esta discusión debemos sumarle una variable más: qué hacer para revertir el problema.

Por: Nicol Chauca y Nicole Vilca

Las últimas semanas han sido cruciales para el fútbol femenino profesional. Se ha definido a las campeonas de un mundial y las ganadoras de la Liga Femenina peruana. Sin embargo, estos momentos que debieron ser sinónimo de alegría y orgullo se vieron eclipsados por acciones inapropiadas de los directivos. 

En España, Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, protagonizó un escandaloso momento al darle un beso a la campeona mundial Jennifer Hermoso sin su consentimiento. Diversas fotografías y videos se viralizaron y suscitaron un debate en la opinión pública sobre el consentimiento sexual, machismo y abuso de poder. El resultado fue la suspensión temporal de Rubiales durante 90 días por la FIFA y en un proceso sancionador iniciado por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), el cual no parece tener un fin cercano. 

En Perú, la realidad no es muy lejana. En lo que van de estos últimos tres años, se han reportado múltiples denuncias de acoso y abuso hacia las deportistas de la Federación  Peruana de Fútbol. Por ejemplo, en la final de la Liga Femenina FPF del sábado pasado, las jugadoras de Alianza Lima mostraron su apoyo y exigieron justicia por Jennifer Hermoso y el Atlético de Trujillo —dos últimos casos de este año que esperan la resolución de sus federaciones—.

Las blanquiazules usaron brazaletes en ambos brazos en los dos últimos partidos de la Liga de Fútbol Femenino que se debutaron la semana pasada. No obstante, no son las únicas personas que se han pronunciado ante la coyuntura. Miembros del equipo juvenil de Universitario de Deportes también criticaron las acciones del directivo. Y, ante los hechos, surgen dudas sobre la seguridad y  el respaldo hacia las futbolistas en el contexto peruano, ¿realmente el fútbol femenino está libre de la violencia de género? 

CASOS QUE EXIGEN ATENCIÓN

El 2021 fue un año cargado de valientes denuncias sobre abuso sexual en el deporte femenino. Tanto alrededor del mundo como en nuestro país. En el Perú, en marzo de aquel año, se conoció la lamentable noticia que enfrentaban las jugadoras del Club Real Apurímac. Se trataba de una denuncia contra el entrenador Everson Inca Paullo por abuso sexual y tocamientos indebidos a deportistas menores de edad que datan del 2020 y 2021. Según los testimonios, las deportistas fueron obligadas bajo la amenaza de no ser consideradas en la Liga Femenina. 

Actualmente, dicho entrenador cumple prisión preventiva, Mariela Drago, gerente general de la organización Ligas Femeninas F7, considera que la federación no quiso asumir la responsabilidad del problema dado que retiraron al Club Real Apurímac un día antes del inicio de la Liga “[la Federación] deslindó, (…) no hubo una intervención por parte de la federación, o al menos no se conoce”. Las sanciones y los resultados en este caso fueron gracias al manejo del Estado.  

Pero dicho caso no fue el único. Tiempo después se conocieron las acusaciones de las jugadoras de Alianza Lima, Adriana Lúcar y Myriam Tristán, hacia el técnico de la selección femenina Doriva Bueno por sus comportamientos no éticos. Ante el hecho, la Federación Peruana de Fútbol (FPF) inició una investigación que duró poco tiempo. Al final, se emitió un comunicado donde se indicó la desvinculación con el técnico por “mutuo acuerdo”, lo cual no implicó ninguna sanción hacia él.

En el 2022, otra denuncia cayó en las acciones del técnico de Universitario de Deportes, Juan Pablo Durand, quien negó haber cometido algún delito contra menores de edad, pero admitió ser “coqueto” en su forma de actuar. El desafortunado evento provocó la salida de Cindy Novoa del equipo crema. A pesar de la existencia de chats del técnico con una menor de edad y declaraciones de otros directivos afirmando las acusaciones, la administración anterior del club crema ya había archivado el caso.  

Este año no ha sido diferente. Lourdes Merino, exjefa del equipo Club Atlético de Trujillo, denunció casos de acoso hacia seis deportistas dentro de la agrupación por parte del gerente deportivo José Valdivia. Si bien hay una denuncia fiscal, solicitó apoyo de la FPF dado que el club no permite la salida de las futbolistas. Tanto los dirigentes del Atlético de Trujillo como la Federación no han emitido resoluciones antes las peticiones y presentación de pruebas lo cual llevó a Lourdes Merino a tomar la decisión de retirarse de la organización.

Para Mariela Drago, en la mayoría de casos los resultados de las resoluciones son desconocidos. “La FPF ha indicado públicamente la apertura de investigaciones pero no se conocen qué ocurre después ”, advierte. 

Según Thalia Simich, abogada y directora de alianzas y sostenibilidad de la fundación Deporte en Igualdad, la poca transparencia y visibilización de los casos por parte de la Federación está relacionado a la estructura y roles poco delimitados que permiten las sanciones en el aspecto administrativo. Todo esto genera inseguridad en la deportista peruana y afecta al desarrollo del fútbol profesional femenino. Además, en palabras de la abogada, “los índices de denuncia se vuelven menores por temores a represalias, las personas interesadas se retiran, y el rendimiento de las futbolistas se ve afectado”.

PROTOCOLOS FANTASMAS 

Pero, ¿cómo se regulan los casos de acoso en nuestro país? La ley Nº 30727 titulada “Ley de fortalecimiento de la Federación Deportiva Nacional Peruana de Fútbol” señala que la FPF “goza de plena autonomía e independencia en materia deportiva, administrativa, económica, financiera, organizacional y de solución de controversias en los asuntos de su competencia, conforme a los estatutos, reglamentos y decisiones de la FIFA y de la CONMEBOL”. A diferencia de las demás disciplinas deportivas, el fútbol peruano se rige por la normativa de la FIFA; sin embargo, según Thalia Simich, en esta institución no se regulaban ningún aspecto en los casos de hostigamiento sexual, acoso, o violencia sexual. Y esto es ocasionado, continúa, debido a que “el momento en el que se diseñó la Federación Peruana de Fútbol no se tenía presente una situación entre un entrenador, un presidente de la Federación y una jugadora, porque el fútbol es un deporte que se concibe principalmente para hombres”. 

La Federación Peruana de Fútbol en el Código de Ética (inciso 3.6) prohíbe el acoso sexual y lo define como “un comportamiento improcedente que no haya sido solicitado o al que no se haya dado lugar”.  Sin embargo, en el Reglamento Único de Justicia no se establece ningún tipo de protocolo específico para solucionar los casos de acoso, ya que dentro de este reglamento solo se regula la incitación a la hostilidad o a la violencia (artículo 65), pero esto en referencia al desorden público y no al acoso sexual. 

De la misma manera, en la legislación peruana existe la Ley de Prevención y Sanción del Hostigamiento Sexual, ley que busca prevenir y sancionar el hostigamiento dentro de las relaciones de autoridad o dependencia de cualquier forma jurídica, pero esta no es explícita con respecto al ámbito deportivo creando así un vacío legal dentro de la normativa.  Simich, además, advierte que “en la Ley del Deporte y su reglamento tampoco se habla de manera expresa sobre el acoso sexual, ni de la violencia física o la violencia sexual como una falta o como un delito, por lo que, de nuevo, estamos ante un vacío que no está regulado”. 

UN PROBLEMA DE RAÍZ

La falta de regulación y de protocolos en estas situaciones, tanto en el ámbito nacional (FPF) como en el internacional (FIFA), se debe a que el fútbol jugado por mujeres no se pensó en los inicios de la disciplina. Durante la Primera Guerra Mundial, los hombres calificados para participar en los partidos de fútbol tuvieron que ir a la guerra y las mujeres no solo los reemplazaron en sus trabajos, sino también en la cancha. No obstante, con el final de la guerra, también se asomaba el regreso de las mujeres a las actividades domésticas. Así, el 5 de diciembre de 1921 la Asociación de Fútbol de Inglaterra prohibió el fútbol femenino en su país bajo la justificación de que era “poco apropiado para las mujeres”.

El fútbol femenino está en crecimiento, pero es muy joven con respecto al masculino. Por eso, Simich afirma que “debido a que por mucho tiempo la participación de las mujeres en el fútbol de alto rendimiento no se ha considerado en el deporte y también porque se consideraba que esto no sucedía entre hombres, la creación de regulaciones y protocolos para situaciones de acoso no fueron prioritarias. Además, cuando se concibieron los estatutos de la Federación había una escasa presencia de mujeres, no solamente como deportistas, sino también en los puestos de poder que las habiliten en la toma de decisiones”. 

EL LARGO CAMINO A SEGUIR

Aún queda mucho camino por recorrer para construir una normativa que proteja a los deportistas y a los demás integrantes de las instituciones deportivas. Y el ejemplo del progreso no está muy lejano. El Gobierno de Chile obligó a sus instituciones deportivas que se estableciera un protoco general para prevención y sanción de las conductas de acoso sexual, abuso sexual, discriminación y maltrato mediante el decreto supremo N° 22. Pero, ¿cómo se puede mejorar la seguridad en el deporte de nuestro país? 

De acuerdo con Thalia Simich, la Federación Peruana de Fútbol debería evaluar qué medidas debe tomar la FIFA y la propia Federación, y así proponer medidas que ayudarán a agilizar los procesos legales y administrativos que envuelven a un caso de acoso. Además, la creación de una entidad autónoma a la Federación ayudaría a regular las conductas vulneratorias en el fútbol peruano. Como explica Simich, la FPF tiene su propia regulación, porque es una burbuja autónoma, a diferencia de los demás deportes que son regulados por el Consejo Superior de Justicia Deportiva y Honores del Deporte (CSJDHD), organismo autónomo del IPD, ocasionando que se generen vacíos legales en la regulación de estos casos, porque la FPF no está estandarizada a lo que dicta la FIFA. Y, por último, actualizar la Ley del Deporte. Como advierte Thalia Simich, la Ley del Deporte en nuestro país no tipifica situaciones de acoso. Por lo tanto, se debe investigar y mejorar esta ley, ya que no hay una norma que regule estos casos, dificultando así el proceso de denuncia. 

La falta de protocolos genera una oportunidad para que las autoridades competentes comiencen a implementar medidas adecuadas a la realidad peruana actual que demuestren su compromiso con la seguridad de cada integrante de, no solamente, los clubes peruanos de fútbol, sino también de las demás disciplinas. Si bien la existencia de sanciones y protocolos no garantiza que el acoso dentro de los espacios deportivos cese, sí genera la sensación de seguridad por parte de aquellos que lo conforman.  

Male Enhancement Pills Best Male Pills 2022 Male Pills Sexual Enhancement Pills best Sex Pills For Men Penis Enlargement pills Top Male Enhancement Pills Sexual Pills