Día del Libro: Cuentos que no pasan de moda

En la actualidad, los relatos escritos y orales están siendo desplazados por la inmediatez y sobreestimulación de las pantallas. Sin embargo, existen asociaciones de cuentacuentos que siguen divulgando el amor por las historias a niños y adultos.

Por Eduardo Vidal Chávez

En el “Paraíso de los libros”, los pasillos te retienen con voz propia y las galerías te dan la bienvenida con saludos y diversos catálogos en mano. “¡Plan Lector!, ¡Plan Lector!”, exclaman vendedores de la Feria de libros Amazonas –la librería popular más importante del Perú, situada en la cuadra 4 del jirón homónimo en el Centro Histórico de Lima–, sonriéndote con su lista de obras destinadas a aquellos padres de familia que buscan conseguir los libros de primera o segunda mano. 

Al ingreso de la feria, a la mano izquierda, la Sala de lectura “Mario Vargas Llosa” alberga, durante los sábados, los corazones de niños, jóvenes y adultos que buscan asiento para presenciar las historias de los maravillosos cuentacuentos. 

“Caminantes de cuentos”

Son las 11:30 de la mañana y la función está por comenzar. Los niños sostienen maleables hojas de papel de la terminada sesión de origami. Uno de los encargados exclama que se avecinan los adorados señores.

–¡¿Cuentacuentos?!– grita un niño emocionado a su madre.

Hace diez años, tres narradores orales fundaron el espacio de oralidad “Caminadores de cuentos”. Su lugar predilecto, la Biblioteca “Mario Vargas Llosa” en la feria. A partir del 2021, la asociación cultural está conformada por Maritta Carrión, Ángel Barros y Kety Luna, quienes se preparan para crear mundos en tan solo dos horas.

–¡Bienvenidos a todos! Disfruten los cuentos, mitos y leyendas–avisa Kety.

Cuentos en la sección infantil de la Biblioteca “Mario Vargas Llosa”.

Dos niños vestidos de rojo se sientan impacientes en la última fila de asientos y revisan los manuales de tangram de la actividad anterior. Los asientos comienzan a ocuparse mientras un gato gris de patas blancas ronda en el lugar encargándose de la seguridad.

Maritta prueba su micrófono antes de una introducción sin tapujos. “Todos los libros y autores no son del gusto de todos. Y eso está bien”, menciona. De hecho, a ella no le agradan las obras de Mario Vargas Llosa.

La sesión comienza con el cuento de un oso que adoraba el pan. Tras ese calentamiento, enturbia agraciadamente el ambiente con el relato de la sirena en busca de su difunto amado. Algunos niños permanecen atentos, mientras otros se mantienen ansiosos e hiperactivos buscando otro estímulo adicional a su alrededor. Cada cierto momento, otro pequeño se pone de pie para dar una vuelta sobre su asiento.

Ángel Barros narrando el cuento “El lobo sentimental”.

Llega el turno de Kety. Muchos niños, constantemente, la interrumpen con preguntas y vaticinios sobre el final del cuento. “¿Qué ocurre después? ¡¿Qué pasará?! ¿Eso es verdad?”, exclaman los pequeños. Mateo, de 9 años, alza la mano inocentemente para afirmar que él ya había leído el relato, pero soltó una respuesta incorrecta. “¡Ya ves! No la leíste”, contesta con gracia la relatora.

–¿Existen los cocodrilos de la historia?–pregunta una niña con inocencia.

–¡Pero a ellos les da miedo el agua! –exclama Felipe, de 7 años.

–No… De hecho, les gusta mucho el agua– responde Kety mientras la madre de Felipe intenta controlarlo para frenar sus interrupciones. En realidad, sin la participación de los pequeños no habría más relatos.

Más adelante, los cuentacuentos anuncian un sorteo de cuentos y los impacientes ,pero emocionados niños, adquieren sus rifas para participar. La disputa es reñida, algunos salen victoriosos, otras veces son los jóvenes quienes reciben el premio. Sin embargo, los “caseritos” –hijos de libreros o ambulantes que asisten religiosamente sin excepción todos los sábados– todavía no ganaban, por lo que cada anuncio del número ganador conlleva a un estallido de pueriles gritos de felicidad. Al final del sorteo, emerge la sonrisa de una niña que se había mantenido discreta con su muñeca de trenzas en brazos. Se pone de pie y recoge su obra, mientras los demás entablan un coro de chiquilladas.

“El corazón de esta iniciativa es el latir del público, vivir la cultura, sembrar en niños, jóvenes y adultos un recuerdo que en el futuro los impulse a consumir, realizar y gestionar la cultura”, nos apunta Kety, quien los invita a sumarse y participar como cuentacuentos. Asimismo, convoca a estos niños a prepararse para este emocionante reto.

Los tres relatores son artistas desde muy pequeños. Maritta y Ángel se formaron en la Escuela Nacional de Arte Dramático. Kety, por su parte, es docente y creadora del espacio ‘Kunaymana Cultura’. “Creemos que los cuentos son para todos. No subestimamos la capacidad del público infantil para involucrarse, conmoverse y tener juicio crítico de lo que escuchan”, señala. 

Carlos Torres es otro de los relatores que visita esporádicamente la Sala de lectura. Para él, el cuentacuentos no narra para el otro, narra con el otro. Hace un tiempo, contó una historia sobre el ajedrez. Al terminar, un especialista en narración se acercó y le indicó que el cuento era bueno, pero excesivamente largo. “Yo cortaría la parte del rey que habla de su hijo muerto”, apuntaba el experto. 

Carlos lo estaba analizando mientras se despedía. Sin embargo, una señora lo acompañó y confío en él para una sincera confesión. “Quedé impactada con el rey y la muerte de su hijo. Yo he perdido a mi hija. Creía tener resuelta mi vida y de repente ya no está más conmigo. Estoy desolada y regresé a mi país, realmente me hiciste pensar”, le reveló.

“Las anécdotas, las tristezas, las alegrías y las esperanzas de ellos han sido la principal motivación de nosotros, los cuentacuentos, para seguir de pie”, agrega Kety.

Kety Luna anunciando el ganador del último cuento.

A partir de hoy, la Feria Amazonas dará lugar a distintas actividades durante la semana en el marco del Día del Libro. Desde narraciones, espectáculos de títeres, hasta regalos de diversas obras.

¿Y la lectura?

David, de siete años, intenta leer un texto escolar en medio de su clase de comunicación. A pesar de que su mirada intenta perseguir las deslizantes oraciones, regresa al mismo punto inicial una y otra vez. Transcurridos minutos, el alumno no pudo terminar de leer el párrafo, y su mente divaga extrañando algo que en verdad lo estimule. “En el Perú, casi un 70% de la población no logra comprender íntegramente lo que lee”, detalla Silvanna Calderón, docente especializada en educación y dificultades de aprendizaje.

Silvanna, en su experiencia como profesora en la Pontificia Universidad Católica del Perú, ha comprobado, con cercanía, esta diferencia entre alumnos de generaciones pasadas con las actuales. La capacidad de lectura, la síntesis, y la resistencia a textos extensos son las principales dificultades que ella contempla de sus alumnos. “Creo que la generación ha venido cambiando, y esto tiene que ver con la inmediatez”, considera ella. 

Al igual que David, otros niños son reacios a leer o consumir relatos que no son presentados en videos de corta duración. El narrador Carlos Torres considera a la oralidad como un medio que también está perdiendo espacio ante el gigante peso de lo audiovisual.

“¡Cuántos libros, Dios, y que poco tiempo y a veces qué pocas ganas de leerlos!” (Julio Ramón Ribeyro, Prosas apátridas), enmarca Daniel Rodríguez Bellido, literato especializado en políticas editoriales y gestión cultural, en su investigación más reciente sobre las prácticas educativas en el país para la promoción de la lectura. En esta, el especialista sostiene que el plan lector es una política valiosa pero insuficiente porque hay una cantidad insuficiente de textos para cada contexto.

De acuerdo a testimonios, el curso de plan lector en los colegios nunca terminaba por integrar a todos los alumnos al hábito de lectura. Mientras unos llegaban a obtenerlo gracias a literatura juvenil de sagas populares o plataformas online, otros simplemente nunca lo adquirieron y confiesan nunca haber terminado las obras del curso.

La cuentacuentos Maritta, antes de la actividad, les recuerda a los señores algo importante. “Si tus hijos no te miran leer, jamás lo van a hacer”, señala. “Como padre, leer cuentos a los niños durante la noche incentiva un poco el hábito lector. Por otro lado, si el menor observa en casa que sus mayores no se dedican jamás a la lectura, pues es algo que puede influir”, señala Luisa Cañas, docente especializada en psicopedagogía.

Distintas asociaciones culturales como “Caminadores de cuentos” divulgan el amor por los libros y relatos. “Un teatro de barrio, un cuentacuentos, una abuelita con miles de historias terminaron por inculcar la narración en nuestra vida. Como ellos, también esperamos encender esa luz en niños y adultos que nos escuchan para que las historias nunca terminen”, concluye la relatora Kety Luna.

Male Enhancement Pills Best Male Pills 2022 Male Pills Sexual Enhancement Pills best Sex Pills For Men Penis Enlargement pills Top Male Enhancement Pills Sexual Pills