A nada de conmemorar los 200 años de independencia del Perú, Nexos conversó con Luis Martín Bogdanovich, gerente de ProLima, sobre su trabajo que busca recuperar el corazón de la emblemática Ciudad de los Reyes, indagando en algunas de las obras por reestrenar este 28 de julio.
“No hay otra obra tan ambiciosa, tan detallada y tan sistemática en todo el Perú”, señala el arquitecto Luis Martín Bogdanovich. El gerente de ProLima, órgano municipal que tiene como finalidad promover la recuperación del Centro Histórico de la capital, explica a detalle la consistencia del gran Plan Maestro, aprobado hace menos de dos años, en diciembre del 2019. “Es muy completo, pues no solamente aborda los temas propios de la conservación del patrimonio, sino que es un plan de desarrollo urbano con una visión muy holística y universal”, explica para Nexos.
El centro de la capital peruana fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 1972, y posteriormente inscrito en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1991. El líder del proyecto, programado hacia el 2029 y con visión al 2035, señala que al tener las categorías de patrimonio frente a entidades importantes, deben cumplir con los requisitos y recomendaciones que estas brindan. Esto va desde asegurar la conservación de monumentos importantes hasta usar determinadas gamas de colores y materiales que correspondan a las piezas originales. “Buscamos recuperar el valor universal excepcional y el paisaje urbano histórico”, señala Bogdanovich.
Sombras tenebrosas
La pandemia no solo tomó al equipo de ProLima – al igual que al resto del mundo – de sorpresa, sino que, encima, en una etapa determinante para encaminar el proyecto. “El encierro nos agarró en pleno inicio de la implementación del Plan Maestro, y si bien tuvimos que hacer muchos esfuerzos adicionales para aprender esta nueva manera de trabajar, todo siguió avanzando con mucha eficiencia, siempre tratando de sacarle provecho a las circunstancias”, cuenta el arquitecto.
Fue así como optimizaron el tiempo y aprovecharon en trabajar los expedientes técnicos que luego deberían presentar al Ministerio de Cultura para su aprobación. Gracias a este último avance, ProLima ha logrado iniciar el proyecto de esculturas públicas, que consiste en recuperar 100 monumentos recientemente declarados patrimonio de la nación. “Ya vamos restaurando cerca de 25, y hay otras 25 más trabajándose en este momento. Lamentablemente no se han podido entregar a la población por la coyuntura política. Estamos esperando a que las cosas puedan calmarse un poco para poder revelarlas”, comenta Bodganovich.
Muchas de las obras ya trabajadas están todavía tapadas y serán exhibidas como parte de la celebración de los 200 años de independencia a partir del 28 de julio. Para Luis Martín, sin embargo, no hay un solo monumento que conmemora el Bicentenario: todo lo que implica el Plan Maestro del Centro Histórico de Lima es el homenaje y legado que su equipo le deja al Perú. “Todo lo que hacemos tiene una conexión casi espiritual con el Bicentenario, no hay otra obra de tal magnitud”, señala con emoción. Entre los monumentos que se pueden destacar para la celebración de estas Fiestas Patrias se encuentra la estatua de don José de San Martín totalmente recuperada. “Se habían hecho intervenciones antes, pero nunca una tan sesuda y científica como la que se ha hecho ahora, que ha logrado recuperar todas las superficies originales de la obra”, cuenta Bogdanovich.
Otra gran restauración que se inauguró poco antes del 28 de julio fue la pileta de la Plaza Mayor de Lima. Se trata de un minucioso trabajo que inició en mayo de este año y consistió en la liberación de las capas de recubrimiento de pintura en la superficie de bronce, así como el retiro de cerca de 30 cm de cemento que cubrían parte del pedestal de la fuente. En la misma plaza también se lucirán los renovados balcones de los edificios colindantes, los cuales han vuelto a cobrar la belleza de su madera natural. “Todo constituye parte de una tarea titánica. El Centro empezó su deterioro hace aproximadamente 80 años, no lo podemos recuperar en 4 o 5 años. Va a requerir del apoyo de todos, no solo de la Municipalidad o del Estado en su conjunto. También de los ciudadanos”, precisa el arquitecto.
La ciudad del futuro
Luis Martín Bogdanovich ha señalado numerosas veces que su objetivo es recuperar la ciudad ‘para los ciudadanos’. Esto implica pensar en algunas de las demandas recientes para lograr una convivencia más responsable y sostenible. “Dentro del plan hay un capítulo de movilidad urbana, y en este hacemos énfasis en el peatón”, señala el gerente de ProLima. En ese sentido, el exceso de circulación vehicular es algo en lo que ya se está trabajando: en lo que va del Plan Maestro, la municipalidad ha logrado peatonalizar 41 cuadras del Centro Histórico. “En este último año hemos superado lo que se hizo en los últimos 40. Eso es una prueba muy potente de que tenemos un plan, porque sin eso no existiría el soporte normativo que permita una acción tan drástica”, agrega.
Pero, ¿cuál es el problema con los autos? En líneas generales, el arquitecto explica que los centros históricos antiguos, como el de Lima, no están hechos para carros, pues estos no solo generan problemas de contaminación, sino también de conservación. “Pasas por una casa pintada hace 3 meses en el Jirón Junín, a 100 metros de distancia, y parece que no la hubieran pintado en 3 años”, agrega. Esto no solo impacta en el bolsillo del propietario, sino también en la apariencia de la ciudad, lo cual finalmente repercute en la sensación de inseguridad de los ciudadanos y los turistas. “También queremos que sea un atractivo generador de divisas, por eso es tan positivo el impacto de la peatonalización”, apunta Luis Martín.
A todo ello también se le añaden otras refacciones, como el instalamiento de iluminación, la recuperación de plazuelas, la arborización, señalización turística, restauración de iglesias, de fachadas, de casonas y un sinfín de trabajos que la municipalidad viene realizando sin parar hace varios meses. “Todo ello, por supuesto, requiere de la intervención de la inversión privada, que es indispensable para hacer sostenible la inversión pública y también para recuperar de manera integral el Centro. Porque nuestra intervención como Estado se queda en la puerta”, comenta Bogdanovich. Muchas casonas o infraestructuras antiguas pueden ser recuperadas por fuera, pero la parte interior también necesita modificaciones para poder ser un espacio vivible. Es ahí donde ellos requieren del apoyo de entidades privadas, como constructoras.
Polémicas modernas
En el último año, tras la revelación de actos ahora considerados inmorales – como la posesión de esclavos – por parte de figuras históricas, diversos colectivos han empezado a solicitar la demolición de monumentos conmemorativos. En algunas partes de Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá se ha visto que estas demandas han cobrado vida y han terminado con multitudes derribando con sogas y demás implementos las estatuas de quienes no consideran más sus héroes. En el caso del Perú, en un momento se intentó conseguir la petición de que la estatua de Cristóbal Colón fuera removida del Centro de Lima por razones similares. “Uno no debe juzgar a personajes históricos desde nuestro tiempo únicamente”, señala Bogdanovich frente a esta peculiar polémica. “Te sorprendería que muchos héroes de la Guerra del Pacífico también tuvieron esclavos, y no por eso son menos venerables. Hay que tener mucho cuidado con esas interpretaciones que se hacen de la historia, con una visión muy reduccionista”, señala.
En cuanto a la relevancia que tiene el cambio de gobierno en su trabajo, el gerente de ProLima explica que ellos tienen una serie de factores que aseguran que su trabajo continuará, independientemente de quiénes sean las autoridades gubernamentales. “Esperemos que en el futuro, las buenas cosas que se están haciendo continúen, porque como digo, la labor de recuperación del Centro Histórico va a tomar muchos años”, señala. Finalmente, Bogdanovich extiende una invitación a toda la ciudadanía para que sea partícipe de este Plan Maestro. “No existe posibilidad de recuperarlo de manera unilateral desde el Estado. La recuperación pasa por todos, desde donde estamos: Informándonos, visitando el Centro, consumiendo en el Centro, cuidándolo de la basura. Hay que generar un sentido de afecto, de pertenencia”, insiste con afecto. El espacio público es, finalmente, de todos.
