A raíz de la muerte de la reina Isabel II, quien llegó hasta los 96 años, más de uno quiere saber el secreto para tener una vida sana y próspera. ¿Será la genética, una buena alimentación, excelente actividad física o simplemente cuestión de suerte?
Por: Josué Quispe
Tras la llegada de la COVID-19, muchas personas alrededor del mundo tuvieron que cambiar ciertos hábitos que realizaban con la finalidad de cuidarse y que el virus no los agarre con las defensas bajas. Los tiempos de cuarentena y la gran cantidad de fallecidos a causa del coronavirus trajeron consigo un sentimiento de reflexión: ¿realmente estoy teniendo una vida saludable? A menudo dejamos pasar ese pensamiento, creemos que si no nos enfermamos estamos sanos y nos preocupamos por otras cosas. Sin embargo, no llevar una rutina o ciertos cuidados afectan, a largo plazo, nuestra permanencia en la tierra.
¿Viviré tanto tiempo como la reina?
Según datos de la OCDE, Inglaterra tiene una cifra de aproximadamente 80,9 años en la esperanza de vida. Esto parte gracias al estilo de vida que llevan los ingleses y el ingreso que dispone cada familia anualmente. Acercándonos un poco más a nuestro país, en Chile se estima un aproximado de 80,33 años, siendo uno de los países con mayor longevidad en Sudamérica. En Perú, este dígito disminuye a la cantidad de 76,95 años.
Desde el nuevo siglo se ha presentado una tendencia creciente en las cifras de la esperanza de vida al nacer con el pasar de los años. Como consecuencia, en un mediano y largo plazo, los adultos mayores cobrarían cada vez mayor relevancia en la sociedad. Es así que, diversos gobiernos empezaron a desarrollar medidas que garanticen la calidad de vida de su población, como la ley 30490 en el Perú. Esta vela por los derechos de la población mayor y tiene la finalidad de integrarlos al desarrollo político, económico, social y cultural de la Nación.
Sin embargo, el hecho de que las personas vivan más tiempo podría ocasionar ciertos problemas para países como el nuestro. Esto se debe a que, según la OMS, el aumento de la población adulta mayor disminuiría la cantidad de personas que se encuentren en condiciones para trabajar e incrementaría el número de dependientes.
La aparición de la COVID-19 influenció de manera considerable en la vida de las personas, puesto que al reportarse una gran cantidad de pérdidas humanas llevó a que los progresos realizados en la salud y los medios de vida de la población se vieran afectados. Es así que diversos expertos señalan que la variación positiva en la esperanza de vida al nacer termine estancándose durante los próximos 10 años o, en el peor de los casos, disminuya.
Solo nos perjudica…
Son diversos los factores que explican la longevidad que tuvo Isabel II. Según Sarah Harper, gerontóloga del Instituto de Envejecimiento de la Población de la Universidad de Oxford, parte de las posibilidades radica en la transmisión de genes por parte de la familia de cada uno. Sin embargo, la mayoría de factores que influyen para determinar el promedio de vida se definen en base a los hábitos y actividades que realizan las personas.
Gran parte de nosotros hemos fumado o bebido en alguna ocasión, ya sea con amigos, familiares, en una reunión casual o para pasar el rato. No obstante, su consumo en exceso trae consigo consecuencias a largo plazo, ya que, además de ser contraproducente para la salud, se refleja en la reducción de la esperanza de vida de uno mismo.
Por otro lado, tener una vida sedentaria y no hacer ejercicio o alguna actividad física desgasta poco a poco nuestro cuerpo. Al igual que no tener un correcto horario de sueño, dado que, según un estudio de la Universidad de Warwick, dormir menos de seis horas diarias o más de las ocho que se recomiendan repercuten en los años de vida y, a su vez, puede generar estrés en cada individuo.
Cinthia Zegarra, doctora del Hospital Nacional Hipólito Unanue, comenta que es muy importante que exista una buena orientación por parte de la familia, debido a que “los jóvenes se pueden desviar del camino si no hay una buena relación entre ambas partes”. Es por ello que al mantenernos en constante actividad o realizando algún deporte mantenemos la mente fuera de los vicios, como: las drogas, el alcohol o las redes sociales.
¿Cómo empezar a cuidarme?
Según el Instituto Nacional de Salud, en el Perú existe una gran cantidad de personas que se encuentran en situación de desnutrición y con anemia, especialmente en menores de edad. La pandemia nos hizo tomar conciencia sobre la importancia que tiene llevar una buena alimentación y hábitos saludables. Definitivamente el estilo de vida que los peruanos llevaban antes de la cuarentena ha cambiado en ciertos aspectos a como es ahora.
Ante esta situación, lo más esperanzador es que los consultorios de nutrición están empezando a tomar mayor importancia por parte de los jóvenes, como nos comenta José Rojas, nutricionista de la Dirección Universitaria de Bienestar de la Universidad de Lima. La cantidad mínima de calorías que se recomienda a los estudiantes es 2100, los cuales se distribuyen en ciertos porcentajes que varían según cada persona.
Por otro lado, durante los últimos años se han realizado diferentes medidas para fomentar el cuidado alimenticio en el país, tales como la ley 30021. Esta tiene como finalidad promover y proteger la salud, el crecimiento y el desarrollo adecuado de las personas, a través de los famosos octógonos y entre otras acciones de prevención. Para el nutricionista Rojas, la implementación de esta herramienta visual en los diferentes empaques de alimentos ha creado una fuerte conciencia en la población, debido a que sirve como un disuasivo a la hora de hacer las compras para la casa.
Sin embargo, aún hace falta darle mayor protagonismo a la educación alimentaria en el país, especialmente desde la infancia. Si los padres no llevan un hábito adecuado a la hora de escoger bien sus alimentos, los niños van a replicar esas costumbres que, a largo plazo, será perjudicial para su salud, comenta José. Es por eso que es bueno tener una charla nutricional para saber qué tipo de alimentos se debe consumir para llevar una vida saludable.
Tras el retorno a la presencialidad, diversas academias y gimnasios volvieron a abrir sus puertas, por lo que varios jóvenes están optando por inscribirse en estos centros para realizar deportes u otras actividades. Pedro Cunyas Gutarra, médico traumatólogo de la Clínica Internacional, recomienda que es muy importante hacer actividad física de forma frecuente, como: caminatas, trotar, salir a correr. Este tipo de ejercicios contribuye a mantener el cuerpo sano y sobre todo reduce los niveles de estrés que acumulamos por el trabajo o los estudios.
Algo que debemos evitar es pasar varias horas sentado en una silla, debido a que es perjudicial para la columna y desgasta los huesos con el pasar del tiempo. El doctor Cunyas comenta que este problema se puede resolver de diversas maneras: con una buena posición a la hora de realizar nuestras actividades en el escritorio, tomando pausas cada 30 a 45 minutos para estirarse y sobre todo teniendo en cuenta la ergonomía del ambiente en el que se encuentra uno mismo.
