El precio de la indiferencia

Mientras la crisis en el país se intensifica, el desinterés en la política por parte de los ciudadanos sigue en aumento, ¿cuáles son las razones detrás de esto y a qué consecuencias nos puede llevar?

Por Rafael Ortega y Matias Illescas

Generalmente, el mayor enemigo de una persona, el causante de la gran parte de sus problemas, es uno. En noviembre de 2024, el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) publicó una encuesta nacional que arrojó un dato preocupante: más del 60% de la población tiene poco o ningún interés en temas políticos. Sin embargo, esta tendencia ha ido en aumento en los últimos años, en paralelo con los problemas que golpean a la sociedad. ¿Qué implica realmente esta indiferencia? 

Al día de hoy, según el Sistema de Información de Defunciones (SINADEF), se registran más de cinco asesinatos cada 24 horas. Además, de acuerdo con el Instituto Peruano de Economía (IPE), la pobreza extrema ha superado los nueve millones de personas. A esto se suma que, según IEP, el 82% de la población percibe que la corrupción sigue en aumento. Por otro lado, el TomTom Traffic Index 2024 señala que Lima lideró el ránking mundial de horas perdidas debido al tráfico. Este abrumador escenario es el reflejo de las decisiones políticas actuales. Por lo tanto, ¿no somos, en parte, nuestro propio verdugo?

Entre la decepción y el hartazgo

No es ninguna novedad que la política peruana atraviesa una crisis constante. Sin darnos cuenta, han pasado casi siete años desde la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski. Desde aquel 21 de marzo de 2018, el Perú ha tenido seis presidentes, múltiples mociones de vacancia, una pandemia, un autogolpe de Estado y la disolución del Congreso. Estos son solo algunos de los factores que han llevado a que la ciudadanía se sienta saturada de la política, que no parece mostrar índices de mejoría próxima. Por ejemplo, Ricardo Montero, profesor y periodista, escribió en El Peruano que estos eventos han provocado que una gran parte de la población se autodefina como apolítica.

“¿Cuál es la función principal de un partido político? La de ser el nexo entre la sociedad y el Estado. Al percibir que esto no se da, la población se desencanta de lo que son los partidos políticos”, afirmó Josef Zielinski, analista político y docente de la Universidad de Lima. En ese sentido, el profesor indicó que otro factor que podría haber contribuido a este escenario es la percepción de la ciudadanía de que ha progresado a pesar de los gobiernos y no gracias a ellos. “Si bien existe una población que no tiene interés, también existe mucha necesidad (…) Padecen de los problemas del desinterés en la política”, agregó.

“Hay en realidad muchos motivos para que la gente sienta esa desafección. Basta con simplemente prender la televisión y ver las noticias”, mencionó Zielinski. El analista también considera que esta situación responde a un círculo vicioso: los ciudadanos son apáticos a la política debido a los problemas que esta genera, pero, al mismo tiempo, es la única herramienta capaz de resolverlos. “Un pueblo tiene los gobernantes que se merece. Si la política está tan mal en el Perú, es en gran medida por el desinterés de la población”, añadió.

Por su parte, Kathy Zegarra, politóloga de la Pontificia Universidad Católica del Perú, mencionó para el medio France 24 que, en estos momentos, buena parte de la ciudadanía está pensando más en sobrevivir que en votar. Como se mencionó anteriormente, casi tres de cada diez peruanos viven en estado de pobreza, por lo que, como argumenta Zegarra, pensar en política resulta, en ocasiones, un privilegio.

En esa misma línea, el experto en temas electorales Jorge Jáuregui, declaró para el mismo medio que existe una falta de representatividad en los altos cargos del Estado, lo que empeora aún más la conexión entre representantes y representados. Prueba de ello es que, en las últimas elecciones, solo dos de cada diez peruanos se sentían representados por el candidato ganador, Pedro Castillo.

“En primera instancia, el desinterés, o esta desconexión, es un mecanismo defensivo que en el fondo oculta una inmensa indignación, rabia y una violencia contenida”, declaró Hernán Chaparro, psicólogo social y miembro del comité consultivo del área de Estudios de Opinión del IEP. Muchas personas optan por aislarse de su entorno como una forma de evitar enfrentar la realidad de los conflictos sociales. “Te retrotraes a tu propia esfera familiar, individual, grupal, porque sientes que mejor trabajas por tu cuenta”, añadió.

El costo de mirar hacia otro lado

Las consecuencias de esta crisis se han extendido a diversos ámbitos. En lo que respecta a las elecciones generales de 2021, la participación ciudadana alcanzó el 70.05%, la cifra más baja en casi 80 años, según datos de IDEA Internacional. Esto refleja el desencanto de la población y su creciente desconfianza en el sistema democrático. Un estudio del IEP realizado en julio de 2024, respalda esta percepción: el 86% de los encuestados se declaró insatisfecho o muy insatisfecho con el funcionamiento de la democracia en el Perú. No obstante, aún más preocupante es que el 53% de los encuestados afirmó que no apoya el sistema democrático.

“Somos una sociedad con una vocación democrática en declive y con una cultura política relativamente baja, incluso para los estándares latinoamericanos”, declaró el analista político Jeffrey Radzinsky. Tanto para él como para Chaparro, este fenómeno se refleja en la profunda desconfianza hacia las instituciones. En ese sentido, la población no cree en el Gobierno, el Poder Judicial ni en los partidos políticos; en otras palabras, ha perdido fe en el sistema en su conjunto. “Entonces, claro, ¿qué es lo que se busca? Hablar con el líder, el que corte el queque, el que manda, porque él nos salvará”, agregó Chaparro.

Este panorama representa un punto de inflexión que abre la puerta a propuestas que podrían debilitar aún más el sistema democrático. Según una encuesta de El Comercio sobre las preferencias de los peruanos hacia líderes extranjeros, los cinco mandatarios con mayor aprobación (Donald Trump, Vladimir Putin, Javier Milei, Xi Jinping y Nayib Bukele) se caracterizan por su estilo autoritario. En este contexto, no resulta sorprendente que, según otro análisis del IEP, casi el 60% de los encuestados estaría a favor de un golpe militar en caso de producirse.

En este escenario de crisis continua, Chaparro señala que la situación actual guarda similitudes con la de los años noventa, cuando los electores depositaban su confianza en una figura salvadora capaz de resolver todos los problemas. Sin embargo, ese escenario suele derivar en el ascenso de líderes con tendencias autoritarias.“Se busca que aparezca alguien que, con su capacidad de liderazgo, despierte esperanzas y logre, a partir de un discurso que tenga credibilidad y posibilidad, destacar”, añadió.

En esa misma línea, como plantea Zielinski, quizás el problema no sea solo la falta de confianza en la política, sino que las personas tienen claro lo que no quieren, pero no necesariamente saben qué es lo que realmente buscan.

¿Cambio o colapso?

Teniendo en cuenta los factores mencionados, el panorama futuro no parece alentador. Sin embargo, a poco más de un año del próximo proceso electoral, Radzinsky sostiene que es probable que el interés de la población por la política aumente conforme se acercan las elecciones. Además, este “superciclo” electoral —como él lo define, debido a la coincidencia de comicios generales y municipales— podría representar una oportunidad. “Hay que aprovechar esta gran oportunidad para introducir temas de discusión, para lograr que, mediáticamente, la agenda pública gane espacio”, enfatizó.

Desde su perspectiva, Chaparro señala que la solución a estos problemas recae en las generaciones más jóvenes, quienes deben “retomar y volver a tejer esos lazos rotos”. De manera similar, Zielinski afirma que desde la ciudadanía pueden surgir movimientos capaces de frenar la crisis y encaminar al país hacia la recuperación del Estado con miras a un futuro más prometedor. No obstante, el psicólogo social también advierte que existe una gran cantidad de frustración y violencia contenida, la cual podría estallar en cualquier momento.

El problema del desinterés es, en parte, una consecuencia de nuestras propias acciones,  pero un factor aún más determinante es el problema sistémico que está detrás. La indiferencia política, que alguna vez pareció un mecanismo de defensa, se ha convertido en una amenaza latente para la democracia.Si bien la desconfianza en las instituciones es comprensible, el riesgo de seguir desentendiéndose del rumbo del país es cada vez mayor. La aparición de un líder que recoja los intereses de los peruanos es la esperanza; sin embargo, en palabras de Zielinski, ¿es necesariamente lo que queremos? ¿Es necesariamente lo que necesitamos? ¿Y lo que necesitamos es lo que queremos?.

Male Enhancement Pills Best Male Pills 2022 Male Pills Sexual Enhancement Pills best Sex Pills For Men Penis Enlargement pills Top Male Enhancement Pills Sexual Pills