En los últimos años, las redes sociales, influencers y streamers han ganado protagonismo, tanto que algunos personajes de la política nacional han empezado a acercarse a ellos modificando el marketing político que se va adaptando al entorno digital.
Por Carlos Alcalá y Marjorie Chauca
Cristorata, Zein, Speed y Pitucos Marrones son algunos de los influencers y streamers más populares que han logrado entrevistar para sus redes a personajes políticos como Martín Vizcarra, Rafael López Aliaga y Anaturo Humala.
En pleno año preelectoral, crece la expectativa sobre la respuesta por parte del público joven que cada vez más simpatiza con estos actores debido a la conexión que pueden generar con ellos.
Un sector clave
De acuerdo al último estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) en el año 2023, los jóvenes en el Perú representaron el 23.3% de la población, de los cuales el 91.1% utiliza internet y se estima que más de 2 millones de estos votarán por primera vez en las elecciones de 2026, convirtiéndose en un segmento clave para la estrategia de comunicación de los políticos.
Por otro lado, el streaming se ha posicionado como una herramienta de comunicación poderosa que ofrece interacción en tiempo real entre los influencers y su audiencia. Un informe de Sherlock Communications realizado el presente año encontró que el 12% de los latinoamericanos utiliza el streaming para interactuar con creadores de contenido en vivo, cifra que asciende a un 13% en el Perú.
Entre las plataformas más utilizadas no solo se encuentran Youtube y Tik Tok Live, sino también Kick o la más famosa, Twitch, que registró 12.9 millones de visitas al mes de acuerdo a un informe realizado en el 2023 por DataReport. Esto hace que el streaming se haya convertido en una herramienta que ya algunos políticos empiezan a ver como objetivo para conectar con los votantes jóvenes debido a su alcance masivo, sobre todo con este público específico que, año tras año, deja de consumir la televisión y canales de señal abierta.
Para Milagros Muñoz, experta en comunicación política y campañas, la colaboración con streamers puede ser útil al inicio de la carrera presidencial. “El primer paso de toda campaña es que te conozcan, que haya un reconocimiento de la marca que, en este caso, es el político. Para eso los streamers pueden funcionar porque puedes llegar a un público que capaz no sabía de ti porque no siguen la política”, agrega Muñoz.
Los primeros en la carrera
Rafael Lopez Aliaga causó controversia en redes sociales por su aparición con el streamer estadounidense Speed, quien supera los 20 millones de suscriptores en YouTube y en otras plataformas. El encuentro no pasó desapercibido y los memes inundaron las redes. La sorpresa fue mayor cuando López Aliaga lo nombró alcalde de Lima por dos horas, lo condecoró y le permitió hacer una manifestación en la Plaza Mayor de Lima desde el balcón del Palacio Municipal. Todo ello resultó en ovaciones del público hacia “Porky” y en un saludo amistoso por parte de Speed.
Muñoz nos comenta que esta estrategia de acercamiento a personajes juveniles que tantos jóvenes ven no solo permite que se conozca al político, sino que también puede ser poderosa al momento de identificarse y transmitir una cercanía con el público al que se busca llegar.
Otro influencer que también se sumó a la controversia es Zein, el streamer más grande del Perú con más de 500 mil seguidores en Twitch y más de 260 mil en Kick, otra plataforma que busca quitarle poco a poco el protagonismo a la red morada.
Desde el mismo balcón en el que Speed había hecho un salto mortal hacia atrás al inicio de la semana, Zein logró que el burgomaestre tomara un Four Loko y un Mike’s, dos bebidas alcohólicas populares entre los jóvenes, mientras lo entrevistaba. A pesar de que el creador de contenido dijo que la entrevista no tocaría el lado político, López Aliaga igual aprovechó el espacio para hablar de sus logros como alcalde y para quejarse de Jorge Muñoz y Susana Villarán, políticos que lo antecedieron en el cargo.
Las comparaciones con el pasado stream de Martin Vizcarra y Cristorata no se hicieron esperar. En dicho directo, el influencer y el expresidente hablaron como amigos, comieron un pionono, jugaron fútbol y grabaron tiktoks juntos. Pese a que este encuentro sí fue mucho más distendido y no tocó temas políticos, Vizcarra promocionó su panetón navideño cuya caja tiene el imagotipo de su partido Perú Primero.
Otro “nuevo” político que también se ha apoyado en el stream es Antauro Humala. El etnocacerista ha aparecido en entrevistas en la Roro Network de Carlos Orozco y en Pitucos Marrones de Hugo Lezama (Cinesmero) y Diego Huayhuaya (Porro que ladra). En ambos programas, las entrevistas fueron 100% políticas a diferencia de las anteriores mencionadas, aunque cabe destacar que es totalmente distinta la dinámica de un stream de Zein y Cristorata a uno de Orozco y compañía.
Futuro en directo
En este nuevo escenario, el impacto de los creadores de contenido en la política es innegable; sin embargo, hay que tener en cuenta que un canal de un streamer no es un medio informativo. Una entrevista de alguno de estos personajes a un político puede carecer de veracidad o de una investigación previa que le dé profundidad.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de los políticos, incluyendo a Antauro Humala, Martín Vizcarra y López Aliaga, tienen investigaciones, juicios y cuestionamientos que aún no han sido esclarecidos. Esto puede desfavorecer a los políticos al momento de comparar entre unos y otros. Según Muñoz, “en esta fase, el votante verá cuál es la mejor opción y un stream difícilmente será una plataforma para limpiar su nombre”.
“Para la futura campaña creo que muchos candidatos se van a promocionar mediante directos. No hay una construcción del personaje político en Perú, así que creo que la mayoría va a optar por copiar lo que otros hagan”, nos comenta Milagros. Es claro que el panorama de la política y la comunicación con el público está cambiando; sin embargo, sigue siendo tarea de nosotros cuestionar, investigar y dar un voto responsable que vaya más allá de lo que un político pueda mostrar en redes.