Durante tres semanas, los estudiantes de nuestra casa de estudios se vistieron de naranja para representar a la Ulima en los Juegos Nacionales Universitarios. Con dedicación y esfuerzo, elevaron el prestigio de la institución en el ámbito deportivo.
Por: Alejandro Piña y Luciana La Torre
Cada dos años, la emoción del deporte universitario en Perú alcanza su punto máximo con los Juegos Nacionales Universitarios, organizados por la Federación Deportiva Universitaria del Perú (FEDUP). Este vibrante evento reúne a estudiantes de diversas instituciones académicas de todo el país para enfrentarse en 25 disciplinas deportivas. Sin embargo, la edición de Arequipa 2024 no solo presentó el talento de los jóvenes atletas, sino que también conmemoró los cien años de la FEDUP, marcando un hito en la historia del deporte universitario peruano.
Ochenta universidades se hicieron presentes con sus mejores representantes y, entre ellas, la Universidad de Lima sobresalió a lo largo del torneo que tuvo lugar entre el 27 de septiembre y el 13 de octubre. Más de 350 deportistas de la delegación ulimeña compitieron con garra y determinación en disciplinas tan variadas como el atletismo, voley, natación, tenis de mesa, entre otras.
Las medallas no tardaron en llegar, pero detrás de cada una había más que talento: el esfuerzo incansable de los deportistas, respaldado por una sólida planificación logística y técnica por parte de la universidad. Así, la Ulima alcanzó un destacado tercer puesto en la tabla general de la Universiada. Pero, más allá de las cifras y los podios, ¿qué secretos y estrategias impulsaron la brillante actuación de los deportistas ulimeños en estos Juegos?
Más allá de lo deportivo
La organización de una competencia tan masiva, con tantos participantes, resulta una tarea tediosa. Los desafíos logísticos, la gestión de recursos y el hecho de que los juegos se realizaran fuera de Lima añadieron una complejidad extra. La planificación comenzó justo al finalizar la Universiada 2022, pero como señala Silvana Segura, jefa del área de deportes de la Universidad de Lima, “una cosa es lo que planeas y otra lo que realmente sucede, afortunadamente, el equipo supo adaptarse y superar los imprevistos que surgieron.”
Desde las fases previas, la expectativa entre los involucrados era alta. Esto se intensificó al recordar que en 2010, la última vez que Arequipa fue sede de los Juegos Universitarios Nacionales, la Ulima se había coronado campeona en la tabla general. Segura comentó que había un fuerte deseo de obtener la quinta estrella; sin embargo, más allá de los resultados, estos juegos brindaron importantes aprendizajes. “No pudimos conseguirla esta vez, pero hemos aprendido mucho para mejorar en las próximas competencias”, reflexionó tras el bronce en las calificaciones generales.
Frente a este contexto, el equipo de deportes también incorporó a Fabrizio Mautino como nuevo subdelegado. Mautino, quien recientemente representó a nuestra casa de estudios en las Nacionales de 2022 y fue galardonado como el mejor atleta de la Universiada de dicho año, asumió un nuevo rol que implicaba una transición interesante: pasar de competir a organizar a deportistas que, como él hace no mucho, tenían muchas ganas de poner en alto el nombre de su universidad. “Para nosotros, que hemos sido deportistas, es más fácil entender lo que un atleta necesita. A veces, exigimos mucho sin darnos cuenta de que no es tan fácil como parece”, comentó Fabrizio.
Bajo la dirección de los dos encargados principales del área de deportes y con el esfuerzo de todos los involucrados en este departamento, se obtuvieron resultados destacados. Disciplinas como la natación lograron una buena cantidad de medallas, regresando con un más que digno segundo lugar al acumular 493 puntos en las distintas categorías. Además, otro deporte que brilló fue el atletismo, en el que tanto Fabrizio como Silvana compitieron a nivel profesional y donde la universidad también se ubicó en segundo lugar, sumando valiosas medallas de oro y plata a su medallero.
Comunicadores en la cancha
Fabrizio Mautino, más allá de ser el segundo al mando en la zona deportiva, es un comunicador graduado de la Ulima que comprende las habilidades que se entrelazan entre el deporte y la comunicación. “Creo que la gente de comunicaciones tiende a ser más extrovertida, lo cual ayuda bastante en cualquier grupo, uniendo a personas que quizás no se conocen”, afirmó Mautino, destacando el rol de estos profesionales para fomentar la cohesión dentro de los equipos.
En la delegación deportiva de la universidad, 45 estudiantes de la Facultad de Comunicación participaron en distintas disciplinas. Estos jóvenes, además de representar a su casa de estudios en competencias, destacan por su capacidad para transmitir mensajes claros y efectivos, dentro y fuera del campo de juego. La Facu sigue siendo un semillero de atletas comprometidos con el deporte y la comunicación.
Esta rama no solo es fundamental en deportes de equipo, donde la coordinación y el entendimiento entre los jugadores son cruciales, sino también en deportes individuales. Un buen comunicador sabe cómo expresar sus ideas con claridad, motivar a otros y transmitir confianza, lo que se refleja en el rendimiento tanto de él mismo como de quienes lo rodean.
De narradores a protagonistas
En el marco de los Juegos Nacionales Universitarios Arequipa 2024, dos destacados colaboradores de Nexos demostraron que su talento va más allá de las letras. Rafael Ortega, quien practica natación, y Ana Paula Arellano, destacada en tae kwon do, brillaron por luz propia y lograron convertirse en medallistas. Sin embargo, no solo su destreza los llevó a sobresalir en sus disciplinas deportivas, sino también una ardua preparación física y mental.
“Fueron de seis a ocho sesiones (de natación) semanales, aparte de otros trabajos en tierra, también una alimentación especializada y horas de sueño sacrificadas”, comenta Rafael, orgulloso de haber ganado dos medallas de oro y dos de bronce. Por su parte, Ana Paula, quien compite en las categorías de poomsae y kyorugui, menciona que su tiempo de entrenamiento fue denso, pero aprendió bastante, lo cual se vio reflejado en los resultados de la Universiada.
La experiencia de participar en esta competencia nacional fue, sin duda, un desafío significativo para nuestros deportistas. Pero, entre la emoción y la ansiedad, los seleccionados superaron la ilusión de todos y lograron sus objetivos. “Soy una persona muy nerviosa por el simple hecho de no cumplir las expectativas de mis entrenadores y mis compañeros, pero de ahí siento total la alegría cuando logré entrar al podio”, relata con mucho entusiasmo la taekwondista, que obtuvo una medalla de bronce en poomsae.
Pese a que los deportes que practican son individuales, ambos estudiantes mencionan que lo más enriquecedor de su experiencia fue compartir a sus compañeros de equipo. “Cuando ves al grupo alentar y ves ese compromiso de la mano con el trabajo que vas realizando, los resultados son diferentes. Y se puede pelear siempre un primer puesto de la mano de tus compañeros”, menciona Rafael sobre el éxito de la selección de natación en esta competencia. Así pues, el apoyo mutuo creó un ambiente de motivación y compañerismo que superó cualquier desafío, dejando una huella imborrable en su vida académica y deportiva.
Esta edición de los Juegos Nacionales Universitarios Arequipa 2024 no solo celebró un centenario de historia, sino que también destacó el espíritu competitivo de los jóvenes deportistas. La excelente participación de los atletas ulimeños nos recuerda que el valor del deporte va más allá de las medallas: cada triunfo es un resultado de un compromiso constante, de sacrificios y trabajo en equipo.