El domingo 28 de julio, el país llanero acudirá a las urnas en un clima electoral accidentado. Entre irregularidades y optimismo, los venezolanos deberán elegir a su mandatario para los próximos 6 años.
Por Diego Cordero V.
Venezuela acudirá a votar este domingo 28 de julio en unas elecciones atípicas. Tras 25 años de dominio chavista, la oposición lidera con amplia ventaja las encuestas presidenciales. Quien encabeza esta lista es Edmundo González Urrutia, el llamado a derrotar al régimen de Nicolás Maduro. ¿Será capaz de hacerlo?
A diferencia de años anteriores, en la presente contienda se llevaron a cabo acercamientos entre el régimen y la oposición. Esto podría asegurar que los presentes comicios se celebren de forma justa y transparente. No obstante, muchos especialistas no se muestran muy optimistas sobre esta materia.
Nexos conversó con Milagros Asto, periodista de la sección “mundo” del diario El Comercio. Ella sostiene que las posibilidades de que el régimen actual pierda la elección es extremadamente alta. Pero no asegura que se dé una alternancia en el cargo. “Es un régimen autoritario y capaz de cualquier cosa”, indicó.
Pero Asto no es la única que sostiene que se desconocerán los resultados. El vocero del gobierno argentino, Manuel Adorni, emitió un pronunciamiento donde solicita al actual mandatario venezolano respetar la “decisión de las mayorías”. A él se suman los presidentes de Brasil y Colombia, ex aliados de Maduro.
Al ser contactada para esta nota, Melanie Córdova, reportera del diario La República, indicó que ocurrieron numerosas irregularidades en la presente campaña. “Dejan poca esperanza para que se dé una alternancia en el poder”, puntualizó.
Principales controversias
El gobierno de los Estados Unidos propició acercamientos entre los representantes del oficialismo y la oposición. Esto se manifestó en la firma de dos históricos acuerdos promovidos por el gobierno de los Estados Unidos: los de Barbados y Qatar. Gran parte de los puntos pactados era que las elecciones fueran abiertas, limpias y transparentes. Así como el levantamiento de las sanciones por parte de EEUU. Aún así, la administración chavista ha incumplido varios puntos incluidos en los tratados.
Empezando por el primero, ya que el régimen inhabilitó a María Corina Machado, quien logró el 92, 2% de los votos en las primarias. Su rol en la oposición es determinante debido a su amplia trayectoria política. Desde 2002 fue presidenta de la asociación civil “Súmate”, la cual logró la convocatoria de un referéndum revocatorio del mandato del expresidente Hugo Chávez. Su único cargo en la administración pública fue la de diputada nacional para el periodo 2011-2017, pero fue separada de su cargo el 2014 por parte del régimen.
Pero Machado no fue la única imposibilitada de competir. Posterior a ello, la coalición opositora colocó a la cabeza a Corina Yoris, profesora universitaria de 80 años de edad. No obstante, el sistema electoral no le permitió registrarse y nunca se le dio explicación aparente sobre este hecho.
Todo lo anteriormente expuesto llevó a que el actual candidato, Edmundo González Urrutia, asuma el liderazgo de la oposición. Se trata de un diplomático muy poco conocido entre el establishment político. En esta ocasión, el chavismo no puso trabas para su postulación.
La inhabilitación de opositores políticos ha sido una práctica muy extendida por parte del chavismo. En el pasado, el ex gobernador de Miranda, Henrique Capriles, fue acusado de corrupción e impedido de ocupar cargo público alguno. La misma suerte corrió Leopoldo López, quien incluso fue encarcelado.
Esto hace pensar a muchos especialistas de que estos comicios no serán justos ni transparentes y se puede presentar un desconocimiento de la voluntad popular, ya sea amañando los resultados o anulando los comicios. “La presente campaña viene replegada de una serie de conductas y atropellos del chavismo. Se avecina un panorama muy sombrío”, sostiene Córdova.
Ocho millones de razones.
Uno de los principales motores para estar pendiente de este sufragio es la cantidad de venezolanos en el exterior. Desde la asunción al poder de Nicolás Maduro, se ha registrado la salida de ocho millones de personas. Según Amnistía Internacional, en Venezuela hay una catástrofe humanitaria y represiones constantes por parte del gobierno que hacen imposible la convivencia.
La nación que más compatriotas del país de la Ribera ha recibido es Colombia. Tres millones de personas se instalaron en el territorio que gobierna Gustavo Petro. Pero no es la única: Brasil, Ecuador, Chile y Estados Unidos acogen a aproximadamente 500 mil venezolanos.
En Perú se conoce muy bien este fenómeno. Cerca de 1 millón y medio de ciudadanos venezolanos han ingresado desde el año 2017. Todo se inició cuando el presidente Pedro Pablo Kuczynski acogió la política de abrir fronteras y recibir refugiados de dicho país.
Para evitar una aplastante mayoría de conciudadanos en el extranjero votando a la oposición, el régimen ha decidido restringir la participación, a través de una cuestionada ley ha permitido sufragar sólo a quienes tengan residencia permanente en el país en que se encuentran. Razón por la cual, solo 69 mil de ellos podrán votar en estos comicios.
Al ser consultada por las cifras de este fenómeno en Perú, Milagros Asto afirmó que sólo 660 venezolanos pueden votar. Esta cifra se debe a que la gran mayoría de ciudadanos residentes aquí cuentan con permisos provisionales. “El régimen de Maduro impuso exigencias imposibles de cumplir para sus conciudadanos establecidos en el exterior”, enfatizó.
Escenarios posibles
A pesar de ser imposible saber a ciencia cierta lo que vaya a suceder el domingo 28, se respira un ambiente diferente a las anteriores. Asto lo resume en que la oposición está más optimista que nunca. Por su parte, María Corina Machado, aseguró ante los medios lo siguiente: “Va a ser una fiesta cívica donde todos los venezolanos estaremos en la calle ejerciendo nuestro derecho”.
Sin embargo, lo que más envuelve el clima en torno a estos comicios es la incertidumbre. A tal punto de que muchos analistas internacionales han dado numerosos escenarios posibles a lo que pueda ocurrir transcurridas las elecciones. Todas ellas con altas posibilidades de darse, pero ninguna certeza.
La primera suposición es que las elecciones se desarrollen de forma libre y transparente. En cuyo caso, la tendencia marca que la oposición ganaría por amplio margen. En una entrevista con CNN Chile, el periodista chileno-venezolano Braulio Jatar sostuvo que no habría forma de que el gobierno revierta los resultados, incluso amañándolos. Por lo que optaría por maquillarlos. “Mi hipótesis es que van a dar un solo resultado y será muy estrecho”, puntualizó.
Por otro lado, una segunda posibilidad que sostienen expertos es que, en caso la tendencia de las encuestas se manifiesten en las urnas, el régimen desconozca estos resultados. Las dos maneras de hacerlo es declarando ganador al oficialismo o anulando las elecciones. “Maduro no tiene vergüenza alguna y es capaz de dar otro fraude electoral”, sostuvo Córdova.
Ante este segundo escenario queda la posibilidad de que se registren manifestaciones masivas a lo largo de todo el país. En tal caso, recaería en manos de las fuerzas del órden el futuro de Venezuela.
Maduro confía plenamente en ellos y en sus últimas declaraciones en TV abierta señaló: “Soy el único candidato que tiene el apoyo decidido de las fuerzas armadas bolivariana y la familia policial bolivariana”. Estas palabras se complementan a anteriores anuncios que incluyeron amenazas de guerra civil. “Si no quieren la amenaza de un baño de sangre, aseguren el éxito más rotundo para la revolución”, vociferó.
Dada la coyuntura y la opinión de los expertos, se toma como una posibilidad latente de que todo desemboque en una oleada de violencia y represión. De ser así, podemos esperar el final de más de 25 años de chavismo o la permanencia del régimen por tiempo indeterminado.