La ciencia, las mujeres y la galaxia. La estudiante de medicina, Aurora Díaz, cuenta su experiencia como joven aspirante a trabajar fuera de los límites terrenales, derribando los mitos sobre las dificultades que esto supone para el país.
Por: Lissette Pérez para el Taller de Reportajes
En el pasado, la idea de un peruano en el espacio sonaba como una fantasía. El 15 de mayo de 1997, Carlos Noriega rompió ese esquema e hizo historia, convirtiéndose en el primer astronauta peruano. Hoy, 24 años después, nuestro país cuenta con una serie de profesionales que, a pesar de las limitaciones, ejercen y triunfan en el mundo espacial. Quizá aún no hemos vuelto a alcanzar las estrellas, pero estos profesionales están cumpliendo sus sueños
NACE UNA ESTRELLA
Cuando Aurora Díaz tenía 5 años, el aburrimiento la llevó a encontrar las antiguas enciclopedias de sus padres y al leerlas tuvo su primer acercamiento con el espacio. A su corta edad, los dibujos de los planetas parecían ilustrar un cuento de fantasía. Desde ese día, nunca volvió a mirar atrás, y casi por obra del destino su camino quedó marcado para siempre.
Hoy, Aurora es una estudiante de medicina especializada en la Medicina Espacial. A pesar de no haber terminado la universidad, la joven arequipeña ya cuenta con una amplia experiencia en el campo, habiendo participado en diversas competencias y programas internacionales de capacitación en el sector aeronáutico.
“Mi primera aspiración, como muchos en este campo, siempre fue ser astronauta. A pesar de que sea algo complicado, creo que nunca debes perder tu sueño; uno debe seguir adelante y las puertas se te van a ir abriendo. Hasta ahora esa ha sido mi experiencia en el área”, señala la joven. Al tomar en cuenta que en Perú el sector aeronáutico aún se encuentra en desarrollo, Aurora optó por su segunda pasión: la ciencia. Al escoger la medicina, descubrió que podía especializarse en un sector en el que se daba la convergencia de sus dos mundos: la medicina espacial.
“Adentrarte en este campo es distinto acá que en otros países; en el Perú tú tienes que ver como te abres las puertas”, indica. Y así comenzó su carrera. Primero, Aurora postuló a la Sociedad Científica de Astrología del Perú (SCAP) y a The Mars Society Perú Chapter, donde comenzó a dar sus primeros pasos en el sector. Gracias al apoyo que recibió de ambas asociaciones, pudo salir adelante y comenzar a producir proyectos propios. A partir de ahí, su carrera en el rubro espacial tomó vuelo
MAMÁ QUIERO SER ASTRONAUTA
A diferencia de Aurora, para muchos, la indecisión respecto a la carrera que escogemos es un síntoma natural del proceso universitario. Por más que estemos conformes con la decisión que tomamos, solemos imaginar qué habría sido de nuestras vidas si hubiéramos optado por un camino diferente. Nos preguntamos qué habría sido de nosotros si fuéramos bomberos, doctores o inclusive, astronautas. Y puede que este último sueño no este no es tan lejano como se pensaba. “Lo curioso es que este sector es bastante amplio; tú puedes tener cualquier background y encontrar un nicho”, comenta Adolfo Ubidia, biólogo espacial y director ejecutivo de The Mars Project Peru Chapter.
Durante las investigaciones que ha realizado en la Universidad Internacional del Espacio, Ubidia se ha encontrado con profesionales de diversas disciplinas, entre ellos periodistas, artistas y hasta politólogos, así como ingenieros y científicos, todos finalmente trabajando en el mismo sector. Por ello, la institución cuenta con siete departamentos dedicados al quehacer académico en el campo aeronáutico: ciencia, ingeniería, aplicaciones espaciales, política, derecho espacial, administración y emprendimientos espaciales, así como humanidades que incluye arte, literatura y ciencias sociales.
El área espacial es mucho más amplia de lo que se piensa tradicionalmente, va más allá del diseño de las naves, los satélites y los astronautas. Las agencias aeronáuticas cuentan con diversas áreas de trabajo, como el campo de la publicidad, las artes, las políticas públicas, programas de accesibilidad, etc. Así que, si alguien siempre tuvo el sueño de trabajar en la NASA, o en alguna entidad afín y está estudiando derecho, comunicación o administración, quizás no esté perdido del todo.
En el Perú, el campo espacial está siendo promocionado e incorporado en ámbitos académicos, como la Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad Nacional de San Marcos, el Centro de Tecnologías de Información y Comunicaciones de la Universidad nacional de Ingeniería (UNI) y el Instituto de Radioastronomía (INRAS). Adicionalmente, la Universidad Nacional de San Marcos se encuentra en proceso de implementar la carrera de Astronomía en su programa de pregrado. Sin embargo, a pesar de que el funcionamiento de estos programas constituye un gran avance para el desarrollo de esta área en el país, aún no cuentan con el suficiente apoyo.
“Todavía hay cuestionamientos a nivel de financiamiento. Se preguntan ¿Para qué hacer esto si hay otras necesidades en el país?” afirma Ubidia. En el Perú, la falta de interés hacia el sector tiene como consecuencia la falta de financiamiento y de un marco legal para construir herramientas propias de investigación. “En realidad, cualquier desarrollo tecnológico en el sector espacial o en cualquier otro sector termina siendo beneficioso para otras áreas”, agrega Ubidia. A pesar de las limitaciones, se ha logrado la producción y el lanzamiento de cinco satélites, cuatro producidos por universidades y uno por la Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial (CONIDA).
Para los que planean involucrarse en estudios de postgrado, el panorama es mucho más favorable. Existen diversos programas e instituciones que ofrecen becas para que estudiantes peruanos puedan ir a hacer postgrados en el campo. Entre ellos se encuentra CONIDA, que cuenta con un convenio con la Asia Pacific Space Cooperation Organization (APSCO) y el Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (PRONABEC), por medio del cual se han otorgado becas para estudiar posgrados en temas aeronáuticos en Europa.
EL FUTURO ES FEMENINO
Si pudiéramos hablar de todos los proyectos de Aurora Díaz, este artículo sería demasiado largo. Entre sus logros más impresionantes, destaca la investigación que presentó para la Estación Espacial Internacional. Esta consistió en evaluar el riesgo trombótico que presentan los anticonceptivos tradicionales en astronautas femeninas, un factor que no se ha tomado en cuenta debido a que la mayoría de las evaluaciones de riesgo se llevan a cabo en sujetos masculinos. Otro de sus trabajos consistió en el desarrollo de un dispositivo diseñado para reducir el riesgo de atrofia muscular en los astronautas. Este estudio, realizado con un equipo de ingenieros biomédicos, llegó a presentarlo en una conferencia en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y la NASA.
Actualmente, Díaz se encuentra inscrita en un prestigioso programa encargado de la formación de astronautas científicos denominado proyecto PoSSUM (Polar Suborbital Science in the Upper Mesosphere) en el que han participado diversos jóvenes especializados en el medio, como Alyssa Carson. “En el proceso de desarrollarme en este sector, me he encontrado con chicos que tienen mucha experiencia. Son de países que reciben más apoyo en el campo, vienen de buenas universidades e incluso algunos han hecho internados en NASA lo cual puede ser intimidante. He tenido que aprender a confiar en mis habilidades y en mi trabajo, así he podido salir adelante”, afirmó la joven doctora.
Aurora sigue los pasos de profesionales como Aracely Quispe y Rosa Avalos-Warren, dos peruanas que trabajan como ingenieras en la NASA. Ambas mujeres lograron superar la adversidad y las limitaciones del país para poder desarrollarse en el sector. Gracias a ellas, hoy el camino se está abriendo para todos los peruanos que sueñan con las estrellas. “En la actualidad, trabajar en este campo en el Perú no es una utopía, ya existen profesionales que se están desarrollando en esta área. La gente tiene que saber que nuestro país no se queda atrás”, finaliza.