Tres especialistas comentaron sobre la sobresaturación del deporte ‘rey’ en la prensa peruana y cómo revertir su efecto en favor de otras disciplinas durante un conversatorio el Foro “Desfutbolizar el Periodismo Deportivo”, organizado por la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima.
No existe peruano que no recuerde con fervor y cariño el 15 de noviembre del 2017. Es hasta innecesario remarcar que fue el glorioso día en el que nuestro país logró el último cupo clasificatorio para Rusia 2018, pero también el día en que los ciudadanos inundaron las calles de fiesta, alcohol y peruanidad instantánea. Después de todo, el fútbol siempre ha tenido la facultad de despertar un efecto de euforia colectiva en naciones enteras, borrar las fisuras que nos separan como sociedad, dejando solo lugar para un fugaz sentimiento patriota. ¿Puede existir algo más que genere este éxtasis natural? ¿Queda algún deporte después del fútbol? La verdad es que hay 32 y, cada cuatro años, tenemos la breve oportunidad de ver un fragmento de ellos por señal abierta. Y es que, a pesar de los destacados logros de la delegación peruana en el último evento, la cobertura de los Juegos Olímpicos se ha convertido en una fracción mínima que compite con tres años de alta saturación futbolera en todos los denominados ‘bloques deportivos’. Ante ello surge una problemática de visibilidad que no solo perjudica el desarrollo del deportista nacional, sino también la manera de hacer un buen periodismo deportivo. Sobre ello discutieron los tres panelistas invitados en el último Intermedio ‘Desfutbolizar el Periodismo Deportivo’, organizado por la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima.
En ese sentido, el primer expositor, Patrick Espejo, periodista deportivo y quien fue Jefe de Comunicaciones de los Juegos Panamericanos Lima 2019, criticó que la atención casi exclusiva que la prensa presta al fútbol ha producido una ignorancia atrevida sobre el resto de deportes que también se practican en el Perú. “Hoy el periodismo deportivo peruano se rige por dos pelotas: el que habla de fútbol y el que habla de voley, siendo el primero un 95% y el otro un 1.0%. Eso significa que el 0.5% restante es la pantalla que queda para todo el resto de disciplinas que existen, en las que quizás tenemos figuras más meritorias. En estas condiciones es prácticamente imposible encontrar periodistas que sepan las reglas o parámetros de otros deportes y mucho menos que tengan la capacidad de comentarlos”, explica.
Por otro lado, Paola Mautino, atleta peruana con el récord nacional en 100 metros y en salto largo, asegura que la poca visibilidad de otras disciplinas ha generado una distorsión sobre la realidad de lo que es competir y lo que significa ser un deportista en el Perú. “Es muy cómodo para muchos ver las Olimpiadas desde su casa, no entender lo que ven y menospreciar la trayectoria del atleta solo porque no alcanzó una medalla. A los Juegos va una élite muy pequeña de deportistas a nivel mundial, aún así son miles por continente y solo tres personas de cada disciplina se regresan con una. Las personas no saben dimensionar lo que es la competencia olímpica y se dan el lujo de calificar la participación peruana como un ‘fracaso’”, apunta la deportista.
Asimismo, Juan Carlos Ortecho, Director de deportes en RPP y gran conocedor del boxeo, resaltó que todos los deportes (que no son fútbol) entran inevitablemente en un agujero negro del olvido, del que no salen fácilmente sin que surja una figura exitosa que gane prestigio mundial. “Fue devastador ver a Luca Mesinas frustrado por no seguir en carrera (a pesar de que quedó 5to en el mundo) y tener a ‘periodistas’ criticando su performance desde Lima. Olvidamos que todo el jolgorio que trajo la Selección por Rusia 2018, fue únicamente porque clasificaron y en el torneo no pasamos de la primera ronda. ¿Por qué celebrar uno y menospreciar al otro?”, agrega.
Pasión por lo simple
Aunque para muchos parezca difícil de creer, el fútbol no siempre tuvo la hegemonía deportiva de los medios de comunicación. Allá por los años 70 – 80 la televisión peruana transmitía partidos de basketball, boxeo y había una exposición general a otras actividades que generaban interés. “En esta época los periodistas deportivos sabían de fútbol, pero también conocían a profundidad por lo menos un deporte más. Después de los 90’s se cambia el modelo de negocio y la FIFA crece de una manera irracional. El nuevo modelo apuesta por lo más fácil y apunta a una masificación sin precedentes. Es comercialmente conveniente que el llamado deporte ‘rey’ sea el más fácil de entender y comentar. Son literalmente 22 tipos corriendo detrás de una pelota para encajar en el arco contrario, eso es todo”, señala Ortecho.
Sin embargo, el problema no acaba con los intereses comerciales, los auspicios y el nuevo modelo de negocio que domina el mundo deportivo. Para Patrick Espejo el problema también es de los periodistas deportivos de hoy. Ellos también han escogido el camino más simple y muestran un desinterés mayúsculo en saber qué decir, cuando llega la oportunidad. “Los periodistas de hoy podrían salvarse de hacer papelones en televisión de señal abierta si tan solo leyeran o buscaran en sus celulares. Actualmente, todo está ahí, lo que falta es iniciativa pura por conocer la disciplina que tienen enfrente. Hablar de los paralímpicos y Angélica Espinoza, fue demasiado para ellos. Por eso es que el oro de Espinoza en taekwondo solo fue portada en dos medios tradicionales: el Comercio y el Popular”, resalta Espejo.
Este cambio en las reglas de juego, deja sin piso a deportistas como Paola Mautino, quienes tienen méritos de sobra para seguir desarrollando una carrera en sus disciplinas, pero se chocan con la barrera del profesionalismo, un privilegio que en nuestro país solo lo tiene el fútbol. “El IPD apoya mucho a sus deportistas y los auspiciadores también ayudan con la indumentaria. El gran problema de ser deportista en el Perú es que no puedes vivir de eso. En algún momento, todos nos enfrentamos al dilema de querer crecer e independizarse, pero también seguir con el deporte. Pero estos dos son incompatibles, no puedes trabajar y entrenar. Entonces la mayoría deja de entrenar para buscarse una carrera que sí le permita sustentarse por sí mismo”, remarca Mautino.
En busca de algo diferente
Si bien muchos medios sostienen que la rentabilidad del segmento deportivo se sostiene casi íntegramente por el fútbol, los Panamericanos de Lima 2019 nos dejan una experiencia diferente. Los juegos tuvieron un tinte de cercanía que despertó la curiosidad masiva de los peruanos, quienes en más de una ocasión se acercaron a comprar boletos para las competencias del día (sin saber necesariamente cuáles eran). “Las personas están dispuestas a tener una experiencia diferente, aún si no saben muy bien lo que buscan. Pero lo primero que tiene que existir es el espacio que permita este acercamiento. No es un cambio fácil, pero es posible. Nadie dice que hay que desterrar el fútbol, más bien aprovechar su gran acogida para insertar nuevos deportes en el programa”, comenta Paola Mautino.
Desde el periodismo deportivo, Partick Espejo opina que debemos retomar la naturaleza propia del periodista de conocer un poco de todo. “No solo en deportes, en política, sociales, culturales. Todo periodista debe estar un poco informado de todos los temas. ¿Por qué hemos abandonado esto en el deportivo? ¿Por qué desperdiciar oportunidades de análisis en mega eventos como las Olimpiadas o los Panamericanos? Si el periodista no recupera esta responsabilidad de prepararse para una comisión, seguiremos comentando las carreras de atletismo repitiendo el numerito que dice en la pantalla”, critica.
Finalmente, Juan Carlos Ortecho agrega que para ‘desfutbolizar’ el periodismo deportivo también hace falta un consenso entre el lado comercial del deporte y políticas públicas. “Podríamos hacer lo que hace Argentina y Colombia, que exponen a los niños desde muy pequeños a otros juegos, invitándolos a desarrollarse en ellos, o por lo menos saber de qué se tratan. Esta puede ser una iniciativa impulsada por los colegios pero con un interés de parte de la empresa privada. Sin embargo, es fundamental contar con una política de Estado que sea pro deporte y la masificación de otras disciplinas. Lamentablemente, sin uno no tenemos el otro y esto perjudica tanto el desarrollo del deportista como su visibilidad en medios del rubro”, termina.