Reforma constitucional: más allá del discurso

La propuesta ha tomado viada desde ciertos sectores políticos, pero sus narrativas han escapado de los caminos legales y no necesariamente representan al querer mayoritario. ¿Qué dicen los expertos al respecto?

Hace ya un tiempo que la Constitución Política del Perú se ha convertido en parte del debate público, llevando la idea de reforma como el principal argumento de algunos sectores. Lo cierto es que, en nuestro contexto, tanto Pedro Castillo como Keiko Fujimori son ejes fundamentales de los lados opuestos de esta narrativa constitucional. Si bien las propuestas no son nuevas, frente a una situación polarizada y de posturas radicales, los pedidos de una reescritura de la Carta Magna se han levantado en protesta. 

Pero hacer una reforma constitucional no es tan fácil como algunos líderes políticos lo proponen. Por ejemplo, la famosa Asamblea Constituyente, pilar del discurso de izquierda en nuestro país, escapa de las propias reglas de la Constitución y no está percibida aún en ella. Esto significa que impulsarla, sin modificaciones previas, sería un acto inconstitucional. Nexos conversó con el docente de derecho constitucional, Eduardo Luna, para entender mejor las vías legítimas de una reforma.

“El artículo 206 claramente establece los supuestos de reforma, son tres mecanismos”, aclara Luna. El primero, como lo describe la Carta Magna, propone una iniciativa proveniente del Presidente de la República, previa aprobación del Consejo de Ministros. La segunda vía se inicia a través de los mismos congresistas y, por último, la tercera es desde la recolección de firmas, aprobadas por la autoridad electoral, equivalente al 0.3% de la población.

Sea cual sea la vía utilizada, “toda reforma constitucional debe ser aprobada por el Congreso con mayoría absoluta”, es decir 66 votos, “y ratificada vía referéndum”, como menciona el artículo. Otra posibilidad, sin embargo, es que se omita el referéndum en caso que se apruebe la reforma en dos legislaturas ordinarias sucesivas en el Legislativo, obteniendo 87 votos en cada una; cantidad superior a dos tercios del número legal de representantes. Más que estas reglas, no hay otras vías posibles en nuestra Ley de Leyes para iniciar un cambio de constitución.

“Otra alternativa que se está discutiendo, por lo que vemos del debate político, es modificar el Artículo 206 para dejar abierta la posibilidad de una convocatoria de una Asamblea Constituyente. ¿Cómo? ¿Cuántos votos? ¿En qué tiempo? Pues, nada de eso sabemos todavía”, explica el constitucionalista. Sin embargo, esta figura ya ha estado presente en nuestra historia. “Habitualmente hemos sido testigos de una Asamblea Constituyente en tiempos de cambio (…) de ruptura democrática”, contempla Luna.

En caso las propuestas de un cambio constitucional se logren cautivar a través de las tres vías contempladas, o por medio de una modificación del artículo 206, “los límites del cambio están marcados en el artículo 32”, menciona el constitucionalista. Si bien puede sujetarse a referéndum la reforma total o parcial de la Constitución, el artículo menciona que “no pueden someterse a referéndum la supresión o la disminución de los derechos fundamentales de la persona, ni las normas de carácter tributario y presupuestal, ni los tratados internacionales en vigor”.

Esto significaría, como lo describe Luna, que un cambio constitucional que pretenda modificar estos principios desaprobaría la reforma. Dicho esto, en caso se plantee una reescritura, esta “pasa necesariamente por una validación popular cuando ya se tiene un texto consensuado”, explica Luna. Es decir, debe ser aprobada por la ciudadanía finalmente.

Pero por más que las reglas están claras y el discurso por el cambio esté cada vez más presente, Luna reitera que “estamos en tierra inexplorada, porque no se ha planteado antes, en esta Constitución que nos rige, la posibilidad de una reforma total”.

Una mirada sociopolítica

Las rutas están claras. Los caminos para una reforma de la Constitución ya fueron diseñados y todo aquel que decida no respetar estos límites trabajará sobre una fachada inconstitucional. Así se delimita jurídicamente la Carta Magna y no hay quien tenga un pase especial para ir en contra de su estructura. Pero los artículos que alberga y los derechos y deberes que la constituyen no serían más que letras en un papel si no se contempla su significado ciudadano, ni su representación como el ordenamiento de una nación.

Nexos conversó con la politóloga Paula Távara para poner en un contexto sociopolítico las motivaciones de una reforma constitucional, propuesta que ha escalado desde diferentes representantes de izquierda y es hoy promesa desde Perú Libre. Lo cierto es que, según un estudio realizado por Datum, solo el 20% de la ciudadanía considera que se debe hacer un cambio total de la constitución. El 63% opina que deberían realizarse solo algunas modificaciones.

“La mayoría de la población tiene claro que la Constitución es como la máxima ley, pero creo que hasta ahí llega el consenso”, menciona Távara. Ella considera que no hay un conocimiento más profundo sobre qué es lo que abarca nuestra Carta Magna. Esto ha permitido que, a su vez, “se haya tergiversado en algunos momentos para intereses políticos”. Un claro ejemplo es la constante mención de una Asamblea Constituyente, proclamada por Vladimir Cerrón, o la narrativa de una Constitución con “olor, color y sabor a pueblo” de Pedro Castillo.

“La propuesta de Asamblea Constituyente tiene dos pasos previos. Perú Libre está hablando de generar el momento constituyente como su paso previo. Yo diría que aún hay uno más detrás, que es que la población entienda realmente qué es esto de la Constitución. Si no, se vuelve un significante vacío que batallamos”, explica la politóloga.

Dicho esto, Távara sí considera que existe una voluntad real de cambio desde la ciudadanía, pero de lo que no se está hablando es sobre cómo se haría la reforma. “La Constitución es una hoja en blanco en la cual escribes con o con la derecha, o con la izquierda, o con los pies”, advierte la politóloga, a lo que agrega: “piensa en el peor congresista del anterior congreso, y se podrá elegir como constituyente”. Ante un escenario de reforma constitucional total, como lo menciona la entrevistada, cualquier lado puede llegar a “perderlo todo. Podrías terminar con una Constitución más excluyente”.

Por otro lado, el contexto de crisis no es el ideal para virar la atención lejos de las carencias de salud y de la caída económica. “Es irresponsable porque este no es el momento de plantearse nada. Ahorita tienes que atender la pandemia”, menciona Távara. De otro ángulo, la politóloga también considera que sería “poco estratégico” en estos momentos de alta polarización y considerando la composición del Congreso. La politóloga resalta que llegar desde el primer día con una propuesta tan radical, pondría en contra a todos los parlamentarios donde Castillo podría buscar cierta tranquilidad al no ser, aún, perfiles de oposición.

Sin embargo, para Távara hay cuestionamientos válidos para un cambio de Constitución, como “que no fue hecha en un contexto democrático (…) por más que durante 20 años la hemos legitimados”. A esto se le suma que una Carta Magna “puede ayudar a construir la idea Patria” y que, a través de una reforma, “podemos empezar a decir qué queremos que sea esto del ‘nosotros’”, explica la politóloga.

Pero, al menos por ahora, plantear este largo proceso no es solución alguna. Una ves terminada la pandemia y sobrepasada esta cadena de crisis, podríamos pensar en hacer algún cambio y enfocarnos en consensos y, principalmente, en resolver una duda que nos ha acompañado por años: ¿qué somos los peruanos?

Male Enhancement Pills Best Male Pills 2022 Male Pills Sexual Enhancement Pills best Sex Pills For Men Penis Enlargement pills Top Male Enhancement Pills Sexual Pills