Con motivo del Mes del Orgullo, la electa congresista del Partido Morado conversó con Nexos sobre el futuro de la comunidad LGTBI en un Congreso conservador en sus dos extremos.
Por: Laura Espinoza
La representación de las minorías sexuales en el parlamento se ha convertido en uno de los pilares más importantes de nuestra democracia social. Si bien el Perú no figura dentro de los países con mayor inclusión y oportunidades para estas comunidades, el avance en cuanto a reconocimiento de derechos y participación en el espacio público va en rumbo creciente. Susel Paredes, abogada, política y activista LGTB+, es prueba de ello. En esta oportunidad, la congresista electa para el Bicentenario señala para Nexos los desafíos que conlleva ser una mujer abiertamente lesbiana en el país, al mismo tiempo que desmiente muchos estigmas alrededor del ‘extremo conservadurismo peruano’.
¿Cómo fue el proceso de vivir en una sociedad tan conservadora como la nuestra? ¿Eso fue el motor para que buscaras un cargo público?
Sí. Vivimos en una sociedad conservadora, pero no tanto como pensamos, porque he sido la mujer más votada de todo el Perú en estas elecciones y soy abiertamente lesbiana. Si la sociedad fuera tan conservadora como se cree, no hubiera ganado con 58,842 votos. Detrás de mí, viene la pastora Milagros Jáuregui Martínez [de Renovación Popular] con 51,583 votos. Como en el Perú la gente miente tanto, les gusta que les digan la verdad. Yo soy una persona que ha hablado con la verdad desde siempre. A la gente no le importa mucho si eres gay o pastora, a ellos lo que les importa es que digas la verdad. La mujer más votada por 7,000 votos de diferencia he sido yo, y le he ganado a una pastora. Entonces, no somos una sociedad tan conservadora. El ser lesbiana fue el motor para que sea congresista de la república, porque quiero un Perú con igualdad.
¿Para ti qué es y qué representa la comunidad LGTBI actualmente?
Representa una parte de la ciudadanía. Estoy muy feliz de ser la lesbiana pública que está en el congreso, porque las chicas, jóvenes, adultas que me ven, ya no van a sentir tanto miedo de decir quién realmente son, porque ya saben hasta donde pueden llegar. En el caso de Kamala Harris [vicepresidenta de los Estados Unidos], pasó más o menos lo mismo. Ella, cuando juramentó, dijo que cuando una niña de piel oscura la vea se va a sentir capaz de hacer lo que se proponga y en mi caso es igual. Quiero decirles a todas las lesbianas que cuando ya me vean juramentar en el Congreso, y ya haya recibido mis credenciales, que sepan que nuestra orientación sexual no las va a detener. Además, la gente, cuando sales del closet, valora más tu valentía. La gente me ve como ‘la doctora machona’, pero yo no tengo ningún problema con eso. Lo que quiere la gente es que se trabaje bien, que no mienta y que no sea coimera.
¿Qué opinas sobre la poca representatividad de la comunidad LGTBI en este nuevo Congreso que asumirá el 28 de julio?
Solo somos Alejandro Cavero por Avanza País y yo. Lo que pasa con Alejandro es que es conservador, pero quiere la unión civil. Yo creo que eso es un ‘engaña muchachos’. Por ejemplo, el otro día [Carlos] Bruce dijo que quería un régimen de bienes compartidos, asumiendo que todos los gays tienen mucho dinero y no es así. Hay de todo en la comunidad. Actualmente hay gente que dice que ‘ese tema de la comunidad y del patrimonio compartido no es importante’, pero en realidad los hay pobres. Es como decir que no hay heterosexuales pobres. Además, la pregunta aquí sería ¿por qué los gays y las lesbianas se casan si no tiene propiedades? Bueno la respuesta es simple, se casan para cuidarse, para que, si alguno fallece, se reconozca el cuerpo. Para estar atento si es que a alguno lo entuban, ese tipo de cosas. Esto aún no ha sido aceptado, solo lo propusieron.
¿Qué le espera a la comunidad con este nuevo congreso?
Nuestro principal objetivo, tanto el de Alejandro cómo el mío, es defender lo poco que se ha avanzado con los derechos LGTBI. Hay políticas públicas que sí nos incluyen actualmente, como el Plan Nacional de Derechos Humanos que nos incluye como una población vulnerable. Si bien esas son políticas del Estado, no dependen del Congreso. Lo que sí podemos hacer es fiscalizar que esos planes avancen y se cumplan. Habrá muchos desacuerdos con respecto a la comunidad; por ejemplo, el matrimonio definitivamente no se va a aprobar, pero se debe luchar por que el país no se salga de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para que así el país no se atrase en lo poco que ha avanzado.
En situaciones tan polarizadas como las de ahora, ¿qué se podría hacer para tener propuestas menos conservadoras y que sean más inclusivas en lo social?
Eso depende de los partidos. En el caso del Partido Morado, es un partido de centro. Los tres congresistas electos del partido, Flor Pablo, Edward Málaga y yo, vamos a luchar para que todas las decisiones que se hagan en un futuro, vayan hacia el centro. El centro hará que se pueda avanzar en los derechos de las personas. En realidad, lo que más importa en este momento es la salud. Los peruanos se están muriendo y lo que proponemos nosotros es hacer una reforma de salud, que sea un sistema sólido y fuerte. Antes de pensar en unas nuevas reglas de convivencia, lo más importante es reformar este sistema y, cuando se haga, ahí [recién] se puede hablar de la bicameralidad, de la igualdad.
Depende mucho de si los partidos están abiertos al diálogo ¿Cómo crees que sea eso? ¿Estarán abiertos a conversar?
Yo voy a hablar hasta con el diablo, porque, en general, hablar es lo que se debe hacer y más aún porque un 50% ha votado por un extremo y el otro 50% ha ido por el otro extremo. Estamos divididos, peleados, hay gente que ha votado por el señor [Pedro] Castillo para que [Keiko] Fujimori no sea la presidenta porque está involucrada en problemas de delincuencia y nos ha tenido 5 años en inestabilidad democrática, y hay gente que ha votado por Keiko porque tiene miedo de que nos embarquemos en un proyecto comunista. Ambos han sido unos monstruos, en nuestros cerebros, que nos han lavado la cabeza para que votemos por ellos. Yo voté nulo, porque quiero que los dos candidatos sepan que hay un grupo de personas que no pensamos como ellos, también porque por mi han votado muchas personas que no estarían de acuerdo que yo vote por Castillo o Keiko.
¿Qué piensas de la situación actual del Partido Morado con la renuncia de Julio Guzmán?
En el 2016, si a Julio Guzmán no se le hubiera retirado de las elecciones, sería presidente. En verdad esto [el Partido Morado] es una organización, se puede morir y no va a pasar nada. Estas sobreviven a las personas, sino que aquí en el Perú estamos acostumbrados a que un partido sea de una persona. En verdad, si alguien se va o fallece, obviamente habrá tristeza, pero se va a continuar de la misma manera como se ha estado haciendo.