La IA se ha posicionado como una auténtica contrariedad en la industria de los videojuegos al tener características tanto reconocidas como criticadas. ¿Acaso nos encontramos frente a un arma de doble filo?
Por Renzo Andrade
Actualmente, el uso de la inteligencia artificial (IA) es un tema complejo en la industria de los videojuegos. Por un lado, contribuye a optimizar trabajos y automatizar servicios. Por otra parte, se le observa como un campo en constante evolución que presenta apartados por mejorar.
Sin embargo, a pesar de las grandes ventajas y duras críticas, la IA es un factor que no puede pasar desapercibido. Pues, su uso ha conseguido transformar el trabajo de los desarrolladores y connotar gran influencia en los jugadores. Por ende, es importante preguntarnos, ¿cuáles son los principales beneficios y desventajas de su aplicación en el desarrollo de los videojuegos?
La optimización de la dificultad laboral
A pesar de no ser tan voceado, la IA tiene grandes beneficios para múltiples áreas de la industria gamer. De hecho, puede ser utilizada para ámbitos artísticos como primeros acercamientos conceptuales de personaje, hasta situaciones más técnicas de programación como el comportamiento de NPC (personaje no jugable), creación de mapas y tablas de seguimiento.
Álvaro Iparraguirre, coordinador de videojuegos de la Universidad de Lima y especialista 3D, menciona justamente que con la inteligencia artificial se puede ganar mucho tiempo y productividad. “Un guionista, desarrollador e incluso los productores pueden generar bocetos otorgándole ciertas prompts o inputs (indicaciones) a la inteligencia artificial”, recalca.
No obstante, la IA generativa de texto también tiene gran relevancia en épocas contemporáneas. Según Nathaly Kalantar, game designer y desarrolladora de videojuegos, un programador se especializa en un motor de gaming específico (como Unity o Unreal Engine). “A uno nunca le enseñan a programar para PC, consola, VR o cualquier otra nueva tecnología que pueda salir mañana. Por ende, la IA te ayuda muchísimo a adaptar tu código a distintas consolas (porting) como el celular o la computadora”, destaca.
De igual manera, añade que “hay muchos estudios con poco personal que actualmente utilizan la IA para que su juego llegue a más personas”. Por lo tanto, somos capaces de apreciar que esta herramienta no solo puede ser denotada bajo parámetros negativos, sino como un insumo creativo relacionado con procesos conceptuales y técnicos. Esto finalmente dirige a identificar las tantas críticas por miembros dentro y fuera de la industria gamer.
Limitaciones de un anti generador de ideas
Inevitablemente, todo lo positivo tiene una contraposición negativa y la IA no es una excepción. El servicio se ha visto plagado de críticas denotativas por su carácter perfectible y aquellos que la usan desmesuradamente pueden ser tachados de carentes creativos. Ante esto, Kalantar acota que “la IA todavía no se encuentra 100% refinada y esto puede generar cosas que se ven bien a primera instancia, pero, al acercarte, puedes encontrar ciertos detalles que hacen obvio que fueron hechos con inteligencia artificial”. Véase, por ejemplo, personajes extraños con tres ojos o con la posibilidad de tener seis dedos.
Los diferentes fanáticos de videojuegos no aceptan el uso de la inteligencia artificial para generación de assets de arte, es decir, los elementos visuales creados para un videojuego. “Esto se debe a que la IP (marca) que están utilizando en el juego tiene un estilo característico y no quieren que la inteligencia artificial lo replique o también porque muchos de los datos utilizados pueden no tener autorización para entrenar una de estas”, explica Kalantar.
Asimismo, el miedo constante a ser reemplazados por una máquina es uno de los temas más tocados en general. Sin embargo, Iparraguirre afirma que “hay ciertos espacios que pueden verse sustitutos netamente en los videojuegos, aunque no por una máquina, sino por herramientas más fáciles que pueden ser utilizadas por un creador”. Por ende, la IA debe ser vista como un medio para un fin y no como el sustituto predilecto de la humanidad.
Entonces, ¿la inteligencia artificial puede ser una amenaza laboral? Según Kalantar, la respuesta es clara. “Esta herramienta no te va a quitar el trabajo, sino que una persona que utiliza IA te va a quitar el trabajo”, define. Por ende, es importante aprender a usarla conscientemente entendiendo sus limitaciones, como también el comprender que no es una respuesta factible en todo momento e instancia. La realidad es que la persona que sepa utilizarla a su favor posee en su haber una de las mayores herramientas contemporáneas, mas no un generador de ideas en su totalidad.
Hacia una nueva ruta creativa
Tras haber visto los pros y contras de un tema tan controversial, es finalmente imperante preguntarnos qué nos depara el futuro. ¿Estamos preparados para afrontarlo? Iparraguirre menciona que “no podemos predecir qué puede suceder de acá a diez años, pero lo importante es saber que, mientras el consumo sea de humanos, vamos a buscar creaciones humanas”. Asimismo, las historias, las experiencias, los miedos y las sensaciones son humanos y, si bien hay información que podemos encontrar en la web, vamos a seguir buscando conexión con las personas.
Kalantar, por su lado, destaca que “la IA está tomando cada vez más mercado, al punto de que nos ayuda a acelerar muchísimo los procesos y por eso debemos aprender a utilizarla para potenciar las propias habilidades del desarrollador”. Al igual que animar a las personas que desean ingresar en la industria a utilizar esta herramienta de manera consciente pues te pueden guiar en el camino y son un paso más a crecer en la industria nacional.
Ante tal, las respuestas son claras. La IA posee ventajas y desventajas por su carácter perfectible, al igual que enormes controversias por el mal uso que se le puede llegar a dar. No obstante, es nuestro deber como personas creadoras el aprovechar las oportunidades de manera responsable a nuestro favor. La inteligencia artificial no es nuestra enemiga que tenemos que combatir, sino un aliado tecnológico con los insumos colectivos para cooperar en el apartado creativo de los videojuegos.