Desde rituales ancestrales hasta amuletos digitales, las supersticiones han evolucionado con la tecnología. ¿Cómo se han adaptado estas prácticas místicas a la era de las pantallas?
Por: Noelia Manrique, Cynthia Carmen y Catherine Quispe
¿Alguna vez te han pasado el huevo para alejar las malas vibras? ¿Te han leído las hojas de coca en busca de respuestas? O, quizás, ¿has colocado lentejas en tus bolsillos en Año Nuevo para atraer dinero? Las supersticiones forman parte de nuestra cultura y, para muchos, se han convertido en rituales.
Chamanes como Rolando Pauccar han pasado su sabiduría ancestral de generación en generación, pues estas creencias han acompañado a la humanidad durante siglos. Y, aunque la llegada de la era digital parecía una amenaza a su supervivencia, lograron adaptarse. Lejos de desvanecerse, lo que ocurrió fue una transformación inesperada: no se destruyeron, sino que se amplificaron.
Prácticas como las ‘limpias energéticas’, las tiradas de tarot o el uso de amuletos se han popularizado. Las supersticiones, ahora digitalizadas, siguen hechizando a nuevas generaciones, combinando tradición y modernidad en un mundo de hiperconexión. En este contexto, vale la pena preguntarse cuál es el origen detrás de estas prácticas y por qué confiamos tanto en ellas.
Astros, cartas y destino
“Si estás viendo este video, significa que es para ti”. ¿Cuántas veces hemos tropezado con Tik Toks de tarotistas asegurando que nuestro ex regresará, mientras deslizan del mazo la carta de Los Amantes? Al principio, la duda y el escepticismo nos frenan. Pero, poco a poco, la curiosidad se siembra en nosotros y terminamos pegados a la pantalla, mientras sus palabras empiezan a resonar.
Sin embargo, ¿qué es realmente el tarot? ¿De verdad puede predecir el futuro? Según Daniela Salinas, tarotista y astróloga, “es una herramienta de autoconocimiento, una lectura de la energía”. Es decir, conecta con nuestro ser y nuestras emociones presentes, aunque aclara que existen muchos tipos de lecturas, cada una con su propio enfoque.
Esta práctica mística ha vivido un resurgimiento gracias a las redes sociales, especialmente a la plataforma de Tik Tok, donde comunidades como #Witchtok exploran la brujería y el esoterismo desde perspectivas frescas. Y no solo el tarot, los signos zodiacales también han invadido nuestras conversaciones. Actualmente, escuchar “¿de qué signo eres?” es casi tan común como preguntar el nombre. “El horóscopo es una forma de astrología predictiva que busca interpretar la posición de los astros en el momento de nuestro nacimiento, con el fin de revelar tanto rasgos de personalidad como posibles eventos futuros”, recalca Salinas.
Cada día, miles de personas lo consultan para obtener guía y respuestas, pero no es la única forma de búsqueda. También encontramos la lectura de manos, una tendencia que analiza las líneas y formas de la palma para revelar características personales y pronosticar el futuro. Tal como menciona Kleixandra Meza, terapeuta transpersonal y coach espiritual, “al leer las cartas o las manos, el experto canaliza tu energía; es una forma de manifestar el don y reflejar lo que lleva dentro”.
Este creciente interés por la espiritualidad y la astrología demuestra cuánto buscamos entendernos mejor nuestra realidad y encontrar seguridad en tiempos inciertos. Conceptos como la ley de atracción, el oráculo y la carta astral están cada vez más presentes porque, en un mundo lleno de dudas, estas actividades ofrecen un refugio y una vía para explorar nuestros deseos y temores. “La vida es azarosa, lo que lleva a las personas a buscar control sobre situaciones que escapan de sus manos”, reflexiona el sociólogo Javier Díaz-Albertini. En ese sentido, la posibilidad de tener un spoiler del futuro nos brinda emoción y nos hace sentir más conectados con nuestro destino.
Clicks y maldiciones
“Reenvía esta cadena a 30 contactos o tendrás mala suerte”. Con esta frase, seguramente acabamos de desbloquear un recuerdo de tu adolescencia, cuando esas cadenas de WhatsApp, llenas de supersticiones y advertencias, circulaban sin parar.
Aunque el esoterismo ha estado presente en diversas culturas durante siglos, la era digital ha revolucionado estas prácticas, llevándolas a adaptarse a las plataformas actuales. En consecuencia, hoy han encontrado en las redes sociales una vía para reinventarse y llegar a nuevas audiencias.
Aplicaciones de videos como Tik Tok están inundadas de contenido que, a través de mensajes que despiertan temor, incitan a los usuarios a interactuar con la información, ya sea para evitar una maldición o para atraer buena suerte. ¿Te suena familiar las frases “Comenta tres veces para anular la maldición” o “Grábate con este sonido si quieres manifestar buenas notas”? Aunque parezca increíble, los comentarios se llenan de personas siguiendo estas indicaciones.
La inseguridad los lleva a actuar por miedo a una posible represalia, lo que no es más que una forma de superstición. “Las personas ansiosas son uno de los perfiles que más buscan calmar la incertidumbre, porque un ansioso quiere respuestas al momento”, menciona Meza sobre aquellos que se sienten más atraídos por el ámbito espiritual.
Esta búsqueda de respuestas también se manifiesta a través de la creación de filtros y juegos que prometen predecir tu futuro, como los que leen las líneas de las manos o las calculadoras astrales. Si bien la digitalización ha permitido una mayor accesibilidad hacia los temas esotéricos, también conlleva ciertos riesgos.
La proliferación de estas prácticas en línea sin la supervisión o información adecuada, puede resultar peligrosa. “Aunque siempre hay un riesgo, en los rituales que encontramos por internet hay que tener más precaución. Si somos descuidados, en vez de hacernos bien, nos harán daño”, advierte el curandero Rolando Pauccar.
Espejito, espejito, ¿qué les depara a futuro?
Entonces, frente al mundo digital, sabemos que las redes sociales serán más y más importantes con el pasar del tiempo. Por ello, no cabe duda de que aparecerán nuevos creadores de contenido esotéricos, pero, ¿seguirán siendo tan relevantes como ahora?
Díaz-Albertini señala que, ante los constantes cambios producto de las crisis políticas, sanitarias o económicas, la vida de las personas se tornan cada vez más inseguras e inciertas. Es así que estas costumbres no sólo perdurarán, sino que se arraigarán con mayor fuerza en nuestra conciencia, aumentando indudablemente nuestra fe en ellas. “Si viviéramos en un una realidad totalmente protegida, no existirían, pero en esta, la gente vive de la esperanza. La ciencia no tiene todas las respuestas y es por eso que buscamos respuestas en lo mágico, lo místico y sobrenatural. Entonces sí, van a continuar”, agrega el sociólogo.
Este sentimiento también es compartido por aquellos que se dedican a la astrología, el tarot, la clarividencia y esoterismo. De acuerdo con Meza, la necesidad de los peruanos de que alguien más les diga por qué les está pasando determinadas situaciones provoca que siempre se recurra a ellas. “La historia dice que van a seguir y se van a crear nuevas, pero siento que ahora es un bonito momento para que se combine tanto lo terapéutico basado en ciencias como lo terapéutico basado en lo espiritual”, añade.
Mientras tanto, para la tarotista Salinas, la apertura mental que tienen las nuevas generaciones ayuda a que estas prácticas, que por mucho años se mantuvieron ocultas por los mitos y supersticiones alrededor de ellas, por fin puedan salir a la luz y visibilizarse. “Siento que, hoy por hoy, estamos en un mundo más globalizado y cada vez hay más personas que se dedican a esto, por lo que van a seguir creciendo”, declara la experta.
En ese sentido, aunque todavía existan muchas dudas y cuestionamientos hacia la veracidad de estos ejercicios, la incertidumbre y ganas de querer respuestas de manera instantánea es mucho más poderosa. Por lo tanto, en un mundo caracterizado por la innovación y avances tecnológicos, las creencias místicas encuentran ahora un nuevo espacio para despertar su magia en las personas.