Un arte transformador que exige disciplina y promueve el autoconocimiento, donde cada repetición impulsa la superación personal. Sin embargo, su popularidad ha suscitado controversias, revelando incógnitas sobre sus rutinas y el impacto de sus métodos en la salud.
Por Valeria Soto, Luciana La Torre y Lucía Quispe
Más que músculos y luces brillantes sobre un escenario, el fisicoculturismo es un viaje hacia el límite humano. Se trata de una disciplina que exige el mismo pulso que un escultor frente a su obra: pasión, esfuerzo y paciencia. En las últimas décadas, ha llamado la atención de muchos gracias a figuras icónicas y competiciones internacionales.
Sin embargo, en la popularidad también han surgido ciertos mitos y malentendidos que rodean esta práctica, generando debates sobre la seguridad de los métodos utilizados en el fisicoculturismo. ¿Cuál es la realidad que se esconde bajo el músculo y el esfuerzo?
La otra cara de los esteroides
La clásica creencia que se tiene en esta rigurosa disciplina física es el consumo excesivo de esteroides. Aunque el uso de estas hormonas sintéticas puede extenderse a personas ajenas al deporte, es más común entre quienes dedican su vida a la competición como los fisicoculturistas, ya que pueden acelerar el proceso de tonificación y fortalecer los músculos. No obstante, su consumo también puede traer graves consecuencias para el organismo.
Según una publicación de este año de la organización Antidopaje Perú, el uso de esteroides no es una novedad en el mundo del deporte, y esto sigue ocurriendo al día de hoy porque muchos se sienten satisfechos con los resultados reflejados en su cuerpo. Pero, con el tiempo, varios especialistas han alertado sobre la presencia de problemas en el sistema cardiovascular, el hígado y el sistema reproductivo en deportistas que abusan de este fármaco de manera constante.
Aunque se reconoce que existen ciertos riesgos ante el consumo descontrolado de esteroides por parte de muchos amantes de estas actividades físicas, hay quienes mantienen una estabilidad y cuidado al utilizar esta herramienta, evitando causarles algún daño a su salud.
Rodrigo Soto Ruidías, entrenador y atleta internacional de fisicoculturismo, afirmó que, si bien casi la gran mayoría de fisicoculturistas usan esteroides, es necesaria la presencia de un entrenador que supervise el consumo de este fármaco, pues esto podría generar graves consecuencias más adelante. “Es imposible para un fisicoculturista llegar a cierta calidad de masa muscular de manera natural sin esteroides, pero siempre debe haber un preparador o entrenador que esté bajo tu cuidado”, comenta.
Por otra parte, existe otro grupo que, a pesar de saber que la mayoría de sus competidores utilizan estas hormonas, prefirieron no depender de ellas durante sus entrenamientos. Ilko Marroquín, entrenador fisicoculturista y dueño de Supplement House, un centro de suplementación deportiva, comentó que, a raíz de la fuerte presencia de nuevos fisicoculturistas que decidieron no optar por esta vía, actualmente existe una categoría en la que pueden participar libremente contra aquellos que no han consumido en ningún momento estas hormonas.
Asimismo, Marroquín mencionó que, hasta antes de la aparición de esta categoría sin esteroides, muchos novatos, en su intento de congeniar o integrarse al fisicoculturismo, empezaron a consumir estos fármacos. Este recomienda no guiarse por ellos, sino más bien por un especialista, como un entrenador o un médico. “Yo soy de las personas que opinan que no debes utilizar esteroides porque tu compañero lo está utilizando. Su cuerpo no es igual al tuyo, su organismo no es igual al tuyo, las condiciones físicas prácticamente son diferentes”, recalca Marroquín.
Cuando el cuerpo está al límite
En este mundo, la búsqueda de ganar fuerza y masa muscular implica llevar al cuerpo muchas veces a límites exigentes. Sin embargo, este objetivo permite que acontezcan ciertos escenarios si no se toman precauciones adecuadas. Las lesiones en este estilo de vida pueden darse especialmente cuando se descuida la técnica o se exceden las barreras sin la preparación necesaria. De acuerdo con lo señalado por el fisicoculturista y médico Jordan Shallow a una publicación de la revista Men ‘s Health, respetar la técnica y evitar la “mala gestión del ego” son esenciales para un entrenamiento seguro y sostenible.
Asimismo, Marroquín enfatiza la importancia de las cargas progresivas y la adaptación gradual del cuerpo, tratándose de que una sobrecarga repentina puede traer serios riesgos. “No puedo de una a otra meterle cincuenta kilos más porque, aunque tu fuerza y masa muscular respondan, tus articulaciones no soportan un aumento tan brusco, especialmente en ejercicios como el press de banca. Tus codos van a sufrir”, enfatiza. Para él, el fisicoculturismo debe ser progresivo y respetuoso con los topes del cuerpo.
La fisicoculturista y campeona Bikini, Miranda Zúñiga, por su parte, añade un enfoque holístico para prevenir lesiones. Ella enfatiza la importancia de contar con el apoyo de un fisioterapeuta que pueda asesorar según las particularidades de cada cuerpo. “En el culturismo, todos somos diferentes y no todos los ejercicios funcionan igual para cada persona”, señala. Esta personalización, junto con una buena técnica, calentamiento y movilidad, son componentes cruciales para prevenir daños. Aunque el culturismo exige cargar peso, es importante hacerlo con conciencia y no apresurarse. “Para crecer, tienes que cargar pesado, especialmente los hombres, pero también es importante reconocer los límites y cuidarse”, comenta Zúñiga.
Para ella, este deporte exige mucha calma y resistencia mental, sobre todo cuando un deterioro impide continuar con la rutina. “Es un proceso lento, de años, para llegar al escenario y mostrar el trabajo de miles de días en apenas segundos. En mi experiencia, he aprendido a valorar y aceptar cada etapa, incluso cuando una lesión frustra o desanima. Tener paciencia y aprender de cada momento es fundamental para seguir adelante”, reflexiona.
Escuchar al cuerpo y reconocer cuándo es necesario hacer una pausa y detenerse se torna indispensable. Cuando el dolor se vuelve agudo o persistente, es una señal de advertencia que no debe ignorarse. Forzar el cuerpo más allá de sus límites naturales puede llevar a la gravedad duradera que requerirá un largo proceso de recuperación. Establecer y respetar límites es esencial para mantener un equilibrio entre el esfuerzo y la seguridad, tanto para principiantes como para fisicoculturistas experimentados. Para estos últimos, un perjuicio delicado puede poner en riesgo toda su carrera y el esfuerzo que ha invertido en alcanzar su nivel actual.
La receta del cuerpo perfecto
El fisicoculturismo no solo constituye al gimnasio. Para quienes se dedican a esta disciplina, el éxito se moldea también en la cocina. Pese a que las percepciones populares suelen reducirlo a proteínas, la dieta de un fisicoculturista es más compleja de lo que parece. Entre mediciones exactas de los macronutrientes y fases nutricionales clave, se despliega una estrategia alimentaria diseñada para optimizar cada etapa de su proceso.
Uno de los mitos más comunes relacionados a la nutrición de estos es que solo consumen suplementos. Si bien estos elementos son esenciales, la realidad es que un enfoque nutricional integral optimiza el rendimiento y composición corporal. En este sentido, se debe establecer una dieta basada en el equilibrio de macronutrientes: proteínas, carbohidratos y grasas saludables. Por un lado, las proteínas son esenciales para la reparación y crecimiento muscular, por lo que “en competencia, deben consumir aproximadamente de 1,5 a 2 gramos por kilogramo de peso corporal, dependiendo de sus objetivos”, tal cual explica Brian Ilheu, personal trainer e instructor de musculación femenina.
Por su parte, los carbohidratos proporcionan la energía necesaria para entrenamientos intensos y recuperación de los mismos, mientras que las grasas saludables son cruciales para la salud hormonal y absorción de vitaminas. Sobre ello, Miranda Zúñiga menciona que “hasta los azúcares, como las galletas, los brownies y todos esos carbohidratos simples son usados estratégicamente después de entrenar para llenar tus almacenamientos de glucógeno y aumentar la recuperación muscular”.
En otro orden de ideas, los suplementos en el fisicoculturismo actúan como aliados de respaldo: aportan a la dieta, pero no reemplazan el poder de una alimentación completa. Aunque las proteínas en polvo, la creatina y los aminoácidos ofrecen beneficios puntuales, los nutrientes verdaderamente vitales están presentes en los alimentos enteros. Por ello, para un proceso óptimo, es necesario que la base sea una dieta bien estructurada y las adiciones potencien el esfuerzo sin suplantarlo. “Para ser fisicoculturista necesitas suplementarte de todas maneras, pero tu dieta te debe acompañar. O sea, tienes que comer tus cinco comidas sólidas, y luego los suplementos que te indiquen para tu preparación competitiva”, aconseja Ilko Marroquín sobre la nutrición para competencias de fisicoculturismo.
Para estos arquitectos del cuerpo, la dieta se convierte en un juego de transformación dividido en dos fases nutricionales clave: el volumen y la definición. En la primera, el objetivo es simplemente crecer músculo. Así, se incrementa la ingesta calórica que permite al cuerpo entrar en un modo de crecimiento anabólico. En cambio, la segunda etapa o corte de peso se caracteriza por recortar calorías estratégicamente para reducir la grasa corporal y revelar el músculo trabajado. Así, de volumen a definición, la alimentación de los cultores del físico se traduce en el diseño de su físico ideal.
Una previa preparación sin riesgos
Para quienes se adentran en el mundo del fisicoculturismo, como en cualquier otro deporte, es fundamental seguir pautas específicas para minimizar el riesgo de sufrir alguna lesión en tu cuerpo. Para ello, es importante seguir una rutina adaptada al cuerpo y evitar sobrecargas que lo pongan en riesgo, en especial asegurarse de que se encuentren en condiciones óptimas para afrontar esta exigente disciplina.
En palabras de Marroquín, antes de iniciar cualquier actividad física, se debe realizar un chequeo médico general para asegurarse de que todos los músculos del cuerpo estén en óptimas condiciones para soportar una gran cantidad de fuerza. “De acuerdo a tu cuerpo, al objetivo, a tu condición física, a tu condición genética, todo tiene que ser evaluado por un médico, un endocrinólogo, sobre todo un cardiólogo, o cualquier otro especialista médico”, indica.
Otro de los consejos de muchos fisicoculturistas con años de experiencia es contar con un experto que guíe adecuadamente los entrenamientos. De acuerdo con Soto Ruidías, quien mediante un ejemplo cotidiano explica que, para alcanzar el objetivo del entrenamiento, es ideal comenzar con un ejercicio básico; y es ahí donde parte la labor de un buen entrenador. De esta manera, se avanza de manera gradual y los músculos se preparan adecuadamente para etapas más intensas, como las competiciones.
“Cuando eres un niño, uno no se para y corre de un momento a otro. Primero te parabas, gateabas, te parabas, caminabas. Así como este ejemplo de la niñez, en el fisicoculturismo pasa lo mismo, uno va paso a paso hasta llegar a su objetivo”, declara Rodrigo. Asimismo, ello debe ir acompañado de la confianza en uno mismo; si no se cree que se puede lograr, es poco probable que se alcance la meta tan pronto como se proponga. “No hay limitaciones, uno tiene que pensar que va a dar el 100% de sí siempre”, afirma.
El esfuerzo oculto trás los músculos
Detrás de las luces brillantes y los trofeos relucientes se encuentra un universo lleno de desafíos y una dedicación que transforma tanto el cuerpo como la mente. Pero, en esta búsqueda del ideal físico, se esconden mitos y realidades que merecen una exploración más profunda. A medida que el fisicoculturismo gana popularidad, también surgen preguntas sobre los métodos empleados y sus repercusiones en la salud.
La imagen de un cuerpo perfecto puede resultar atractiva, pero toma importancia comprender los sacrificios que conlleva. Desde el uso controvertido de esteroides hasta la intensa presión física que puede provocar lesiones, este mundo revela una complejidad que va más allá de lo superficial. Como denota Zúñiga, “la realidad del fisicoculturismo es que no se trata solo de la apariencia, sino de la perseverancia y el compromiso con uno mismo”. Las leyendas existentes solo alimentan la desinformación y, por lo tanto, es crucial desmitificarlos. La realidad es que el camino hacia el fisicoculturismo exitoso está marcado por una responsabilidad real y un profundo conocimiento.
La relación entre nutrición, entrenamiento y bienestar no es un simple mantra, sino la clave para alcanzar metas de forma segura y efectiva. La preparación adecuada y la comprensión de los límites del cuerpo son fundamentales para cualquier aspirante a fisicoculturista. Al final del día, lo que realmente importa es que la verdadera fortaleza radica no solo en el físico, sino también en la mente y el espíritu que impulsan a cada individuo a seguir adelante. En este viaje, desafiar no solo las pesas, sino también los mitos que rodean a esta disciplina es lo que forja una resistencia duradera y auténtica.