Las películas de ciencia ficción no solo nos entretienen con visiones distópicas, sino que también funcionan como reflejo de nuestros miedos y aspiraciones. Lo que alguna vez fue fantasía en la gran pantalla, hoy inspira avances tecnológicos que moldean nuestro presente y el camino hacia el futuro.
Por Igor García y Alejandro Piña
Cuatro décadas han pasado desde el estreno de la icónica película The Terminator. Ideas planteadas en la película como la vil empresa Skynet parecían irrealizables en el contexto ochentero. Sin embargo, al día de hoy, con el avance de la tecnología y la realidad de una sociedad donde la inteligencia artificial parece cada vez más inculcada, nos acerca a un futuro que se pensaba estar a años luz de la realidad.
El impacto de las películas en la creación y desarrollo de nuevas tecnologías es innegable, ya que muchas veces lo que aparece en la gran pantalla sirve como inspiración para ingenieros, científicos y desarrolladores que buscan materializar lo que alguna vez fue ciencia ficción. ¿Estamos viendo cómo la tecnología avanza hacia un destino que ya fue escrito en la pantalla grande?
Ventanas al futuro
El cine y las series de ciencia ficción han servido como auténticos vistazos, donde las visiones más audaces de la humanidad se materializan. Estas representaciones del futuro varían entre utopías en las que la tecnología parece resolver todos nuestros problemas, y distopías cuyo avance genera caos y deshumanización. No solo entretienen, sino que nos invitan a reflexionar sobre el presente y nos preparan para lo que podría venir.
Películas ochenteras como Blade Runner, Volver al futuro y la propia Terminator son hitos dentro de este género. No solo impactaron inicialmente a los espectadores con sus tramas cautivadoras, sino que también fomentaron profundos pensamientos críticos sobre el destino de la humanidad.
La ciencia ficción, como género que permite una gran libertad creativa y la reestructuración de la lógica dentro de sus propios universos, tiene la capacidad de cautivar al público, pues como menciona el crítico de cine Carlos Cabrejo, “anticipar lo que podría suceder con el ser humano en las próximas décadas, o incluso siglos, es sin duda algo que despierta fascinación en los espectadores”. La posibilidad de imaginar futuros lejanos e imprevisibles convierte a este tipo de narrativas en un objeto de curiosidad constante.
La ciencia ficción a menudo explora los miedos y las esperanzas del ser humano frente al futuro. “La ciencia ficción lo que hace es jugar un poco con esa incertidumbre y con esa expectativa, plantear nuevos escenarios. Incluso en situaciones en las que, por ejemplo, el avance tecnológico ha sido muy grande o donde el orden social se ha conseguido”, destaca Rodrigo Bedoya, docente y analista cinematográfico. Ese orden ha llegado a un costo y ese precio en la ciencia ficción siempre, de cierta manera, termina mostrando sus peores facetas.
A menudo, las historias futuristas presentan mundos en los que la tecnología ha transformado radicalmente la vida humana, ya sea mejorando nuestra calidad de vida o despojándonos de nuestra humanidad. Estas representaciones no solo buscan entretener, sino que también plantean preguntas sobre el rumbo que estamos tomando como sociedad. Además, al visualizar estos filmes a futuro, pueden cambiar nuestra percepción sobre los elementos que presentan. “Todas esas ideas de cómo se debe ver la tecnología, cómo nos imaginamos que podría ayudarnos, gran parte viene de la ciencia ficción”, afirma Eduardo Ojeda, experto en tecnologías.
Sombras de un mañana incierto
Estas películas no sólo nos transportan a futuros imaginarios con tecnología avanzada. En realidad, encierran significados profundos detrás de sus narrativas. Bedoya, quien es productor del festival “Semana del Cine” de la Universidad de Lima, explica que “las películas de ciencia ficción como Terminator muestran representaciones de discusiones y miedos adaptados a sus respectivas épocas”.
¿Qué tipo de sociedad somos? Es la pregunta central que este tipo de películas busca plantearnos. Las mejores obras de ciencia ficción, según el productor audiovisual, son aquellas que nos invitan a preguntarnos sobre el presente a través de metáforas futuristas. Sin embargo, reconoce que estas cintas pueden llevarnos al escapismo, pues nos sumergen en mundos alternativos para desconectar temporalmente de nuestros propios problemas y disfrutar de la fantasía.
Los futuros distópicos planteados en estas entregas presentan sociedades bajo regímenes opresivos o en crisis debido a que la evolución de la tecnología se escapa de las manos. “Es irracional temerle a lo que no conoces, pero sucede. Tantas cosas que nos rodean y no terminamos de entender les asignamos un rol negativo o uno peligroso”, explica Ojeda acerca de estos filmes, los cuales también funcionan como espejos oscuros de nuestros propios sistemas y dinámicas sociales.
Raíces de realidades futuras
Desde inicios del presente siglo, hemos sido testigos de cómo muchos inventos que fueron imaginados en películas y series con visiones futuristas se han convertido en realidad. Un claro ejemplo es 2001: Odisea del espacio, una ciencia ficción estrenada en 1968 con elementos que ahora forman parte de nuestra vida cotidiana como las videollamadas, el piloto automático, la inteligencia artificial e incluso estaciones espaciales. De hecho, en 1998, la NASA, junto con otras agencias espaciales, lanzó la Estación Espacial Internacional al espacio, que sigue viajando por la órbita terrestre.
A raíz de estos desarrollos, ha surgido el debate sobre la relación entre la ciencia ficción y los avances tecnológicos que se han visto en los últimos años. “La ciencia ficción juega un rol muy importante en, de alguna manera, inspirar. (…) Es parte de nuestra naturaleza humana tomar de referencia lo que uno ha visto y, al crear algo nuevo, apropiarse de la idea”, menciona Eduardo Ojeda, quien menciona que las obras no solo son proyectos futuros posibles, sino que también influyen en el ámbito científico y creativo que intentan materializar estas ideas visionarias.
Además de estar influenciada en cierta medida por los progresos tecnológicos, la ciencia ficción se nutre y enriquece con ellos. “Existe una retroalimentación constante e innegable respecto a la tecnología y la ciencia ficción, es un círculo”, denota el experto. Las innovaciones también inspiran nuevas narrativas y posibilidades futuristas, donde exploran sus implicaciones éticas y sociales. A medida que la tecnología progresa, la ciencia ficción expande sus horizontes, creando mundos cada vez más imaginarios que desafían las fronteras de lo posible.
El lazo que une las películas con visiones futuristas va más allá de la simple imaginación. Este género no solo predice posibles avances, sino que también retan a científicos e ingenieros a hacer realidad ideas que alguna vez parecieron inalcanzables, impulsando la innovación. Si los avances tecnológicos continúan acelerándose, la ciencia ficción seguirá siendo una fuente de inspiración para todos.