A lo largo de la historia, el voto ha sido una herramienta fundamental para desafiar y transformar el sistema político en los Estados Unidos. A pocos días de las elecciones, Donald Trump logra una ligera ventaja sobre Kamala Harris, por lo que se cree que serán las elecciones más ajustadas del siglo. ¿Están listos para liderar y unir a un país en un mundo cada vez más polarizado?
Por Michelle Hemmerde
Las elecciones presidenciales del 2024 representan un enfrentamiento entre dos mundos totalmente opuestos. Por un lado, se encuentra Donald Trump, expresidente de los Estados Unidos durante el periodo 2017-2021 y miembro del Partido Republicano. Por otro lado, la actual vicepresidenta Kamala Harris, quien promueve un enfoque orientado al ámbito social.
Mientras que Trump busca “recuperar” Estados Unidos implementando una política enfocada en la mejora de la economía, el refuerzo de las políticas de seguridad y la restricción de la inmigración, Harris apuesta por la justicia social, equidad económica y fortalecimiento de las instituciones democráticas. Así, su gestión desea abordar los temas urgentes que aquejan al país en la actualidad que van desde el cambio climático hasta la reforma del sistema judicial, además de expandir el acceso a la salud y la protección de los derechos de las comunidades más alejadas.
El regreso de un líder controversial
La figura principal del Partido Republicano, Donald Trump, posee una fuerte influencia aún luego de su derrota en el 2020. Su mensaje tiene el propósito de conectar con los votantes que creen que sus empleos y su seguridad están siendo amenazados por las políticas de inmigración. Cabe destacar que fortalecer la economía y volver a convertir a Estados Unidos en un país líder son el principal foco en su agenda, sobre todo lograr la mayor deportación en la historia de Estados Unidos bajo el lema “paz mediante la fuerza”.
Ramiro Escobar, periodista y docente, nos brinda un punto de vista sobre lo que piensan los estadounidenses al respecto. “La inmigración es una preocupación de la población, de quienes consideran que su país ya no es el mismo, que hay demasiados inmigrantes, demasiados latinos. Ese también es el relato de Donald Trump”, recalca. Esto se confirma por medio de una encuesta realizada por Scripps News/Ipsos, la cual señala que el 54% de los ciudadanos considera que estarían de acuerdo con las medidas del candidato republicano para controlar la migración.
Trump ha puesto especial énfasis en la protección de los derechos individuales, incluyendo la portación de armas y libertad de expresión, en respuesta a una lucha contra un “gobierno de izquierda”. Respecto a lo social, el republicano remarca su postura en contra del aborto y la enseñanza de políticas de género en las escuelas. Su lema “America First” es sinónimo de la búsqueda de combatir la inflación y el crimen, con el simple fin de que Estados Unidos recupere la posición de liderazgo.
La voz del progreso
En contraste, la vicepresidenta y actual candidata Kamala Harris representa un enfoque mucho más social centrado en la inclusión, el cambio climático y el fortalecimiento de las instituciones democráticas. A diferencia de Trump, ella considera que el aborto debería ser un punto central en la agenda de la nación, por ello se compromete a firmar cualquier proyecto de ley que lo restablezca a nivel nacional. Como la primera mujer en ocupar el cargo de vicepresidenta, Harris ha liderado diversas iniciativas sobre justicia social, cambio climático y derechos de los inmigrantes.
A lo largo de los años, se sabe que ha defendido una política migratoria que ofrece un camino para que los inmigrantes indocumentados que hayan aportado a la economía estadounidense puedan sentirse seguros y acogidos. Asimismo, busca desplegar más recursos en las fronteras, implementando tecnologías avanzadas que faciliten la detección de drogas y traficantes de personas. Sus mensajes van dirigidos principalmente a los jóvenes y a las diversas comunidades minoritarias.
“Kamala busca implementar la estrategia ‘Hope’ impulsada por Barack Obama a lo largo de su campaña. Con esta medida, busca poder llegar al corazón de los jóvenes, encontrando una “esperanza” en ellos, al contar con sus votos”, declara Escobar. Así, su participación electoral se vuelve contundente, en un proceso cada vez más reñido.
Choque ideológico
A tan solo unos días de las elecciones, la carrera entre Trump y Harris se encuentra en la recta final. La diferencia entre ambos aspirantes al Gobierno es mínima. Según el portal FiveThirtyEight, Trump cuenta con un 52% de probabilidades de ganar. Si bien el candidato republicano lidera las encuestas, la diferencia entre ambos es de menos de 2 puntos porcentuales de manera que un pequeño error podría alterar el resultado. Nos encontramos en un escenario similar al que se dio en 1876, cuando el republicano Rutherford Hayes venció al demócrata Samuel Tilden por un solo voto. Frente a un panorama tan incierto, cada voto cuenta.
Ambos candidatos han intensificado sus medidas. Por un lado, Trump sugirió que desplegará militares en contra de los “enemigos internos”, haciendo referencia a sus rivales políticos. Por otro lado, la candidata demócrata, calificó a su oponente como “fascista” y “desquiciado”, impulsando su campaña de la mano de Barack Obama, Bill Clinton y la ex primera dama, Michelle Obama. Estas elecciones no solo decidirán el destino político de ambos candidatos, sino también la identidad de la nación estadounidense.
Un punto que llama la atención es una encuesta de CNN realizada por SSRS, donde 7 de cada 10 estadounidenses, es decir el 71%, consideran que Trump no aceptará los resultados en caso pierda las elecciones. A raíz de esto, es importante recordar el asalto al capitolio ocurrido el 6 de enero del 2021, cuando un grupo de simpatizantes del candidato republicano invadieron las instalaciones de dicha institución, con el objetivo de anular el resultado de las elecciones, indicando un “posible fraude”.
Con ello, el país parece estar dividido, ya que, por un lado, están quienes consideran que Trump representa una esperanza para recuperar los Estados Unidos. Sin embargo, el lado opuesto sostiene que esa nación necesita un enfoque más humano, uno que priorice la inclusión y derechos tanto de los ciudadanos locales como de los inmigrantes. La campaña a nivel nacional está empatada, el futuro del país está en juego. ¿Quién será el próximo en ocupar la Casa Blanca?
