Según la UNESCO, solo 3 de cada 10 investigadores en el mundo son mujeres. En Perú, la situación empeora al tener menos del 30% de participación femenina en este campo. ¿Qué podemos hacer para erradicar esta desigualdad?
Por Carlos Alcalá y Ana Paula Arellano
Cada 11 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Niña, fecha pactada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para destacar las necesidades y los derechos a los que todas las niñas en el mundo deberían acceder, haciendo énfasis en la educación y las oportunidades equitativas. Desde entonces, las autoridades de todo el mundo y el público se han unido para realizar actividades que destacan el potencial de cada una de ellas.
Con el lema “La visión de futuro de las niñas”, se busca amplificar sus voces para dar origen a nuevas estrategias y políticas que garanticen un nuevo mundo mejor para todos. La labor no ha llegado a su fin, ya que aún hay 122 millones de niñas que no tienen acceso a una educación básica y cada día se alejan más de carreras STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, en sus siglas en inglés).
Desde tiempos inmemoriales, los estándares de género han colocado en un pedestal a los hombres y han catalogado a la ciencia como un rubro en el que pueden reinar. Si bien la participación de las mujeres ha mejorado considerablemente, aún son minoría y en el Perú se suman problemas que van más allá de la falta de laboratorios.
Cuando ellas se ponen la bata blanca
El solo hecho de hacer ciencia en suelo nacional supone un reto para todo aquel que quiere iniciarse en este mundo. Nuestro país invierte tan solo el 0,17% del PBI en lo que refiere a campos de ciencia, tecnología e investigación (CTI). Esto nos deja muy cortos a comparación del resto del mundo. En Europa, países como Alemania, Bélgica, Suiza y Suecia superan el 3% de inversión en este campo, al igual que Estados Unidos. En nuestra región, Chile nos duplica con un 0,34% de dinero presupuestado para CTI, mientras que solo Brasil supera el 1% y el Perú se encuentra penúltimo solo por sobre Paraguay.
Pero si hacer ciencia ya es difícil, el desafío para la mujer es aún mayor. Nexos pudo conversar con Giovanna Vera, bióloga marina y docente escolar que ha colaborado en investigaciones del Instituto del Mar Peruano (Imarpe), llegando incluso a viajar hasta la base peruana “Machu Picchu” en la Antártida. “Recuerdo haber hecho largas colas para entrar a trabajos de biólogo y al final solo escogían varones”, comenta. “Me preguntaba ‘¿Cómo voy a conseguir trabajo si solo eligen a hombres?’ y ahí se presentó la oportunidad de hacer prácticas con la Dra. Violeta Valdivieso, quien tenía un equipo conformado solo por mujeres en un campo de hombres”, añade.
Por cuestiones de la vida, Vera dejó el campo para volverse docente en el colegio San José de Cluny de Surquillo, donde es coordinadora del área de ciencia y tecnología. Bajo su gestión se inauguró el Club de Ciencia Marie Curie, nombre que no fue puesto al azar, pues la científica francesa representa lo que es capaz de lograr una mujer que se dedica con pasión a un campo en el que los hombres siempre han dominado.
Para la bióloga y educadora, enseñar ciencia va más allá de mostrarles a sus alumnos los compuestos químicos o las fórmulas físicas. “La ciencia es apasionarse, es investigar, saber más y aprender más. No solo porque voy a ser biólogo o médico, también en la arquitectura, las comunicaciones y los demás campos del saber. Si yo pongo ese granito en los chicos de querer investigar en sus profesiones, ya soy feliz”, relata con entusiasmo.
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El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) se sumó al programa “Somos Mujeres y Hacemos Ciencia en el Perú” (SMHCP), hecho en conjunto con la Organización de Iberoamericanos para la Educación, Ciencia y Cultura (OEI) y apoyada por el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (CONCYTEC) y la Universidad de San Martín de Porres (USMP), con la finalidad de poder difundir a las niñas y adolescentes lo positivo de estudiar una carrera científica. Esta iniciativa empezó en septiembre con entrevistas a destacadas mujeres peruanas, cuyos testimonios serán compartidos en redes sociales hasta el 11 de febrero de 2025, durante la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, cerrando la actividad con un conversatorio con la participación de las científicas entrevistadas.
Este tipo de iniciativas pueden sonar repetitivas para algunos, ya que no creen que escuchar testimonios mueva montañas, pero la visibilización cumple un papel fundamental para inspirar a cualquier persona. Es necesario ver a alguien con el que compartimos rasgos, género, nacionalidad u otra característica para convencernos de que si es posible. “Si ella puede, yo también”, es lo que las niñas deben pensar al escuchar las experiencias de las investigadoras.
“Imaginen por un momento cómo sería explorar los misterios del universo, desentrañar los secretos del ADN, o incluso encontrar nuevas maneras de combatir enfermedades. Todo esto es posible a través de las ciencias”, expresó la Dra. María Luisa Guevara, Doctora en Ciencias, con mención en Bioquímica y Biología Molecular, en la presentación del programa, compartiendo lo mágico que puede ser este mundo.
Los contenidos están siendo transmitidos en las redes sociales de OEI y USMP TV; sin embargo, no están teniendo el apoyo deseado: ningún vídeo, hasta la fecha, ha logrado pasar de las 2 mil visualizaciones en Facebook y cuentan con muy pocos likes. “Nos encantaría contar con el apoyo de los medios de comunicación, así como de las instituciones públicas y privadas para difundir estos videos y llegar a más niñas, jóvenes y mujeres de todo el país”, comentó Juan Carlos Ruiz, director de la OEI Perú, quien ya predecía este problema.
Toda visibilización cuenta y autoridades de la ONU recomiendan que este día, sobre todo, se compartan historias de niñas que transforman su entorno con su liderazgo e invitar a mujeres destacadas a promover la igualdad de género y unirse a campañas que concienticen sobre los retos que enfrentan diariamente.
La profesora Giovanna recalca que el reto de ser mujer es un adicional al desafío que ya significa hacer ciencia en el Perú; no obstante, Vera asegura que esto no es motivo para dejarse doblegar. “A las niñas que quieran hacer ciencia les digo que sean valientes y empeñosas, que sus sueños los hagan realidad, sí o sí. No hay límites para una mujer”, alentó Vera.
El mundo suele ser un lugar desalentador para las mujeres, los muros pueden parecer cada vez más altos, pero es todo lo contrario y no están hechos para detenerlas, sino para mostrar su fuerza para derribarlos. La curiosidad, pasión e inteligencia de cada una es superior a cualquier adversidad. Todas las mujeres investigadoras y científicas del mundo ya han pasado por esto, y cada paso que dan significa muros cada vez más bajos para las próximas generaciones.