Del pincel al código: la IA en la creación de contenidos artísticos

En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha irrumpido con fuerza en la industria creativa, revolucionando campos como el arte, la música y la escritura. Lo que antes era dominio exclusivo del talento humano, hoy también es terreno para la innovación digital. 

Por Catherine Quispe e Igor García 

Para los amantes del arte, el pincel, la cámara analógica o el lápiz han sido nuestros primeros y más fieles compañeros. Sin embargo, con el paso del tiempo, nuestras herramientas han evolucionado, especialmente tras el inicio de la era digital.

Desde las tabletas gráficas y los populares softwares de Adobe que todos en algún momento hemos enfrentado, hasta uno de los cambios que ha llamado la atención en la industria creativa integrándose en el día a día de los artistas: la inteligencia artificial.

Creación sin límites

¿Adobe Firefly, Gemini, Eleven Labs? Seguramente has oído hablar de estas herramientas de IA o, incluso, las has utilizado para alguno de tus proyectos. Lo que antes implicaba días enteros de trabajo minucioso, hoy se puede lograr en tiempo récord, permitiéndonos presenciar la creación de obras visuales, musicales o escritas de forma casi instantánea.

En definitiva, la inteligencia artificial ha redefinido nuestra forma de entender el arte. Estas nuevas tecnologías nos permiten dejar volar nuestra imaginación y darle vida a las sinfín de ideas que están almacenadas en nuestra mente. Otro de sus beneficios es que nos permiten acelerar los procesos creativos. Según Yael Rojas, fotógrafa y docente universitaria, “la inteligencia artificial es una herramienta que, muy bien utilizada, ayuda a agilizar procesos técnicos y a crear conceptos”. Así, solo con realizar algunas búsquedas, accedemos a diversos resultados creativos que podemos personalizar según nuestras preferencias.

Ahora bien, la llegada de la inteligencia artificial ha sido un gran cambio en el sector creativo que continúa causando cierto temor. No obstante, no es algo completamente nuevo, ya que lo vivimos en su momento con la fotografía y la cámara digital. Al respecto, Fiorella Lama, artista, publicista y docente universitaria, señala que la esencia artística y humana de la fotografía —como se conocía en esa época— no desapareció. “Lo que cambió fue la velocidad y la posibilidad de contar historias a través de nuevas tecnologías. Con el tiempo, comprendimos que estas herramientas empoderan nuestro trabajo”, expresa.

Por otro lado, el uso de la inteligencia artificial ha causado un gran revuelo en el ámbito educativo. Actualmente, existe un gran debate sobre si se debería permitir su uso, pues mientras algunos destacan sus ventajas como la rapidez y la eficiencia, otros advierten que puede facilitar conductas deshonestas. De acuerdo con Rojas, “es importante ser conscientes del uso de la IA en el campo educativo y enseñar a los alumnos a ser transparentes en sus procesos de aprendizaje”. Ella propone que, al igual que en la revisión de citas bibliográficas, se debería indicar el porcentaje de contenido generado con esta herramienta para fomentar su uso responsable. 

¿Un reemplazo o un componente? 

Este instrumento artificial ha generado un gran impacto en la creación de contenidos artísticos y, así como en todo proceso de transformación, es natural que surjan incertidumbres, especialmente entre quienes dependen de esta actividad para su sustento. Muchos artistas temen que la IA afecte sus oportunidades laborales, tomando su lugar en la industria creativa.  

“Hay trabajos que están potencialmente en peligro de extinción”, advierte Eduardo Ojeda, docente y experto en inteligencias artificiales. De acuerdo a un estudio de Oxford, la IA podría reemplazar entre el 50% y 80% de la población mundial en sus trabajos, lo que genera preocupación en distintos sectores laborales, sobre todo en aquellos donde las tareas son rutinarias y repetitivas.  

No obstante, Ojeda subraya que las inteligencias artificiales deben ser vistas como herramientas para mejorar la calidad, velocidad y eficiencia en la producción de nuevos contenidos. “Inevitablemente, todos los trabajos evolucionarán, pero será el uso estratégico y adecuado de estas inteligencias artificiales lo que definirá el verdadero valor del trabajador en el futuro”, comenta.

Si bien la IA ya está asumiendo tareas que antes realizaban las personas, sigue siendo indispensable la supervisión humana. “El nivel creativo de las inteligencias artificiales no está diseñado para pensar manera diferente, out of the box, entonces ahí debe intervenir la parte humana”, comenta Jaume Montané, fotógrafo y creador de contenidos con IA generativa, quien asegura que el individuo posee un factor diferencial: su brillantez. Esta capacidad, combinada con la IA, permite alcanzar los resultados esperados que la inteligencia artificial, por sí sola, no podría lograr. 

El futuro de la creatividad

¿Hasta dónde puede llegar la inteligencia artificial? Hasta el momento, esta ha demostrado capacidad para automatizar tareas complejas y creativas que anteriormente eran exclusivas del ser humano, pero su vasto potencial aún no se ha revelado por completo. “Nos espera música y arte prácticamente indistinguibles, no se sabrá qué porcentaje ha sido generado con IA y qué porcentaje ha sido creado por el propio artista”, afirma Ojeda.

Con el paso del tiempo, las obras producidas por inteligencia artificial se volverán cada vez más sofisticadas, difuminando la línea entre las creaciones humanas y las sintéticas. Este caso avivará el debate sobre la preferencia entre el arte humano y el generado por IA. Sin embargo, aún tenemos algo que nos caracteriza: nuestro carácter humano y emocional. 

“Herramientas como Chat GPT se puede encargar de recoger los datos, pero comprender la naturaleza humana, errática y contradictoria, y los códigos de la comunicación, sólo podemos hacerlo nosotros. Ahí, en esa complejidad, reside la verdadera esencia de lo que somos”, expresa Lama. Por lo tanto, nuestros valores, ética y moralidad son aspectos que la inteligencia artificial nunca podrá replicar. 

En el Perú, se está internalizando más el uso de la IA en la educación, pues universidades como la USIL y la PUCP cuentan con cursos acerca de la automatización con esta, previendo que se asemeje a la situación de España en un futuro cercano, donde también se abarca el campo artístico. “Doy clases de fotografía en un máster de inteligencia artificial y de imagen generada por IA”, comenta Montané, quien también es profesor de fotografía en la Barcelona School of Creativity.

A pesar de que la inteligencia artificial se convierte en un actor cada vez más continuo y relevante en la creación artística, es esencial que reflexionemos sobre cómo estas tecnologías están reformulando nuestras concepciones sobre creatividad y originalidad. La fusión entre humanos y máquinas promete abrir un abanico infinito de posibilidades en el mundo del arte, potenciando la creatividad y permitiendo que ideas que antes parecían imposibles se materialicen.