¿Mudas de piel? El fenómeno viral del ‘shedding’ en TikTok revela más que simples bromas: El cuerpo femenino es ignorado por la ciencia y la educación. ¿Qué impacto tiene esto en la salud de las mujeres?
Por Nicol Chauca Alendez
Desde modelos, actrices e influencers, miles de mujeres han comenzando a compartir en redes sociales sus experiencias sobre el “cambio de piel” que sufren durante el periodo menstrual.
Pese a que en realidad es una broma que lleva años en internet, la complicidad entre las usuarias ha dejado a más de una víctima estupefacta.
Lo impresionante no son las mascarillas de peeling que permiten ese efecto, o la cantidad de personas que se han unido a la tendencia, sino que las reacciones de las parejas, amigos o familiares evidencian el poco conocimiento que se tiene sobre el cuerpo femenino, hasta el punto de creer posible que seamos “como serpientes” que mudan de piel.
“¿Cómo es que los hombres no sabían de esto?”
Entre los comentarios acerca del tema, las mujeres actuaban indignadas sobre las reacciones de sus compañeros hombres al enterarse del supuesto fenómeno.
En la realidad, podríamos preguntarnos lo mismo acerca de ¿cómo es que no conocen nada acerca del ciclo menstrual?
No son solo los hombres quienes desconocen el cuerpo femenino y su funcionamiento. La ciencia y educación ha tomado como “normativo” el cuerpo masculino para explicar a los jóvenes y adolescentes sobre el conocimiento de su cuerpo. Esta mirada se vuelve más problemática cuando llega el momento de entender el aparato reproductor femenino, sus ciclos menstruales, cuidados de salud y enfermedades.
Según cuenta la ginecóloga Janet Rivas, dentro de las principales inquietudes que llegan al consultorio resaltan la irregularidad del periodo y la confusión por las fases del ciclo menstrual.
“Hay mucho tabú en la sociedad. Si las mujeres no miran sus genitales, no podrán distinguir entre vulva y vagina”, afirma la doctora.
En un estudio reciente realizado por Unicef a casi 100.000 niñas en India, cerca de la mitad no sabía nada acerca de la menstruación hasta la primera vez que la tuvieron. En Perú, las autoridades no consideran la menstruación como un asunto de salud pública pese a que lo experimentan 8 millones 832 mil de mujeres que se encuentran en edad fértil, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
La ausencia de perspectiva de género en la ciencia
El problema va más allá de la administración pública. La creación de los cursos de la malla curricular trabaja directamente con la información disponible que proporcionan los especialistas en la materia. Así lo afirma Sanyori Tovalino, directora y fundadora de Mujeres en Ciencia (MEC), “la educación está directamente relacionada con la ciencia, que es el punto de partida del conocimiento del cuerpo humano”.
La incompleta información que tenemos sobre la fisiología y la salud menstrual tiene que ver con las investigaciones médicas y la ciencia. Esta manifestación de las desigualdades de género se evidencia en el bajo número de artículos científicos, según la revista de divulgación científica The Conversation. La data es considerablemente inferior, así lo evidencia The Journal of Sexual Medicine, que identificó 53.312 estudios del pene frente a 2.571 sobre el clítoris en el repositorio de PubMed de 2002 a 2022.
Así como estos, hay miles de estudios que evidencian la disparidad en la ciencia al momento de realizar estudios médicos.
Una de las bases que sostienen la problemática es la mirada androcéntrica, el sesgo sexual y de género. Se ha dejado un cerco inexplorado en cuanto a la fisiología y salud de las mujeres.
Para la científica Tovalino, esta desigualdad arrastra antecedentes de varios siglos atrás. “Durante mucho tiempo, no se nos consideraba igual que los varones, por lo que no se consideraba igual de importante las necesidades médicas y fisiológicas de las mujeres”. Debido a esto, los estudios médicos se han centrado en el organismo masculino y se nos ha englobado dentro de ese grupo, invisibilizando las diferencias biológicas.
Enfermedades invisibilizadas, salud subestimada
Hablando solo del sistema reproductivo femenino, las consecuencias se reflejan en la sobremedicación o diagnósticos inexactos en esta población.
“Hormonalmente, una mujer tiene muchas más fluctuaciones que los hombres”, explica Tovalino. En ese sentido, la respuesta o eficacia de un medicamento en una mujer podría variar dependiendo de la fase menstrual en la que se encuentre. “Estas fluctuaciones en los medicamentos ya deberían estar estudiadas, sobre todo porque es algo por lo que las mujeres pasarán la mayor parte de su vida”, expresa la especialista.
Por otro lado, la endometriosis es la enfermedad ginecológica con mayor incidencia. Aún así, es comúnmente ignorada, dado que el dolor se ha normalizado tanto socialmente como en el diagnóstico, lo cual no permite la identificación temprana de la patología.
“Le dolía a mi mamá, a mi hermana, y ahora a mí, es normal”, declama irónicamente Rivas acerca de los comentarios de pacientes que pasan por su consultorio. Si bien puede que haya un cambio hormonal durante la menstruación, esto no debe suponer ninguna molestia. “Se piensa que sufrir dolor, depresión o sentir mayor cansancio es normal durante el ciclo menstrual, eso es incorrecto.”, complementa la experta.
Los cánceres ginecológicos y las disfunciones del suelo pélvico no se quedan atrás. Pero la poca importancia que se le brinda a estas enfermedades que afectan a la mitad de la población se traducen en deficientes estrategias de prevención.
En camino al saber del cuerpo
Cada vez hay más comunidad científica femenina interesada en el saber de nuestra biología e información médica, lo cual es un buen indicio para la inclusión del sexo y género en los estudios médicos.
No obstante, para la fundadora de MEC, la divulgación de estos estudios es igual de difícil que la realización de ellos. De forma que, tanto las instituciones públicas como de salud y educativas no proporcionan información adecuada sobre el cuidado reproductivo y menstrual.
Es momento de que aspectos relacionados al cuerpo de la mujer como la menstruación dejen de pasarse por alto, y entender que es un tema que compete a todos. Al mismo tiempo, la educación sexual y reproductiva es un componente necesario para mejorar la vida de las mujeres y personas con ciclos.
“Se deben abolir los tabúes y estigmatización que existe en cuanto a la salud e investigación femenina. Con esa base, se podrá conocer libre y profundamente sobre el cuerpo de la mujer” afirma Sanyori Tovalino
Sólo así, las mujeres podrán vivenciar su menstruación de manera saludable y consciente. Con oportunidades y herramientas para acudir a centros de salud para hacerse seguimientos.