El periodismo deportivo se ajusta a la masificación de los medios digitales pero en esta nueva piel no se. Libran de una serie de excesos. ¿En qué medida es apropiado el uso del humor en estos programas? ¿Cuál es el papel del comunicador frente a lo que genera el público?
Por: Ciro Valenzuela y Alejandro Castro
En la previa del encuentro de las Eliminatorias entre Perú y Venezuela, el programa de YouTube “A Presión”, conducido por Peter Arévalo y acompañado de periodistas y exfutbolistas, fue motivo de severas críticas y sufrió el abandono de sus patrocinadores debido a comentarios machistas y xenófobos dirigidos hacia mujeres venezolanas. Mr. Peet, quien se había ganado el cariño del público debido al programa “El Gran Chef Famosos”, ahora se ha ganado el repudio de la gente por las fuertes declaraciones que hizo en su programa.
Ante la avalancha de críticas, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables emitió un comunicado condenando las expresiones de “Mr. Peet” y de sus colegas Gonzalo Núñez, Bruno Cavassa, Carlos Galván y Marko Ciurlizza, acusados también de machismo y xenofobia.
La conversación polémica empezó con un desatinado comentario de un aficionado. Ante esta situación, surge la incógnita sobre si los encargados de dirigir el espacio de streaming deberían censurar este tipo de menciones o dar pase libre a todo tipo de opiniones.
El recurso del “humor”
Se entiende como humor negro a aquellos discursos creados con la finalidad de provocar risa, pero enfatizando el uso de temas sensibles para algunas personas, tales como la pobreza o la discriminación.
Sin embargo, este tipo de comedia se ha vuelto un recurso que más que cuestionar las desigualdades sociales, ha terminado por crear un humor banal y sin reflexión. Aplicar esta tendencia en transmisiones de internet se ha vuelto esencial para entretener al internauta, especialmente cuando se abordan temas como los relacionados con el fútbol, que suelen ser tratados con seriedad en la televisión convencional.
Asimismo, el uso de esta ironía oscura no se limita solo a los conductores; los espectadores de los streams también se han convertido en una fuente inagotable, e incluso muy creativa, de chistes que son catalogados como inapropiados y obscenos por un segmento de nuestra sociedad. No obstante, son apreciados por la comunidad que sigue de manera constante estas transmisiones en línea, encontrándolos divertidos y considerándolos parte integral de la esencia del programa.
Vínculos digitales
Si la presencia del humor incoherente es prácticamente considerada como una especie de religión en este tipo de contenidos digitales, el vínculo entre los presentadores y la audiencia se convierte en el elemento más sagrado para ellos.
Al igual que ocurre en los streams clásicos de plataformas como Twitch o YouTube, los creadores de estos materiales audiovisuales mantienen una relación constante con los espectadores a través del destacado “chat en vivo”.
En este espacio se muestran todos los comentarios realizados por los presentes durante la transmisión. De esta manera, se establece un canal de comunicación en el que la interacción es inmediata. Además, los internautas forman comunidades, y las conversaciones frecuentes con los presentadores contribuyen a fortalecer un compromiso a largo plazo con el programa.
Igualmente, hay un valor diferencial en los mensajes de los seguidores dirigidos a los presentadores: la libertad de expresión. Carlos Bejarano, periodista, sociólogo y docente de la Universidad de Lima, narra que un aspecto fundamental que explica la tendencia de estos programas deportivos es la escasa restricción que existe al comunicar en los medios digitales.
“A pesar de no estar de acuerdo con todo lo visto en contenidos como los de ‘A Presión’, la posibilidad de mostrarse auténticos para Peter Arévalo y sus colegas es un factor indispensable para lograr ese nivel de cercanía con la gente”, señala el especialista.
Rol de un comunicador
Después del incidente, Mr. Peet reveló la pérdida de patrocinadores debido a la ola de críticas por las ofensas que había realizado. Estos comentarios de ‘humor negro’, tanto por parte del público como por los panelistas, se han vuelto incontrolables debido a la falta de moderación por parte de la producción.
Según Bejarano, aunque algunos periodistas con presencia en los medios digitales no estén completamente de acuerdo, lo que prevalece es el interés del colectivo del programa, donde a menudo adoptan la postura de no dejar de lado ningún mensaje de los espectadores, incluso si este carece de moralidad.
“Vivimos en una sociedad machista donde cambiar ese paradigma se ha vuelto una misión muy complicada”, confiesa el sociólogo, quien sostiene que el humor deja de ser considerado como tal cuando se hiere a alguien.
Lamentablemente, en muchas ocasiones, los canales periodísticos en internet ajustan su contenido según la demanda del público, que busca entretenerse con la famosa “chacota informal”, un atributo escaso en comparación con la televisión tradicional.
Equilibrio en la información
En el actual panorama, la ausencia de límites en la expresión de ideas en medios digitales como “A Presión” ha otorgado a los periodistas la capacidad de informar sin restricciones, a diferencia de los medios tradicionales.
Sin embargo, también ha dado lugar a innumerables posibilidades para mantener cautiva a la audiencia en los streamings, a veces utilizando recursos que carecen de adecuación ética y moral. En este contexto surge la pregunta ¿cómo encontrar un equilibrio entre entretener y ser periodísticamente correcto al comunicar?
Bejarano señala que esta incertidumbre tiene una respuesta sencilla, pero una ejecución casi imposible. “En la actualidad, el periodista debe saber entretener, y muchas veces, dejan de lado la forma de informar respetando los valores que deben transmitir como profesionales”. Añade que existe una crisis periodística donde las grandes agencias informativas tienen como único objetivo primordial la generación de ventas.
Ante la escasez de eventos deportivos por publicar, surgen las conocidas fake news o contenido de posverdad. En el caso de “A Presión”, como comenta el sociólogo, “la falta de eventos futbolísticos lleva a buscar entretenimiento de otras maneras, utilizando panelistas que no han recibido una formación periodística adecuada pero que saben cómo captar la atención del espectador peruano”.
Por lo tanto, abordar el problema implica cambiar la raíz del mismo, corrigiendo de manera gradual y persistente la cultura que prevalece en nuestra sociedad al tocar o bromear con temas sensibles sin sentir culpa. Es necesario dejar de vivir en una anomia donde se intenta justificar cualquier acción, por inadecuada que sea.