En la lucha contra la rabia en Arequipa y otras regiones de Perú, la educación y la esterilización desempeñan un papel crucial. Comprender cómo se propaga esta enfermedad mortal, sus efectos en los perros y la población humana, así como la importancia de la prevención, es esencial para crear un entorno más seguro para todos.
Por: Paula Alpún
Según el Centro Nacional de Epidemiología y Control de Enfermedades (CDC), el 2015 marcó la última ocasión en la que se reportó un caso de rabia urbana en un individuo que se infectó en el departamento de Puno. Sin embargo, en Arequipa, el pasado miércoles 18 de octubre se anunció el lamentable fallecimiento de una mujer de 54 años por dicha enfermedad tras ser atacada por un perro callejero.
Este lamentable incidente ha disparado las alarmas en Lima ante la amenaza de otro caso de rabia. A pesar de que rápidamente se descartó su presencia en la capital, lo cierto es que los métodos de prevención para contrarrestar esta enfermedad terminan siendo insuficientes y recaen en la problemática de los animales callejeros. Entonces, ¿cómo actuar ante esto?
Cifras alarmantes
Según el CDC, a lo largo del año 2022 se documentaron 179 casos de transmisión de rabia en animales silvestres, principalmente en la región amazónica y valles interandinos. En particular, la ciudad de Arequipa reportó 39 casos de rabia canina, y un incidente aislado se registró en el distrito de Puno.
Por lo tanto, según Ana Paola Vera, médico veterinaria, la rabia no puede considerarse una enfermedad controlada en nuestro país. Esto se debe a que nos encontramos entre los países endémicos. “Un ejemplo de esto es el proceso para llevar a tus perros a Estados Unidos o Europa. La mascota debe tener anticuerpos contra la rabia de manera obligatoria, ya que vivimos en una región donde la enfermedad sigue siendo una preocupación. Aunque los casos de rabia en humanos son escasos, en los perros se presentan con cierta regularidad”.
Bajo este contexto, Iselda Livoni, fundadora y Presidenta de la asociación para el rescate y bienestar de los animales (ARBA Perú), afirma que la raíz de esta problemática es la gran cantidad de animales callejeros que posee nuestro país. A esto se suma la poca acción por parte del gobierno para contrarrestar esta problemática y proteger a todos los amigos de cuatro patas.
De acuerdo a las cifras oficiales del Ministerio de Salud (Minsa), hasta ahora, aproximadamente 4 millones de perros carecen de atención veterinaria. Asimismo, el viceministro de Salud Pública, Ricardo Peña Sánchez, indicó que tan solo el 41% de la población canina ha sido vacunada contra esta enfermedad, y lamentablemente, no se están alcanzando los objetivos deseados.
Peña subraya que la meta es llegar al 81%, pero actualmente estamos en un 41%, lo que evidencia que las tasas de cobertura no están siendo óptimas. Él afirma que solo la región de Puno ha logrado superar el 67%. Ante esto, la Defensoría del Pueblo ha instado al Gobierno Regional de Arequipa a fortalecer los programas de vacunación contra la rabia tanto para perros domésticos como para los que viven en la calle.
La batalla contra la rabia
Livoni comenta que tristemente las mascotas sin hogar son muy propensos a las enfermedades al no estar vacunados ni cuidados. “Pueden contraer enfermedades como el distemper, el parvovirus, la leptospirosis o la sarna. Además, corren el peligro de ser atropellados, maltratados, o adquirir enfermedades al alimentarse de desperdicios”.
Por tanto, surge un llamado urgente a las autoridades para reactivar y fortalecer los programas de prevención, especialmente para aquellos canes que no tienen dueño. “El Minsa tenía una campaña muy intensiva que se llamaba VanCan. Esta se tenía que hacer en todas las fosas médicas del Perú y no sé qué pasó. De pronto en los últimos años como todo en este país, se deja. Hasta que sale el primer caso de rabia y todo el mundo comienza a preocuparse”.
Vera agrega que en el ámbito nacional, la vacunación gratuita es obligatoria por ley tanto para perros como para gatos, aunque se enfatiza principalmente en la población canina. Asimismo se tiene la famosa ‘Ley 4 patas’, por la que se luchó para promulgarla. No obstante, según las experiencias que su organización le brinda, Livoni asegura que no se cumplen las leyes.
“La esterilización desempeña un papel fundamental en la resolución de la problemática. Uno de los desafíos del país es la sobrepoblación de animales, y la falta de estadísticas que cuantifiquen la cantidad de animales abandonados en las calles”, comenta.
Asimismo, ambas expertas hacen hincapié en la importancia de educar a los dueños de mascotas sobre cómo cuidar adecuadamente a sus animales. Aspecto que consideran debe ser agregado a la agenda de los municipios, alcaldías y ministerios.
Por ello, Livoni resalta la necesidad de la intervención estatal en la gestión de la rabia. Bajo su punto de vista, simplemente capturar a los perros y eliminarlos no es la solución adecuada. La respuesta requerida involucra una estrategia integral que incluye campañas masivas de vacunación, educación sobre la tenencia responsable de mascotas y colaboración con las comunidades, alcaldes y refugios de animales.
Triste problemática
Para que un perro se contagie, debe haber sido mordido por un animal infectado, ya sea otro perro o incluso un murciélago. Vera afirma que por la geografía de Arequipa, es común que los murciélagos transmitan esta enfermedad y por ello se ve con mayor regularidad los casos de rabia canina.
Asimismo, cuenta que la rabia se manifiesta de diferentes maneras en los perros. Inicialmente, los síntomas incluyen desorientación y pérdida de apetito. Algunos perros pueden desarrollar hidrofobia, un miedo extremo al agua y la luz. Esta enfermedad puede presentarse en dos formas: la “rabia muda”, donde los perros no son agresivos pero pueden quedarse con la boca abierta, y la “rabia rabiosa”, caracterizada por la agresión y la producción excesiva de saliva debido a alteraciones neurológicas.
Sin embargo, cuando se detecta un caso de rabia, suele desencadenar un efecto dominó de temor en la población. Esto conlleva al abandono de mascotas, lo que aumenta la población de perros callejeros y, en ocasiones, desencadena matanzas innecesarias, como advierte Livoni. Es importante destacar que la rabia es una de las pocas enfermedades mortales para los seres humanos, ya que no tiene cura una vez que aparecen los síntomas.
Es aquí donde la esterilización de las mascotas desempeña un papel vital. Desde una perspectiva social, evita la reproducción no deseada y, en última instancia, reduce la cantidad de animales abandonados en las calles. Desde una perspectiva de salud, previene problemas graves como tumores, infecciones y enfermedades prostáticas. Además, promueve la adopción de animales sin raza, brindando más oportunidades a aquellos que buscan una mascota.
Un consejo final crucial de la veterinaria es evitar tocar a perros callejeros que parezcan enfermos sin protegerse adecuadamente, ya que pueden transmitir enfermedades, al igual que los gatos. Reconocer que las mascotas son parte integral de nuestra comunidad y ecosistema es fundamental. Al cuidar de ellos, también cuidamos de nosotros mismos.