Sed de justicia. La falta de agua: una realidad permanente

El comunicado de Sedapal sobre el corte masivo de agua en algunos distritos generó mucha preocupación en la sociedad limeña. Pero el desabastecimiento de este recurso es una realidad diaria para muchos ciudadanos de las zonas periféricas de Lima.

Por: Nicole Vilca

En los próximos meses se espera el mayor impacto del fenómeno El Niño, un evento climático que trae consigo lluvias intensas (principalmente en la costa norte y en la sierra occidental), sequías (en la zona sur del país), entre otras consecuencias. En este contexto, las autoridades de agua potable enfrentan varios desafíos para garantizar dicho suministro en todo momento. Hoy se habla mucho del corte masivo de agua en 22 distritos de Lima debido a trabajos de mantenimiento por un lapso, máximo, de 4 días. No obstante, la falta de abastecimiento de este suministro es algo  permanente en algunas zonas de la capital. En ese contexto, Nexos visitó dos ollas comunes del distrito de Villa María del Triunfo para exponer la precaria situación en la que se encuentran muchos ciudadanos de las zonas periféricas de Lima. 

El motivo del corte 

El 24 de septiembre Sedapal confirmó en redes sociales lo que muchos venía ya comentando. La interrupción masiva del servicio de agua debido a “trabajos para mejorar el servicio para la zona sur de Lima.  Este anuncio generó preocupación entre la población, por lo que al día siguiente, la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (SUNASS) exigió a Sedapal que comunique el plan de contingencia por los cortes programados desde el 6 de octubre en los distritos de Barranco, Surquillo, La Molina, Ate, La Victoria, Miraflores, San Isidro, El Agustino, Rímac, San Martín de Porres, Cieneguilla, Santa Anita, Villa El Salvador, Independencia, San Juan de Lurigancho, San Borja, Santiago de Surco, San Juan de Miraflores, Villa María del Triunfo, Lurín, y Chorrillos. 

Según declaró el gerente de proyectos y obras de Sedapal, Julio Ramírez, esta es una obra de mejoramiento previamente planificada que consiste en reforzar el sistema primario de abastecimiento. Para esto, se instalará una tubería de 2 metros de diámetro como refuerzo a la matriz Atarjea en Villa El Salvador que beneficiará con un mayor suministro a la zona sur de Lima. Esto implica acciones de ingeniería que suponen el drenado del agua de las tuberías y la posterior reinyección del suministro una vez acabado el trabajo de mantenimiento que se realizará durante aproximadamente 12 horas (desde las 10 am a las 10 pm).

Fuente: Facebook Sedapal

Asimismo, Sedapal, a través de un comunicado, aclaró que “del total de los distritos afectados, 18 recuperarán el servicio dentro de las primeras 48 horas, luego de ello, los cuatro restantes [los cuales son Villa María del Triunfo, Villa el Salvador, Chorrillos y San Juan de Miraflores], por condiciones geográficas, tendrán presiones bajas [que] se irá[n] normalizando en un plazo máximo estimado de 96 horas”. 

Un problema de todos los días 

Pese a que este corte masivo no se debe a una falta de abastecimiento, sí existe un problema de escasez de agua en la capital. Esto debido a que los ríos que abastecen a Lima y al Callao, el Rímac (en promedio 27 m3/s), seguido por el Chillón (en promedio 7.8 m3/s) y finalmente el Lurín (4.5 m3/s), presentan un estrés hídrico alarmante. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, se habla de “estrés hídrico” cuando la disponibilidad de agua dulce per cápita se encuentra entre 1000 y 1700  m3/año. Esto es preocupante, ya que la disponibilidad per cápita media anual en las cuencas de estos tres ríos es ocho veces menor que el índice, por lo que nos encontramos en una inquietante situación de escasez hídrica. 

Sin embargo, pese a que aún las reservas hídricas son suficientes, en Lima Metropolitana, ciudad habitada por 5 millones 102 mil 600 personas, existen zonas periféricas donde la falta de abastecimiento de agua potable proveniente de una red pública es permanente y no solo por cuatro días. Según cifras del INEI, en Lima hay 1.5 millones de ciudadanos que no cuentan con acceso a agua potable ni a alcantarillado, por lo que tienen que abastecerse, principalmente, de camiones cisterna a un precio mucho más elevado del que un ciudadano con una conexión domiciliaria paga. Según un informe de la Sunass en 2016, “de los hogares encuestados en Lima y Callao, el 88% obtiene el agua a través de camiones cisterna, mientras que el 11 % la obtiene de un vecino y el 1 % por un pilón público”. 

En medio de la difícil situación que enfrentan muchos ciudadanos en nuestra ciudad, Nexos visitó dos ollas comunes que sufren por la falta de acceso a agua potable. Ubicadas en Villa María del Triunfo (uno de los distritos que se verá más afectado por el trabajo de empalme que se realizará el 6 de octubre), dicho comedor se enfrentan a enormes desafíos diarios para poder brindar alimentos a quienes más lo necesitan. 

Foto: Nicole Vilca

Chana Cahuachi, representante de la olla común “Siempre Unidos” ubicada en el comité Los Herederos 33-C en Nueva Esperanza, nos comentó que previo a la llegada de Semilla, organización sin fines de lucro de la Comunidad Cristiana Agua Viva, y la Cruz Roja (quienes instalaron dos cisternas y una tubería que ayuda a bombear el agua), ellas, junto con el apoyo de algunos vecinos, tenían que bajar del cerro y subir pesados baldes de agua para poder abastecerse de este recurso.  

Ellas, cabe aclarar, no cuentan con alcantarillado, ni con un sistema de agua potable conectado a una red pública, sino que se abastecen a través de una cisterna que acumula 2500 litros. Las señoras que apoyan a esta olla común tienen que esperar cada jueves al camión cisterna para poder bajar por unas escaleras improvisadas en la tierra para que así conecten la manguera de Sedapal con los tanques de la zona baja de ese asentamiento. Una vez llenos los tanques principales, deben subir unas irregulares escaleras de cemento hasta el segundo tanque y así comenzar a bombear el agua para poder almacenar este recurso. 

Sin embargo, de acuerdo con la información brindada por las representantes de esta olla común, pese a que Sedapal programó con el comité, a través de una llamada, que el suministro de agua llegaría cada jueves semanalmente, hace dos meses este acuerdo no se cumple. La junta vecinal se vio obligada a realizar una protesta para que esta entidad reanudará el abastecimiento de este servicio. Además, las vecinas de esta zona afirman que, debido a la falta de un sistema de alcantarillado, ellas botan el agua al suelo, lo cual genera barro en la parte exterior de la olla y esto ya ha generado varios accidentes (desde caídas, hasta pequeños deslizamientos de tierra que afectan a casas que se encuentran debajo del establecimiento). 

Confirmación de Sedapal cuando la cisterna llega a la zona (vía WhatsApp)
Fuente: chat de WhatsApp del comité del A.H. Los Herederos 33-C 

Esta olla común, así como muchas otras, se abrió a raíz de la necesidad de los vecinos de esta zona que iba en aumento como consecuencia de la pandemia del coronavirus. La señora Cahuachi nos detalló que, pese a las dificultades, ellas continúan con su labor porque hay demasiada población vulnerable que sobrevive gracias a su trabajo. Ellas alimentan a alrededor de 122 personas diariamente, aún cuando no cuentan con ningún servicio básico (ni agua potable, ni alcantarillado, ni luz eléctrica), y tampoco han recibido alguna ayuda por parte del Estado para solucionar estos problemas. 

No obstante, existen zonas donde el acceso es más complicado, por lo que los camiones cisterna no llegan con frecuencia. Nexos se puso en contacto con la olla común “Gotitas de Esperanza”, ubicada en el Asentamiento Humano 27C ACU-Cercado, donde el abastecimiento de agua potable se interrumpió hace más de 2 semanas. Esto como consecuencia del derrumbamiento de dos pircas que sostenían el único acceso que este asentamiento tiene para que vehículos pesados transiten. 

Conversamos con el presidente del A.H. 27C ACU-Cercado Zona II, Moisés Ramos, quien reveló que el desprendimiento de las pircas afecta a 10 asentamientos humanos aledaños y a varios programas  sociales (comedores, vaso de leches y ollas comunes) ubicados en la zona. Además, la caída ocasionó daños en algunas casas, pero sobre todo a varios tanques que se encontraban en la carretera, ocasionando que varias familias pierdan su único método de juntar este recurso importante. Ramos reclamó, también, que pese a que se reunieron con la congresista Yoel Kira Alcarraz, del Partido Democrático Somos Perú, y con otras autoridades de la zona, y que, además, presentaron un informe al Área de Gestión del Riesgo de Desastres de la municipalidad, no han recibido ninguna ayuda o visita al área afectada por parte del Estado, aún cuando les dijeron que se iban a comunicar con ellos de inmediato.

En respuesta al desinterés por parte de las autoridades, los vecinos unieron esfuerzos para construir unos muros de contención con la finalidad de garantizar seguridad a los camiones cisterna de Sedapal y así poder recuperar el suministro de agua. Esto sin ninguna supervisión de la Municipalidad de Villa María del Triunfo. Durante nuestra visita, el 28 de septiembre, los vecinos habían detenido las obras y se habían reunido en el área afectada debido a que un medio de comunicación nacional les comunicó que iban a cubrir la situación. Sin embargo, no llegaron. 

Sabina Navarro Machato, vecina de la zona y vicepresidenta del comité de ollas comunes del mismo asentamiento humano, nos explicó que el único acceso a esa área para grandes vehículos es a través de una carretera que pasa por el A.H. El Paraíso. Dicha vía fue adaptada años atrás por los vecinos y no por la municipalidad. Cada vez que pasa un camión cisterna, este se estaciona a aproximadamente 5 metros de la zona afectada, los vecinos tienen que arrastrar sus grandes tanques vacíos que se encontraban en las zonas más bajas (donde el camión no quería entrar) para que sean abastecidos y así, una vez estén llenos, ubicarlos otra vez en su posición inicial. 

Foto: Nicole Vilca

La olla común “Gotitas de Esperanza” ha dejado de funcionar hace cuatro días debido a que sus reservas de agua se agotaron por completo. Para acceder a este lugar se necesita atravesar un pequeño pasadizo adaptado por los mismos vecinos que dependen de este servicio. Liliana Rosales, presidenta del comité, nos explica que si bien la Municipalidad de Lima les donó unos víveres para cocinar, ellas no pueden hacer nada debido a la falta de agua. Sabina Navarro recalcó que la donación de alimentos no llega muy seguido (y, a veces, llegan alimentos que están a punto de vencerse), ya que la ubicación de la ollita está muy escondida y es de difícil acceso. 

Además, nos señaló el pequeño tanque donde almacenan agua, que se encuentra en precarias condiciones, debido a que es uno muy antiguo que no cuenta con una tapa para proteger el suministro, por lo que muchas veces lo acumulado se vuelve de color verde, lo que impide su uso. De la misma manera, temen que por desechar el agua sucia al suelo directamente, ya que no cuentan con sistema de alcantarillado, su pequeña pirca se deslice por el exceso de humedad, destruyendo así el único acceso a su establecimiento.

Gracias a las ollas comunes de la zona alrededor de 22 familias sobreviven día a día, pero si bien ya son afectadas porque no cuentan con un sistema de agua potable y alcantarillado, el problema del desabastecimiento de Sedapal a través de las cisternas empeora drásticamente esta situación. 

La ayuda es necesaria

La realidad de estas ollas comunes es una muestra clara de las dificultades que muchas comunidades enfrentan a diario. Es fundamental que las autoridades tomen conciencia de esta situación y brinden soluciones concretas para garantizar el acceso de este recurso a estas ollas comunes y a todas las personas que dependen de ellas. Según la Sunass, “cada hogar limeño sin acceso al agua potable se ahorraría en promedio S/. 724 al año si estuviera conectado a la red de SEDAPAL”. Sin embargo, este es un trabajo de arduo esfuerzo que no se soluciona con la premura que estos ciudadanos necesitan. Frente a esto, si deseas colaborar con algunas de las realidades aquí expuestas por favor comuníquese al: 

  • Olla común “Siempre Unidos” – Sra. Chana Cahuachi (representante): (+51) 988131845
  • Asentamiento Humano A.H. 27C ACU-Cercado Zona II – Sr. Moises Ramos (presidente):  (+51) 931059636.
  • Olla común “Gotitas de Esperanza” – Sra. Liliana Rosales (presidenta): (+51) 966762918

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