La presencia de expresiones como la pintura, la música o la danza nos motiva a cuestionar, reflexionar y explorar el mundo que nos rodea. Pero el recorte presupuestal propuesto por el MEF y el MINEDU a las escuelas de arte peruanas enciende las alarmas de quienes resguardan el valor cultural detrás de estas manifestaciones.
Por: Julio Andía y Estefano Cortez
De la existencia humana emergen delicadas y poderosas expresiones artísticas que trascienden las barreras del espacio y del tiempo, y capturan pensamientos, momentos y emociones. De gran resonancia, el arte no solo es testimonio de nuestra capacidad creativa, sino que desafía convenciones y despierta conciencias, empieza discusiones sociales y nos permite transformarnos. En este sentido, ¿qué sucede cuando este tesoro invaluable que fomenta el juicio crítico y el diálogo termina relegado a un segundo plano?
Los ministerios de Economía y Finanzas y de Educación anunciaron el recorte de los presupuestos de las escuelas nacionales de arte en más del 60% para el periodo 2024-2026, una cantidad que no solo las pone en riesgo de cerrar, sino que también confirma la poca importancia que recibe este ámbito en el país. Si bien esta asignación todavía no es definitiva, la preocupación y la incertidumbre se apoderan de estas casas de estudios.
Un panorama crítico
Ante la medida tomada por los organismos estatales, las cuatro escuelas de arte de Lima alzaron la voz para reclamar el injusto recorte. Los más afectados son la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú (ENSABAP), la Escuela Nacional Superior de Folklore “José María Arguedas”, la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático “Guillermo Ugarte Chamorro”(ENSAD) y la Escuela Nacional Superior De Ballet (ENSB).
Lucía Lora, directora general de la ENSAD, confirmó para Nexos que este presupuesto no les permite terminar el año académico. “No estoy 100% segura de que se va a abrir el ciclo 2023-2”, explicó. Esta es una catástrofe que afectaría a alrededor de 550 alumnos solo en este ciclo regular, lo que significa una cifra preocupante en vista de que la situación para el resto de las escuelas es similar.
A pesar de los intentos de las cuatro casas de estudios por reunirse con la ministra de Educación, no ha habido ninguna respuesta por parte de las autoridades gubernamentales. Entre partituras caídas e instrumentos empolvados, no se les ha dado siquiera alguna razón para la esta reducción, según nos cuenta Lora.
¿Cuánto vale el arte en el Perú?
“No vas a vivir de eso”, es la típica frase que muchos padres y madres repiten cuando sus hijos les comparten su deseo de estudiar una carrera relacionada al arte. Y es que en general en el país esta profesión siempre ha sido vista desde un segundo plano. Históricamente la belleza cultural ha sido desplazada por conocimientos más tradicionales como las ciencias o los números. El arte ha sabido vivir con el estigma de que es una actividad de bajo valor, y tal vez el poco dinero que se planea asignar al funcionamiento de las escuelas lo confirme.
Para Lucía Lora, directora general de la ENSAD, este pensamiento no es correcto. Un país que no le da al arte la importancia que merece “está condenado a reproducir sus mismos errores. Problemas tan agobiantes como la corrupción tienen su origen en una construcción subjetiva y si no hay arte ni cultura no hay manera de revertirlos. Estos son la base para que los países logren un desarrollo sostenible”, explica.
Ciertamente, la vida sería muy lúgubre sin la presencia de estas formas de expresión. “Te abre el mundo, te llena de conocimientos, te carga de emociones. Es importante que las personas sean conscientes de este tipo de aprendizaje”, cuenta Solange Villacorta, docente de ballet clásico en la ENSB.
Un avance que no permite retrocesos
Pintura tras pintura, soneto tras soneto, muchos artistas peruanos se han esforzado por vencer los estigmas que rodean su pasión y han logrado hacer realidad su sueño. Tanto es así que para el 2018 el 70% de los graduados de la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú ya vivían de su carrera, un hecho sin precedentes teniendo en cuenta el alto valor de las manifestaciones artísticas en comparación a las oportunidades laborales que van surgiendo en el rubro.
Lo que hace unos años se concebía como un escenario improbable, hoy es una realidad y confirma la gran evolución que ha tenido el arte en nuestro país, un progreso que ahora se ve en peligro y cuyos avances podrían ser desperdiciados ante la medida del MEF y del MINEDU. El cierre de estas escuelas sería catastrófico, pues aquellas personas que decidan emprender este camino solo podrían dirigirse a centros de estudios privados.
Asimismo, esta decisión podría separarnos aún más de muchas naciones vecinas, quienes nos sacan ventaja en este tema. Según Lucía Lora, directora general de la ENSAD, en muchos países latinoamericanos “hay universidades de arte desde hace mucho tiempo. Lo mismo pasa con las políticas. Perú tiene política de cultura, pero no de arte. Venimos muy rezagados en comparación con la región. Esto tiene un impacto muy importante porque se relaciona con cómo pensamos el arte”.
En la misma línea, Solange menciona que aquí “hay mucho talento, aunque a veces falta motivación por la escasez de recursos. Eso es lo que nos diferencia en relación con otros países, pero estamos en la búsqueda de lograr ese apoyo para las nuevas generaciones”.
Estas expresiones llenan de color nuestra vida, nos otorgan identidad, sensibilidad. Se aboga por la protección de todo ello que nos vuelve humanos, desde aquel escape abstracto de la realidad hecho arte o la denuncias sociales que reflejan nuestras necesidades en una pintura, una obra teatral o una emotiva canción. Allí radica la importancia de resguardarlas, fomentarlas y darles la relevancia que merecen dentro de nuestra sociedad.