La temporada de precipitaciones en el Perú ha llegado de nuevo acompañada de nefastos deslizamientos que destruyen a su paso la vida que conocen familias enteras. El gran número de población afectada y las pérdidas económicas nos hace cuestionarnos por qué cada verano la situación se repite.
Por: Stephano Jiménez y Néstor López
La alarma por las lluvias torrenciales en el país se ha encendido en estas últimas semanas. Los huaicos, una vez más, afectan los departamentos de Apurímac, Ayacucho, Cusco, Huancavelica, Junín, Pasco, Ucayali y Arequipa durante los meses de enero, febrero y marzo. Así, mientras que en varios rincones del Perú las personas disfrutan del sol y la playa, las gotas del cielo que velozmente caen y dan la sensación de ser imparables desprenden masas enormes de lodo y rocas que se llevan todo a su paso.
En Áncash el desastre ya ha dejado un muerto. En Camaná la cifra aumenta a 18 personas, sin mencionar los heridos y las grandes pérdidas materiales en actividades como la agricultura, la microempresa o el turismo. En los distritos limeños de Chosica y Santa Eulalia son más de 250 viviendas perjudicadas por los deslizamientos del pasado 19 de febrero. La solución de reubicar a las familias viene siendo una tarea difícil por la cantidad de damnificados situados en estos lugares vulnerables. Para desentrañar esta historia que se repite cada año conversamos con Mario Casaretto, gerente de Gestión del Riesgo de Desastres de la Municipalidad Metropolitana de Lima, y con Andrea Sutizal, meteoróloga del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (SENAMHI).
Bandera roja en regiones susceptibles
Se desconoce con exactitud cuándo sucederá un desastre natural como este. “En Camaná acabamos de ver un aluvión que ha dejado víctimas y daños materiales. Nos ha brindado una señal más de que estos siniestros son impredecibles”, comenta Casaretto. Sin embargo, ante este panorama nuestro mejor aliado es la prevención. Es así que existe la necesidad de conocer cuáles son las zonas más vulnerables, como lo es la sierra occidental. “Si en esta llegan a presentarse borrascas significativas en un solo día, podría generar deslizamientos. Las precipitaciones constantes, por ejemplo, durante una semana, son las que originan los huaicos”, explica Sutizal.
Asimismo, plantear la reubicación de la población es una solución compleja que no garantiza que las familias no retornen al lugar o que otras personas no decidan vivir allí. Rohel Sánchez, gobernador regional de Arequipa, declaró para medios locales de la Ciudad Blanca que “la reubicación es complicada y lenta pues hay alrededor de 3 mil habitantes en todo el recorrido del río Ocoña a los cuales se deben mover”.
El riesgo es alto en zonas que no deberían estar habitadas como Chosica, donde suelen activarse los deslizamientos todos los veranos. Solo basta recordar los devastadores huaicos del 2012, 2016 y 2017. Las instituciones tienen que realizar una labor minuciosa en cuanto a la planificación de los nuevos espacios urbanos pues, como señala Sutizal, es muy probable que “vaya ser difícil mudarlos a otros lados debido a que las personas no quieren perder los bienes que tienen”.
Por otra parte, otra problemática es el incremento de viviendas precarias que por razones económicas terminan focalizándose en las riberas del río. “Falta un trabajo del Estado en el que las viviendas multifamiliares puedan ofrecerse a bajo costo. Esto apoyaría a los ciudadanos a salir de esta situación crítica y repetitiva en la que se encuentran”, denota Casaretto.
Ser precavidos es la clave
Se viene declarando las localidades más lastimadas en Estado de Emergencia. Además, se realizan a la par trabajos de limpieza. La representación de instituciones como el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) o el SENAMHI es constante. Son ellos los que se mantienen vinculados a través de los Centros de Operaciones de Emergencia Local y Regional. Pero este apoyo, si bien es reconfortante, no evita la catástrofe.
Reconocemos que en nuestro país abundan las causas estructurales que originan que las personas tomen la decisión de asentarse en estas zonas peligrosas sin pensar en una próxima mudanza. No obstante, ante un inminente huaico es necesario estar preparado, ser consciente sobre dónde se vive y los peligros que conlleva. “Si yo sé que he edificado mi casa de una manera precaria o sin el asesoramiento técnico profesional, tengo que salir de inmediato y evacuar lo más pronto que se pueda”, recalca Mario Casaretto. Lo primero es salvaguardar a nuestros seres queridos y nuestra vida. Andrea Sutizal, por su parte, señala que aún no existe una cultura de prevención bien posicionada en la mente de la población. Ese es el primer paso que con urgencia debemos dar.