Las motos viven un ‘boom’ en el país

En 2021, la venta de motocicletas en el país llegó a su tope histórico: se vendió casi medio millón de unidades, el doble que el año previo. Expertos de la Asociación Automotriz del Perú y de gremios de moteros nos ayudan a entender las razones de este gran negocio y sus proyecciones.

Por: Mathías Panizo, Renato Rodríguez, Romina Chávez, María Fé López, Jorge Tordoya, Nicolás Garfias

En 2021, el país vivía su segundo año de pandemia. El futuro era incierto. Lima estaba asfixiada por la falta de balones de oxígeno y trabajo. Si algo se respiraba, era terror. La economía intentaba recomponerse mientras algunos negocios dejaban de existir y otros simplemente subsistían. Las calles lucían vacías y el tráfico característico de la capital aún no resucitaba. Paradójicamente, un sector estaba a punto de dispararse: la venta de motos y trimotos, que alcanzaría niveles nunca antes vistos. 

Según la Asociación Automotriz del Perú (AAP), solo en 2021 se vendieron 425.612 vehículos menores en todo el país. De estos, 291.490 fueron motocicletas, mostrando una variación de 49,9% respecto al 2020. “Hubo una explosión de ventas -dice Alberto Morisaki, gerente de Estudios Económicos de la AAP-. Si bien en 2021 se esperaba un rebote en todos los sectores, no esperábamos uno tan fuerte”. 

Morisaki destaca que el factor del aforo y el miedo al contagio en el uso del transporte público “hizo que se evitara su uso y la motocicleta se convirtió en una alternativa válida”. Por otro lado, la golpeada economía hizo que aumentara el desempleo, lo cual generó una búsqueda de trabajos precarios, entre ellos el reparto de comida o ‘delivery’. “La moto se transformó en una opción para que las personas lleven ingresos a sus hogares”, añade el experto. 

El aumento de puestos de trabajo en este sector también fue contemplado por la Asociación de Motociclistas del Perú (Asompe) como una variable que impulsó el incremento de motocicletas e incentivó que ingresaran motocicletas de menor precio, adecuándose a las necesidades del mercado. Daniel Montes, vicepresidente de Asompe, explica que la moto tiene muchas ventajas frente a otros vehículos: “Puedes guardarla hasta en la sala de tu casa, por ejemplo. Los estacionamientos son prácticamente cualquier lugar. Es mucho más fácil moverse por Lima con lo caótica que es, se gasta muchísimo menos combustible, entre otras cosas”. 

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Hoy, cuando ya no existen casi restricción en los aforos y se vive una relativa calma sanitaria, el ‘boom’ de las motocicletas parece haber disminuido. Morisaki proyecta “cerrar el año con una caída de entre 9% y 10% en la venta de de vehículos menores, aunque será igual un nivel por encima del histórico”. Además, se ha registrado un alza en los precios de motocicletas debido, principalmente, al incremento de alrededor 350% del costo de los fletes de importación y la subida del dólar.

Solo 3 de cada 10 motos y trimotos cuentan con SOAT en Perú

Los altos índices de siniestralidad y frecuencia de accidentes han incrementado el precio del seguro contra accidentes de estos vehículos, lo que hace que muchos opten por manejar sin él, a pesar del riesgo.

El Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) cubre la muerte o las lesiones que sufran los ocupantes, y terceros afectados, de un vehículo siniestrado. Y la ley, más precisamente el Decreto Supremo N°024-2002-MTC, obliga a todo vehículo que transite por vías públicas en el país a contar con uno. 

En nuestro país, sin embargo, se paga el SOAT más caro de toda Sudamérica, con un precio que en algunas ciudades puede alcanzar los 139 dólares o unos 550 soles.

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Eduardo Chávez de Piérola, gerente Legal de la Asociación Peruana de Empresas de Seguros (Apeseg), explica que el alto precio del SOAT para motos se debe al alto índice de riesgoque tienen las motocicletas a causa de los accidentes. “Hay dos indicadores: frecuencia y severidad. En vehículos livianos, como los autos, existe una menor frecuencia y severidad. Las motos, por el contrario, tienen un mayorregistro”, agrega.

A pesar del alto nivel de siniestralidad de las motos, los niveles de contratación del SOAT son bajos. Según detalla la Apeseg, solo 3 de cada diez motos o mototaxis en el país cuenta un seguro de este tipo. Cabe señalar que quienes no cuenten con uno pagarán una multa de 552 soles y el vehículo será llevado por la policía a un depósito. 

Unos 14 despistes de moto al día son atendidos por los bomberos en Lima y Callao

A más motos, más accidentes. Así lo revelan las cifras que maneja el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú, que ha atendido más de 2.500 casos solo en los primeros seis meses del año.

La pandemia no impidió que el mercado de las motos se extendiera en el país. Sin embargo, junto con el boom, se ha registrado también un gran número de accidentes en Lima y Callao. 

Solo en los primeros seis meses del año, el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú (CGVBP) ha contabilizado más de 2.500 despistes de moto: unos 14 por día. La cifra va por el mismo camino de 2021, año en que se registraron 5.494 emergencias de este tipo: 15 diarias.

“Es uno de los accidentes más comunes. De hecho, se han incrementado muchísimo a raíz del uso de aplicaciones de entrega de comida rápida”, explica Carlos Centeno, bombero de la Compañía de Bomberos Miraflores N°28. El “despiste de moto” hace referencia a un accidente en el que el motociclista pierde el control del vehículo o a causa de un siniestro cae al suelo. “El protocolo detalla el despiste de moto, pero también puede ser otra cosa: un choque con otro vehículo, por ejemplo”, aclara Julio Caballero, de la Compañía N°120 de San Juan de Miraflores.

El bombero agrega que la incidencia de estos accidentes es muy alta. “En San Juan de Miraflores, hay entre dos a tres accidentes de moto diarios. Pero hay que tener en cuenta que el Servicio de Atención Móvil de Urgencia (SAMU), del Ministerio de Salud, también responde a estos accidentes y hay casos que no son notificados -precisa-. De diez emergencias médicas, podemos afirmar que unas seis involucran a motos”.

En los últimos años, las cifras de los bomberos muestran que la problemática en cuanto a accidentes de estos vehículos va incrementándose. En 2018, se atendieron 3.474 despistes de moto, mientras que en 2019 se registraron 3.750. En 2020, cuando se desató la crisis de salud por la Covid19, las cifras cayeron a 2.973, pero para 2021 los casos aumentaron 84,80% respecto del año anterior, llegando a atenderse 5.494 emergencias de este tipo.

Si bien los escenarios de siniestralidad son altos, los bomberos entrevistados se han topado con casos en los que los motorizados no cuentan con Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT). “A veces, tampoco tienen licencia”, cuenta Julio Caballero, bombero de San Juan de Miraflores. 

Estos suelen ser los motorizados que trabajan para aplicativos, lo cual genera problemas a la hora de trasladar a la víctima.

“Si está asegurado, y dependiendo de la severidad del accidente, lo llevamos a una clínica o al establecimiento de salud más cercano. Pero si no tiene SOAT, lo tenemos que llevar a un hospital del Ministerio de Salud”, advierte Caballero. 

No obstante, Centeno recalca que, aun con un SOAT vigente, puede haber demoras al internar al paciente. “Si todo funcionara, no habría problema de cobertura. Pero el problema se da en la demora de la activación de la póliza: entre 15 y 20 minutos vitales”, concluye. 

El mercado negro de licencias de moto en un negocio que impera: el delivery

Las motos han vivido años bajo el paraguas de la informalidad, pero un Decreto Legislativo busca cambiar el panorama. Diego Montes, vicepresidente de ASMOPE, detalla este dilema.

Cada día, las motos cobran mayor protagonismo en las pistas de Lima. Son cómodas, baratas y también son una importante fuente de trabajo. Sin embargo, en esta ciudad de rebeldes sin causa parecen abundar en la actualidad los brevetes y seguros contra accidentes de tránsito (SOAT) falsos. 

Un grupo de estudiantes del curso de Gestión e interpretación de datos entrevistó a motociclistas que trabajan para diferentes empresas en el rubro del delivery con el objetivo de explorar esta situación. 

Uno de ellos es “Carlos”, a quien llamaremos así para proteger su identidad, y quien contó que le tomó cuatro días tramitar su licencia de conducir de forma legal. Para ello, rindió primero el examen médico, luego sacó una cita para realizar su evaluación de conocimientos y, tras aprobarla, debió pasar el examen de manejo. Fue el único de los entrevistados que obtuvo su brevete con todas las de la ley. 

“Diego”, otro repartidor, eligió una vía más rápida. “Fui al Superpac (una oficina de la Municipalidad del Callao que se encarga de tramitar las licencias de conducir), llené un formulario, me saqué una foto y ya estaba. Me costó 250 soles”, explica. “Javier”, otro moto delivery, asiente. “Tú vas al Superpac en el Callao, te cuesta como 200 y tantos soles”, dice, y agrega que es algo que muchos hacen. 

Otros, como “Eduardo”, simplemente evitan el gasto de dinero y de tiempo y optan por una salida más fácil: manejan sin brevete. 

En el local de Superpac, ubicado en la cuadra 20 de la avenida Elmer Faucett, uno puede gestionar y renovar licencias para conductores de motos y trimotos, entre otros trámites.

Por muchos años, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) les dio a las municipalidades provinciales la potestad de emitir las licencias de conducir para motocicletas (Categoría B-II). “Esto hizo que se generara todo un mercado negro de emisión de licencias, principalmente en el Callao, a través de Superpac”, explica Diego Montes, vicepresidente de la Asociación de Motociclistas del Perú (Asompe). Y agrega: “Prácticamente, era un negocio de venta de licencias”. 

Este panorama no solo puso en riesgo la seguridad vial, sino que mantenía a los brevetes tipo B-II al margen del Sistema Nacional de Conductores, imposibilitando una fiscalización adecuada por parte de la Policía Nacional del Perú (PNP). Por ejemplo, a causa de los brevetes falsos, el puntaje en contra de los motociclistas que cometen infracciones no puede ser registrado. “No hay forma de sacar a esos conductores de la calle”, opina Montes.

Sin embargo, en 2019 se intentaron cambiar las reglas. “Ese año, el MTC publicó un decreto legislativo que obligaba a las municipalidades a migrar las licencias de conducir al Sistema Nacional de Conductores”, explica el funcionario de Asompe. Sin embargo, el proyecto tuvo trabas y la reforma se paralizó. Desde 2020, agrega, en Lima y Callao simplemente se paralizó la entrega de brevetes e incluso se suspendieron las renovaciones de licencias vencidas. El problema es latente. Las pistas lo saben.