El exfutbolista que mantiene vigente la fe después de 11 años de la frase que lo hizo un ícono, le cuenta a Nexos lo que fue retirarse de las canchas, la posibilidad de reinventarse después de una vida en el fútbol y las nuevas pasiones que marcan su día a día.
Por: Joaquín Caballero
El fútbol representa una oportunidad única para alcanzar sueños. Son pocos los afortunados que logran vivir de lo que les apasiona. Pero, tal y como dijo Héctor Lavoe, todo tiene su final. El fantasma del retiro asoma a lo largo de la trayectoria futbolística y sobrellevarlo no es tarea sencilla. Encontrar el éxito fuera del terreno de juego no es una casualidad, pues hay que trabajar para ello. Luis Guadalupe es un ejemplo de lo expuesto. Pasar de despejar un balón a verse rodeado de platos típicos de la gastronomía peruana. Dejar de lado el gol para incursionar en un ámbito desconocido para un jugador de fútbol como las entrevistas. Olvidar las concentraciones para ejercer de jurado en un programa de talento. Todo ello nos lleva a preguntarnos, ¿cómo logra un futbolista alcanzar el mayor éxito de su vida fuera de las canchas?
Rodeado de camisetas, cuadros que inmortalizan hitos del pasado y mesas estampadas con los escudos de los clubes más emblemáticos del mundo, encontramos un pedazo de la historia del fútbol peruano entre cuatro paredes. Con una salsa de fondo, la magia del fútbol en su estado más puro emerge orgánicamente en el restaurante ‘Cuto 16’, donde nos recibe el ‘Cuto’ en persona. Su metro noventa y tres de altura lo hace ver como una figura imponente. Sin embargo, su amigable sonrisa resalta su enorme carisma. Se acerca hacia el cuadro santo y coloca su mano en él como una señal de fe. Tomamos asiento y tras un deguste de deliciosos platos, siendo la carapulcra con sopa seca el estelar, damos inicio a la entrevista.
¿Cómo se siente el ‘Cuto’ Guadalupe emprendedor que actualmente vemos?
Muy feliz. Realmente me encuentro muy agradecido a Dios por este momento. Desde muy chico, tanto mi madre como mi abuela me enseñaron la devoción por el Señor de los Milagros y contribuyeron a crear mi lazo de fe. Aquello hizo que a lo largo de mi vida siempre haya confiado en Dios. Considero que, gracias a ello, en la actualidad me he podido reinventar. Igualmente, siempre he expresado que las oportunidades son para aprovecharlas. Justamente fue eso lo que hice. Hoy en día, me encuentro en la mejor etapa de mi vida.
¿Cómo viviste el momento de tu retiro futbolístico?
El retiro es el momento más difícil para todo futbolista. Durante toda mi carrera, tuve en mi cabeza la idea de que el retiro iba a llegar. Sin embargo, nunca me preparé para ello. Muchos compañeros lograron invertir en su futuro. Algunos otros se prepararon para una carrera que continúe ligada al deporte. En mi caso, nunca me llamó la atención ejercer como entrenador, pues no tenía interés de seguir vinculado al fútbol. Al llegar a los 39 años, realicé una pretemporada con Universitario, pero no pude quedarme. Me hubiera gustado poder terminar mi carrera en la ‘U’, pero las cosas no siempre salen como uno desea. Fue de esa manera como asumí que mi etapa como futbolista había llegado a su fin. No fue fácil. Aprendí que al igual que en todo trabajo, nada es eterno. Recibí un constante apoyo por parte de mi familia, quienes fueron fundamentales para esta nueva etapa de mi vida. Asimismo, tuve una charla espiritual con Dios. Le pedí de rodillas que perdone mis errores y me apoye a conducir mi vida hacia un nuevo rumbo.
¿Qué siguió en tu vida luego de asumir que tu etapa deportiva había llegado a su fin?
Me encontré en una oscura etapa de mi vida. No encontraba la motivación suficiente para renacer. Caí en una depresión que me impedía luchar por mis objetivos. Pero, en el año 2016, llegó una propuesta de trabajo muy importante. ‘El Gran Show’ me invitó a formar parte de su programa. Tuve que pensarlo en su momento, pero finalmente, accedí. En primera instancia, no imaginé que aquello iba a cambiar mi vida. Pero, fue ello lo que me devolvió la sonrisa. Hoy en día considero que tal participación fue un enorme acierto. Durante esa etapa la gente pudo conocer a ‘Cuto’ Guadalupe en otra faceta. Dicho hecho significó una llave para abrir diversas puertas en mi vida. Desde aquel momento, aproveché todas las oportunidades posibles que se presentaron. Asimismo, mi participación en el programa de Gisela Valcárcel desató una cadena laboral para mí, una que me condujo hacia lo que soy hoy en día.
¿Cómo nace la idea de inaugurar el restaurante ‘Cuto 16’?
Vengo de una familia que cocina muy bien. Siempre estuvo la idea y el sueño de poder abrir un restaurante. Luego de mi participación en el programa de baile, tanto mi hermana como mi cuñado me recalcaron la idea de aquel emprendimiento. Fue así como decidí invertir el dinero ganado en un negocio familiar. Gracias a Dios, el restaurante se ha convertido en un éxito total. Las personas que me conocen saben que, desde mi etapa como futbolista, siempre me gustó hacer cosas diferentes. Disfruto estar constantemente en la ‘pomada’ y en las pantallas. Siempre y cuando no dañe a nadie, trato de permanecer vigente en diversos rubros y de aquella manera poder seguir creciendo. De ese modo, hoy siento que me encuentro en mi hábitat.
Al restaurante se le suma el hecho de asumir el reto de tener un programa de entrevistas como lo es “La fe de Cuto”, ¿a qué atribuyes su éxito?
Empecé en este rubro a través de mi columna en el diario Trome. Este medio vio un potencial en mí y me ofreció su confianza. Comencé contando mis anécdotas del fútbol en la época de pandemia. Gracias a Dios, fue un éxito, pues tuvo una enorme acogida por parte de la gente. Después de ello, recibí la propuesta de no solo continuar con la columna, sino también iniciar con un programa de entrevistas. Acepté el reto y titulamos el programa como “La fe de Cuto”. Pienso que el éxito de este radica en el hecho de que no es un programa de entrevistas, sino un diálogo entre amigos. Con cada entrevistado existe una conexión espiritual y ello se ve reflejado en los programas. Incluso, la gente puede encontrar momentos en los que ciertos entrevistados llegan a ponerse sentimentales al igual que yo. En agosto se cumple 1 año del programa y estoy muy contento con los resultados. Además, considero que mi fe contribuyó a que este emprendimiento alcance la popularidad que posee actualmente.
“La fe es lo más lindo de la vida” es una frase que adquirió una enorme popularidad, ¿imaginaste en su momento la repercusión que ello iba a generar?
Creo que Dios siempre tuvo un propósito conmigo. Aquella final del 2011 fue una ocasión que va a quedar en la historia. Haber ganado un título con Juan Aurich ante Alianza Lima marcó mi trayectoria. Para mí fue un placer. Hasta el día de hoy disfruto aquel momento como si fuera algo que comes y te deja un sabor exquisito. Me siento orgulloso cuando alguien indica que lo expuesto aquel día es mi frase. Sin embargo, tengo claro que no es una frase mía, sino de Dios. Pecaría de soberbio en caso diga lo contrario. Jamás imaginé la repercusión que iba a tener. Considero que aquella final fue un punto de quiebre para iniciar una nueva etapa en mi vida.
Durante tu carrera como futbolista el miedo radicaba en el retiro, pero hoy dentro de ese retiro, ¿a qué te le teme Luis Guadalupe?
Es un tema complicado para mí. Siempre he vivido aterrado a que llegue el día en que mi madre no esté conmigo. Mi vida ha girado en torno a ella. He expresado en diversas ocasiones que primero está Dios y luego mi madre. No sé como pueda reaccionar cuando llegue ese momento. Seguramente mi vida cambiará radicalmente cuando aquella ocasión se presente. Por el momento, trato de disfrutar de ella y otorgarle lo que se merece en vida. Actualmente, me desarrollo en diversas facetas para lograr que ella siga orgullosa de mi persona. Eso es lo lindo que te otorga la vida.
Finalmente, ¿qué consejo le darías a los jóvenes peruanos?
En primer lugar, que posean el valor de la gratitud presente en sus vidas. Aquel valor junto a la humildad nunca puede perderse. Siempre deben pensar en el prójimo. Nunca se debe ser egoísta. Deben asumir la responsabilidad de pensar que de ellos depende el futuro del país. Creo que tenemos mucho talento en el Perú. Aquel talento debe estar ligado a la honestidad e igualdad. Vivimos en un país cansado de la maldad, del egoísmo y la envidia. Los jóvenes deben procurar dejar eso de lado para que tengamos un mejor país. La idea de que el enemigo de un peruano es otro peruano debe acabarse.