Si eres un millennial promedio que vive la bizarra experiencia de conocer y salir con personas nuevas en los tiempos modernos, es muy probable que hayas escuchado el término o sido víctima de él. Conectas con alguien, salen, conversan, todo va bien, pero un día: silencio.
Maria Fernanda Zambrano
“De seguro está ocupado ¿no?”, se pregunta Roxana. “Ya responderá cuando tenga tiempo”, no quiere parecer una ‘intensa’. Cada vez que escucha la campanita de notificaciones se le acelera el corazón y desbloquea la pantalla del celular, pero no es él. No entiende qué ha pasado. Las últimas semanas habían conversado durante horas acerca del sentido de la vida, compartiendo risas, vulnerabilidades e incluso separando fechas para la siguiente cita. Sin embargo, ahora estaba echada sobre el colchón suave como un cadáver inerte al ver su último mensaje: “¿está todo bien?”. Había quedado sin leer y la foto del susodicho había desaparecido.
¿Resulta conocido? Lo cierto es que es una situación cada vez más común gracias a las nuevas tecnologías y al auge de las aplicaciones de citas, una mejor conocida entre las nuevas generaciones como: ghosting. Un término que aparece a principios de la década de 2000 y elegida una de las palabras del año 2015 por el diccionario británico Collins. Esta señala la decisión unilateral de una persona de terminar una relación al desaparecer y hacerse el “fantasma”, sin aviso ni explicación, simplemente deja de responder a tus mensajes y llamadas.
Se trata de un fenómeno que encontró su auge social en los años de pandemia. No obstante, si bien este mecanismo puede haberse ampliado y popularizado, esta estrategia para finalizar el contacto no es un fenómeno nuevo. Un estudio sobre relaciones, realizado en el 1970 reveló que mientras los adultos preferían la confrontación como estilo de terminación, los adolescentes y adultos jóvenes preferían la evitación como estilo de ruptura amorosa.
La fórmula del ‘ghosteo’
Para muchos, se trata de una actitud reprochable, pero que vale la pena analizar desde el inicio. Según los especialistas, la persona que ‘ghostea’ usualmente lo hace porque no puede manejar las interacciones desagradables como lo puede ser finalizar un noviazgo o amistad. Para Cris Bernal, psicóloga y fundadora de Respirarte Mindfulness, un espacio que brinda herramientas de bienestar emocional, esta conducta tiene que ver con los vínculos afectivos que establecemos en la niñez, etapa en la que aprendemos a amar y relacionarnos con pares. “Esto puede ser predominante en niños que sientan ausencia en el vínculo parental. Con padres considerados ‘ausentes’ el niño no sabe identificar cuándo necesita un abrazo o cariño recíproco. Por ello, cuando se encuentran con una persona que consideran que está muy presente en su entorno, se asustan y prefieren huir”, analiza Bernal.
Si bien cada caso es bastante particular, la especialista cree acertado decir que el ‘ghosting’ también es una práctica fuertemente asociada a la madurez emocional de la persona. “El que recurre a la desaparición total lo hace para escapar de una clara confrontación o comunicar una decisión complicada que involucra a terceros. Este se ve incapaz de manejar lo que está pasando en ese momento y se le es muy difícil expresarse, por lo que se ve abrumado con sentimientos de culpa y vergüenza”.
La víctima
Roxana se cuestiona si dijo o hizo algo que pudo incomodar a la otra persona. Y es que quien sufre del ghosting debe considerar no solo caer en esta posición, sino ser víctima de ella. Usualmente, quien se encuentra del otro lado del ghosting es quien debe lidiar con el “no saber” y una eterna ronda de preguntas sin respuesta. ¿Hay algo mal en mí? ¿Soy difícil de amar? ¿Si luciera de otra forma, sería diferente?
Al analizar esto, entramos en el territorio de otro término que se ha vuelto bastante popular: la responsabilidad afectiva. Para Bernal, aquí se encuentra el principal daño de que las personas se acostumbren a, simplemente, ‘ghostear’ a quienes no quieren volver a ver. La inseguridad que produce el ‘ghosteo’ en el otro puede llevarlo a falsas afirmaciones sobre sí mismo. La especialista detalla que es fundamental que todas las partes entiendan que existe una responsabilidad por las emociones del otro, que uno también carga con las señales o mensajes que le envía al otro. “Me pasó en varias ocasiones en las que yo me ilusionaba con alguien hasta cierto punto y veía que esta persona desaparecía, entonces iba encontrando un patrón de comportamiento que mucha gente no lo sabe identificar”, nos comentó Sonhan Bei, creador de contenidos que ostenta casi 70 mil seguidores en Tik Tok.
Dame deconexión
Existe un acuerdo colectivo de que el ghosting es una práctica que debemos de evitar a toda costa y priorizar el ser comunicativos en torno a nuestras relaciones. Sin embargo, son pocos los que pueden decir contundentemente que nunca han sentido la necesidad de desaparecer ante una intensa y abrumadora interacción humana. Después de todo, está bien querer tomarse un tiempo de desconexión del mundo. Esto siempre que ningún vínculo cercano se vea trastocado. Por lo menos así lo analiza Sonhan Bei, quien se autodenomina el CEO del “me ghostearon”. “Es muy importante una comunicación asertiva, pero no todos están preparados para ello. Hablar de tus sentimientos y abrirte un poco más, eso es lo que hace que las relaciones con las personas sean más sanas”, comenta.
Sobre ello, Bernal señala que es válido que alguien se encuentre abrumado y necesite tiempo pero que este siempre debe comprender una comunicación clara con las personas que nos rodean. “Si realmente me siento muy abrumado, me tomo el tiempo para luego acercarme a las personas que son importantes para mí y con quienes quiero mantener un vínculo. Un ‘desapareceré un tiempo indefinido porque esto no es lo que quiero ahora’, con eso es suficiente para darle una explicación al otro. Pero esto requiere de un temple emocional necesario que solo te lo da la experiencia”, agrega la psicóloga.
Voltear la página
Gran parte de quienes se han visto envueltos en una situación como esta, necesitan un cierre. Todo tiene un inicio y final, algo que también requiere una verbalización que permita cerrar el ciclo para ambos. Enviar un audio, WhatsApp, conversar en persona. “Al tratarse de un tema sensible que te afecta, no muchos están preparados para tener un tipo de cierre como el esperamos, pero aun así es importante tenerlo, aunque no es algo que se va a dar siempre, por tanto, debemos seguir trabajando en nosotros”, finaliza Sonhan Bei.
Con todo ello, Cris Bernal recomienda que la próxima vez que se quiera optar por desaparecer mágicamente de una relación, lo mejor que se puede hacer es preguntarse el porqué de esta decisión. “Si estoy evitando ser honesto por temor a una confrontación, sí se trata de un mecanismo al que sueles recurrir o esa dicha relación ya no te suma en pro de volverte una mejor versión de ti mismo. Por su parte, para quienes se ven trastocados por la situación, darnos un momento de introspección si estamos atrayendo a personas con estas actitudes y si estamos dejando pasar señales o banderas rojas por la idealización de alguien en realidad solo busca llenar algún vacío momentáneamente”, termina.