En la selva del mundo digital, el periodismo viene mutando para crear contenidos novedosos y diferenciados. Nexos conversó con el subdirector de El Comercio y encargado del área de Transformación Digital para conocer más sobre los retos que afronta la profesión, y su dinámica dentro de los espacios virtuales.
Por: María Fernanda Simborth
No es novedad que el periodismo atraviesa una etapa de reconversión, y menos su inevitable inmersión en un mundo altamente globalizado. Aquí el diario que se leía por las mañanas o el dominical que nos reunía a todos frente al televisor han quedado en segundo plano, siendo desplazados por un simple click o un scroll en un smartphone. Este cambio en las tecnologías de la información ha hecho que la profesión tenga su propio proceso darwiniano para sobrevivir en el nuevo mundo. Una transformación que pocas personas han analizado tanto como Carlos Salas, Subdirector del diario El Comercio y quien lidera la metamorfosis digital del decano de la prensa peruana. Esta vez, nos cuenta sobre el universo de retos que trajo la inmediatez a la profesión y la nueva dinámica que trabaja el diario para adaptarse a tiempos más contemporáneos.
¿Cuáles fueron los principales retos que afrontaron durante su paso al mundo digital?
Primero tuvimos que ponernos a tono todos. No es un cambio solo en la redacción, sino uno transversal, que incluye además la cultura del mismo diario. Esta transformación creó nuevos organigramas e indicadores; el desarrollo tecnológico hizo que la manera en la que medíamos a nuestros lectores se modifique a favor de una nueva forma de hacerles seguimiento. Eso, en una empresa con una tradición de moverse exclusivamente pensando en el impreso cuesta, demora y requiere de mucho tiempo invertido. Activarnos todos en la misma lógica definitivamente fue un reto.
En esta nueva era, ¿cuál crees que es la principal diferencia entre el tratamiento de la información con la versión impresa?
La presencia del breaking news. Es una posibilidad muy digital que no siempre llega al impreso. Para entender esto, hay que tener en cuenta de que la web se alimenta de dos tipos de nota que siguen la agenda: los breaking news y los artículos de firma, más elaborados. El papel contempla más el segundo tipo, porque por una cuestión horaria el lector del impreso ya se enteró del breaking por internet. Entonces, la diferencia en el tratamiento se da así: el breaking news tiene un espacio en lo digital que puede o no llegar al papel; si llega, es con una nota de profundidad.
Hablando de la inmediatez con la que se mueven algunos contenidos, ¿cómo se maneja la verificación de estos?
Para el breaking news, mientras sean datos mencionados por dos fuentes corroboradas como mínimo, va a poder ser publicada. En el caso del site, el tratamiento es caso por caso. Tenemos que constantemente evaluar la información que recibimos, porque esto implica que estamos respaldando, por ejemplo, lo que un personaje dice. Involucra un chequeo bastante exhaustivo, de que existan fuentes fiables, y de que el caso se evalúe con un criterio “personalizado”.
Has estado presente durante la migración del diario a lo digital. ¿Cuál crees que es el mayor logro de El Comercio en este proceso?
El sitio tiene el primer lugar en el GDA (Grupo de Diarios de América), en lo que respecta al nivel de captación de audiencias con información de breaking news o notas cortas. Eso es muy meritorio. Hace dos años competíamos con RPP o La República; hoy estamos a la altura de diarios como El Tiempo y La Nación. Nos hemos hecho más fuertes internamente. Además, creo que tenemos un margen de mejora enorme en lo que vienen a ser notas de autor, pero lo que queremos es llevarlas, como productos diferenciados, a un siguiente nivel.
Y estos productos que sobresalen entre los demás son un desafío…
Sí. Las notas a profundidad van a lograr diferenciales más marcados entre una cabecera y otra. Lo que te aparezca en el home page de elcomercio.pe debe llegar a ser algo que no encuentres en otro lugar. Eso pasa a ser hoy como la definición de la edición impresa de cada medio, porque en el papel se resumen las notas que abordan los múltiples ángulos de los breaking news de la web. Hacia eso apuntamos.
Y hoy, con el público como prosumidor, ¿cuál es el papel del periodista?
El de colocarse en espacios de análisis más minuciosos que el lector, en un simple vistazo, no puede tener. Ahora este sale de su cómodo sofá y se mete en las redes para tener su opinión propia. Por eso, el valor del periodista es el de un experto. Pero tiene que ser genuinamente un experto que entregue un nivel de profundidad en la nota firmada que pueda permitirle marcar distancias con el lector. Si a la hora de la hora es un contenido parecido al que un entusiasta puede hacer, entonces no estamos haciendo lo suficientemente bien nuestro trabajo. Ahí radica nuestra competencia diaria en las redes, donde todos nos sentimos con el derecho de tener nuestra propia versión sobre lo que pasó.
Ya para finalizar, ¿cómo ves el futuro del periodismo, de las nuevas generaciones de periodistas?
Yo soy más optimista que muchos. Creo, en primer lugar, que el periodista egresado va a ser una persona con muchas más virtudes que el anterior, porque va a desarrollar habilidades para moverse en muchos más formatos para contar una historia. Por otro lado, el futuro del periodismo peruano está ligado a su capacidad de reinventarse todo el tiempo. Las reglas de antes no necesariamente funcionan ahora. Hay tantos cambios a tantos niveles que tiene que existir por parte del periodismo un espacio de autocrítica y reflexión permanente. Y también de transparencia con el lector, para reconocer que no somos perfectos, pero que repensemos nuestros modelos de una forma dinámica.
