El fracaso de Alianza Lima y Sporting Cristal en el torneo de clubes ha vuelto a generar decepción en sus hinchas y relanza la pregunta: ¿está en capacidad de competir siquiera algún cuadro del fútbol peruano? Nexos analizó con un periodista deportivo las deficiencias de nuestros equipos en justas internacionales.
Por: Stephano Jiménez
La pasión siempre late en el corazón del hincha, pero muere rápidamente cuando se observa que no hay ninguna posibilidad de superar nuestra pesadilla más tormentosa de cada año: ganar un solo partido en una copa internacional. ¿Pero acaso debemos esperar que eso ocurra? ¿Tenemos equipos que puedan plantar cara en la Libertadores? ¿Acaso fueron simples golondrinas las campañas de Universitario y Cristal cuando llegaron a la final del torneo continental?
Cuando pensemos en volver…
Históricamente, tras 62 años de vida de este torneo intercontinental, Perú solo ha llegado a ser dos veces finalista y nunca campeón: Sporting Cristal en el año 1997 y Universitario en el año 1972. “Esta realidad es la consecuencia de un país que no tiene un campeonato bueno ni bien organizado o la posibilidad de surgir”, comenta Luis Trisano, periodista peruano deportivo y actual director de TV Perú Deportes, quien agrega que, en la actualidad, a lo que se aspira es a obtener un solo punto o una victoria en fase de grupos.
Una dura realidad es que nuestros campeones nacionales, que etiquetamos como “equipos bien completos”, parecen no manifestar todo el potencial que hacen ver en el torneo local. Alianza Lima tiene 28 partidos consecutivos sin conseguir una victoria en este torneo. La derrota ante Fortaleza determinó que los blanquiazules ostenten los peores números en la historia de la competición, un hecho que también trasciende en la peor racha peruana en más de 60 años de participación en esta justa continental (El Comercio, 2022).
Sin embargo, no todo siempre fue tan trágico. Muchas escuadras estuvieron cerca de alcanzar el último escalón, pero tuvieron un resbalón ya sea por la desconcentración o la sobreconfianza de ya estar ganando por alguna diferencia. Universitario, por ejemplo, tuvo la oportunidad de pasar de ronda en la edición del 2018. Habiendo perdido por dos tantos a cero frente a Oriente Petrolero de visita, en el Monumental dieron pelea anotando tres para lograr cosechar un paso más para un cupo en la copa. Lamentablemente, los errores son causas constantes que deambulan por la cabeza del jugador peruano y los dominan para evitar obtener la gloria.
No se trata de perderle el miedo al competir contra un equipo argentino o brasilero, por ejemplo. “No te ganan porque tienen miedo, sino porque son mejores, cuando la pelota corre, eso desaparece”, declara Luis Trisano. La confianza y el poder mental llega a ser un factor dependiente del rendimiento que un equipo mantenga en el campo verde, y eso es algo que cada año brinda más sorpresa. Ocurrió con Jorge Willsterman hace unos años al mando de Jorge Mosquera, cuando goleó al River Plate de Argentina. El club altiplánico no tenía un respaldo millonario o una escuadra que destacara en su totalidad. El punto a favor fue para la altura boliviana.
Una pieza del rompecabezas
Ricardo Gareca mencionó en una entrevista para la radio argentina en el año 2021 que, en el Perú, la infraestructura no ha crecido desde los setenta y, por ello, la selección afronta la problemática de que sus jugadores no pueden crecer. El pasado 6 de abril brindó una conferencia previa a la preparación para el repechaje para Qatar 2022, en el que declaró acerca de la organización de los clubes peruanos. “Se necesita mucho más. Si me preguntan qué les hace falta, infraestructura”, explica el entrenador de la blanquirroja. La urgente necesidad de recomponerse no solo como país, sino a nivel deportivo es un punto que se ha dejado de lado por muchos años.
En el ámbito futbolístico, varios de los equipos nacionales no tienen el respaldo necesario para poder desarrollarse y crecer. Encontramos talentos, pero no sabemos cómo manejarlos o hacerlos ver por el problema dirigencial. Trisano afirma que hay la necesidad de una reestructuración. “Alianza tiene Matute, y para de contar. Un equipo de primera con la historia local que mantiene debe tener 8 canchas de entrenamiento o un complejo inmenso”, menciona. “Sport Boys está mendigando campo de entrenamiento, le pide a la región poder entrenar en el Grau, terminan por buscar dónde entrenar”, continua Trisano, quien agrega que no es la forma de desarrollarse y es difícil observar crecimiento si no se encuentra el respaldo logístico.
La dura realidad del fútbol peruano proviene de un enfoque exclusivo hacia los equipos de la capital, cuando muchos de los talentos peruanos que se desarrollan profesionalmente vienen de pueblos lejanos. Gareca ha alzado su voz para aquellos que estaban escondidos y desearon ser vistos, lo cual ha podido darse a notar en estos últimos años en las clasificatorias mundialistas.
Nombres como Raziel García, Luis Iberico o Alex Valera no se encontraban en el chip del hincha peruano. Jugadores de equipos que se encuentran en Arequipa, Cusco o La Libertad se convirtieron en posibles piezas de recambio, incluso candidatos a ser titulares. La cuestión no es que uno vaya más allá de manera solitaria, sino con un respaldo importante que permita la oportunidad de una visión que sea lo más amplia posible, cosa que en el Perú parece estar a años luz de hacerse realidad.
De abajo hacia arriba
¿Qué se necesita para que un equipo sea candidato al título? Un buen planteamiento y una buena cabeza. Para Trisano los problemas ocurren cuando se presenta una falta de comunicación desde arriba.
“No es malo contratar más, tengo que crear competencia y reforzar el equipo. El tema es, que cuando los jugadores llegan y no por decisión del entrenador, hay un quiebre”, comenta el periodista, quien apunta que si el mismo director técnico conversa con la comisión directiva para plantear opciones nuevas de jugadores, se presenta una buena relación. “Sin embargo, te llega un jugador que no pediste y que estás en la obligación de hacerlo jugar porque costó caro, te crea obligación y empieza la presión, incluso del propio futbolista”, agrega. Este es un grave problema que trasciende mucho en los equipos grandes.
Perú tiene una fuente enorme de promesas y canteranos que, día a día, relucen en sus respectivos equipos. Podría ser un formador y vendedor de futbolistas jóvenes incluso, no debe ser lejano porque talento hay. No será una potencia, pero la oportunidad se aprovecha. “Los clubes que más dinero ganan por el tema de compra y venta de sus divisiones menores es Portugal. Sin ser potencia, es un gran generador de futbolistas” declaró Luis Trisano. Por lo tanto, la buena logística dentro de los clubes y también de la misma federación junto con el regreso del torneo de menores será una nueva oportunidad para que, en cuestión de tiempo, nuestro país pueda tomar un pequeño protagonismo.