La revista del fondo editorial de la Universidad de Lima ha sido indexada a una prestigiosa red de investigación internacional: Scopus. El director, Julio César Mateus, y la editora, Lilian Kanashiro, conversaron con Nexos sobre la importancia de este reconocimiento, rememorando, a su vez, la historia de la recorrida publicación.
Por: Diana Gómez
Felicidad y orgullo son los primeros sentimientos que embargan el corazón de todo el equipo de Contratexto. Se trata de un logro que representa un hito para la Universidad de Lima, pues es la primera revista de esta casa de estudios en ser indexada a una red de investigación tan prestigiosa como Scopus, uno de los repositorios de material científico más grandes del mundo. “Este proceso empezó en el 2017, cuando se asume la responsabilidad de hacer los primeros cambios a nivel editorial para que la revista reúna las características solicitadas por las indexadoras”, señala Lilian Kanashiro, editora de Contratexto. “La colaboración con la Biblioteca, el Fondo Editorial y el apoyo de la facultad han sido indispensables para dar los primeros pasos” agrega.
No ha sido una tarea fácil y el recorrido ha sido largo. Desde sus orígenes en 1985, Contratexto ha sido considerada como una revista académica pionera en en las facultades y áreas de Comunicaciones del país. Con el objetivo poner esta disciplina en el mapa universitario se convirtió en un espacio que permitió las publicaciones de diversas figuras relevantes en la producción teórica de América Latina como Aníbal Ford, Teresa Quiroz, Jesús Martín Barbero, Marita Mata y Javier Protzel.
El pasado jueves 10 de junio Contratexto lanzó su número 35, enfocando el contenido en el impacto de las plataformas digitales y la ciudadanía política. Sin embargo, la revista fue indexada a la base bibliográfica desde su edición anterior, la número 34. Los integrantes del equipo señalan que fue un gran reto.
Desde la contratación de una nueva practicante profesional hasta la implementación de procesos de evaluación más rigurosos – posteriormente alineados a las exigencias de Scielo y Scopus -, el equipo de Contratexto se enfrentó a un panorama que requería mayor dedicación en ciertos ámbitos en los que no habían incursionado antes. “Yo no tenía mucha experiencia en gestión editorial ya que regresaba del extranjero y al principio participé como editor internacional invitado”, comenta Julio-César Mateus, director de la revista.
Fueron dos hechos determinantes los que dotaron de valor a la revista en los últimos 10 años y lograron conseguir la indexación. Por un lado, se tuvo la reformulación del Instituto de Investigación, y por el otro, se aperturó una mirada con proyección hacia la producción de conocimiento científico. “Un reto fundamental fue la colaboración internacional, ya que la revista requiere que se involucren editores y evaluadores de otras universidades. Para ello, las redes de colaboración científica internacional juegan un papel fundamental”, indica Kanashiro.
Fue un proceso de aprendizaje, perseverancia y resiliencia. Para su suerte, el trámite de indexación no se vio perjudicado por la pandemia del COVID-19, pues las redes de colaboración internacional ya eran digitales antes de este acontecimiento. “La revista se hace en dependencia de redes sociales especializadas, correos electrónicos y bases de datos. En este sentido, ya éramos virtuales antes del confinamiento”, comenta Mateus. “De todas las responsabilidades que nosotros teníamos cuando aparece la pandemia, probablemente es Contratexto la revista que ya estaba preparada para ese escenario. Hemos editado números enteros sin conocer presencialmente a los editores; el trabajo de la revista siempre fue remoto, no hubo nada que adaptar”, complementa la editora.
A pesar de que este reconocimiento signifique un gran logro para el equipo de Contratexto, otras preocupaciones surgen a raíz del mismo. La dinámica de la revista ha dado un giro que implica mayores exigencias en la calidad y cantidad de las publicaciones. Esto requiere una reorganización estructural para poder estar alineados con los estándares y cumplir con las expectativas de la comunidad científica internacional ya que, como señalan los entrevistados, los índices no son una garantía eterna.
“Al culminar esta primera fase tenemos que seguir postulando a otros índices y es necesario aumentar la visibilidad y el impacto para ir escalando. Scopus divide su revista en 4 cuartiles; nosotros, para empezar, debemos pasar al primer cuartil (4). A medida que recibamos más contribuciones y mejores citaciones iremos ascendiendo, pero todo esto debe ir acompañado de una cultura de investigadores que entienda el funcionamiento de las publicaciones científicas”, enfatiza el director.
El equipo de Contratexto ya tiene en la mira formar parte de la segunda indexadora más importante del mundo: Web of Science. Asimismo, está trabajando en cumplir los requisitos de otras indexadoras regionales para integrarlas pronto. El objetivo más próximo se centra en actualizar y adaptar el sistema de trabajo para poder seguir manteniendo el mismo trato personalizado y ágil de revisión para las publicaciones, que hoy por hoy oscila entre 3 a 6 meses. Los miembros de la revista son conscientes de que esta meta alcanzada no solo les concierne a ellos mismos o a la Universidad de Lima, pues es un reconocimiento que que involucra al país en su totalidad. El Perú tiene pocas revistas reconocidas a nivel internacional, y es necesario que las publicaciones científicas empiecen a destacar más. “Esto devendría en un logro no solo para una institución singular, sino también para el desarrollo de la investigación y reconocimiento científico”, finaliza el equipo. La ciencia es el futuro.