El Día Internacional del Medio Ambiente llega en un escenario político sumamente complejo, y la falta de propuestas por parte de ambos candidatos presidenciales para atender la crisis climática nos obliga a hacernos el siguiente cuestionamiento: ¿podremos sobrellevar los próximos años sin una estrategia medioambiental?
En las últimas semanas, diferentes sectores del país han experimentado el golpe de la incertidumbre y pánico generalizado al no saber qué pasará con sus actividades después del 06 de junio. Sin embargo, después de casi un mes de propuestas, debates técnicos, rectificaciones y nuevos planes, podemos decir que si hay alguna certeza para el futuro que se avecina con un gobierno tanto de Castillo como Fujimori, es que este será uno sin rutas de acción para el sector medioambiental. En el marco del del Día Internacional del Medio Ambiente, por celebrarse el próximo 5 de junio, Nexos conversó con especialistas del rubro sobre los desafíos que deja la gestión de transición y el peligro de ignorar una problemática de talla mundial como el cambio climático.
“Cualquiera que haya revisado los planes de gobiernos de ambos candidatos o, simplemente, haya visto el debate ‘técnico’ de los equipos, sabe que ninguno tiene una sola propuesta real con respecto al impacto medioambiental”, afirma Isabel Calle, Directora Ejecutiva de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA). Y es que, en su opinión, los políticos han olvidado que el cambio climático es una crisis mundial mucho antes de la llegada de la pandemia.
Por su parte, Manuel Pulgar Vidal, ex Ministro del Ambiente y actual Líder Global del Clima & Energía de la WWF, confirma que los candidatos presidenciales nos dejan ante una mirada poco esperanzadora por el futuro de la conservación ambiental del Perú, algo que considera nefasto debido a que el previo manejo del Ministerio del Ambiente por el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski ya había resultado perjudicial. “Aquí se produjo el divorcio entre el ambiente y el resto de sectores productivos. Esto debería ser impensable en el mundo moderno de las economías sostenibles, sin embargo el futuro parece ser peor, cayendo en manos inexpertas”, indica.
El ecosistema que deja el gobierno de transición
Parte importante de la preocupación de los especialistas con respecto al futuro climático del país surge a raíz de las iniciativas inconclusas que deja la gestión de Gabriel Quijandría, actual Ministro del Ambiente. Entre ellas, Isabel Calle resalta la regulación de actividades extractivas permitidas en ecosistemas como la recientemente denominada Área Dorsal de Nazca y los bosques forestales de nuestra amazonía.
“Ahora que la Dorsal de Nazca ha sido proclamada un área protegida, se ha reiterado la necesidad de respetar la normativa existente, pero poco se ha aclarado sobre cómo se va a conducir a partir de ahora la pesca masiva del bacalao. Si esto no se regula, de nada sirve tener áreas de conservación”, indica.
Además, explica que en los últimos años el Perú viene afrontando un serio problema relacionado a la minería ilegal y la depredación sin límites de los bosques, algo que el gobierno actual continúa postergando. “Lo que se hace constantemente es ampliar normativamente el periodo de formalización para la minería artesanal, sin embargo, la cantidad de extractores ilegales de oro en la selva peruana sigue siendo de mayoría abrumadora. Algo no está funcionando en los procesos”, señala Calle.
La pregunta clave en esta problemática es si algún gobierno decidirá estudiar la viabilidad ambiental de mantener este tipo de actividades en nuestros ya dañados ecosistemas. Según lo explicado por la ejecutiva, esta técnica de minería artesanal comprende un movimiento de suelos que obliga a un desgaste permanente de la vegetación, por lo que es fundamental implementar medidas de fiscalización o regulaciones legales.
Por otro lado, Pulgar Vidal resalta que las nuevas autoridades deben devolverle al MINAM la capacidad de gestión transversal necesaria para intervenir en conflictos sociales vinculados a la minería, tala de árboles, la pesca industrial, entre otros. “Este es un sector que tiene que ver con la inversión, tiene que promoverla bajo reglas de sostenibilidad. Tiene que ver con los conflictos, la licitud de algunas actividades económicas, tiene que promocionar e incentivar las buenas conductas, entre otros. Eso se perdió al inicio de esta gestión”, señala.
El costo ambiental de la recuperación
Si bien la urgencia de todas las naciones, hoy en día, ha sido desviada a la recuperación de las golpeadas actividades económicas a raíz de la pandemia, Calle señala que esta no debería darse a costa de una reducción de los estándares ambientales y sostenibles que han costado años lograr. En ese sentido, menciona como ejemplo el proyecto de Ley impulsado el año pasado por el congresista Omar Chehade, en la cual se buscaba “flexibilizar” las barreras medioambientales para promover los proyectos de inversión.
“El sector trabaja actualmente en diferentes iniciativas que promueven el desarrollo económico de comunidades enteras. Un ejemplo de ello es el programa de sesiones en uso forestal que busca apoyar a la pequeña agricultura, sin que esto genere un impacto en términos climáticos”, comenta Calle. Se trata de uno de los proyectos más importante por perseguir en los años que vienen ya que, según lo comprobado por las cifras actuales, el 50% de los gases del efecto invernadero que emite el Perú están vinculados a la reasignación del uso del suelo, especialmente en actividades como la agricultura.
Siguiendo esta línea, los especialistas coinciden en la necesidad de empezar a aceptar al sector ambiente en su naturaleza transversal y no aislarlo de todas las actividades económicas y productivas. “Los negocios del futuro comprenden el factor sostenibilidad, no deberíamos seguir pensando en la economía sin incluir al medioambiente en la ecuación. Esto es algo que otros países de la región latinoamericana ya han empezado a interiorizar y promover. Uno de los casos de mayor éxito lo vemos en Chile, con el lanzamiento de bonos verdes soberanos”, señala Isabel Calle.
Asimismo, Pulgar Vidal señala que para pensar en el contexto de la reactivación es necesario primero que el MINAM atienda los problemas más urgentes como la reforestación, la minería ilegal, el manejo de zonas marino costeras, conflictos de participación ciudadana, entre otros. “En una segunda entrada es importante tener la capacidad de adecuarnos a lo que son las tendencias globales. El mundo ha cambiado, hoy en día está encaminándose a una nueva economía fuertemente condicionada por elementos de clima y lucha contra la pérdida de la naturaleza”, agrega.
Con ello afirmó que el contexto de reactivación, lejos de construirse a costa del medio ambiente, debe trabajar directamente con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). “Lamentablemente la ausencia del MEF histórica y su resistencia a discutir temas de la agenda global como precio del carbono o de formar parte de la coalición de ministros de finanzas para el clima, ponen en evidencia que poco de la reactivación económica va a tener elementos de sostenibilidad”, indica.
¿Qué nos jugamos?
Contrariamente a lo que uno puede percibir, ya no nos encontramos en una situación en la que podemos darnos el lujo de ignorar la crisis climática. El último reporte mundial muestra que la temperatura del planeta se ha incrementado en 1,2 grados, cuando el límite establecido por el acuerdo de París es de 1,5. En el Perú ya empezamos a ver los efectos de la crisis. Según un último reportajede Ojo Público, publicado el 2 de junio del 2021, nuestro país se encuentra entre los primeros tres del mundo con más muertes relacionadas a la crisis climática.
“Si algo debió haber enseñado esta pandemia es a prevenir y entender la facilidad con la que se puede quebrar nuestra ‘normalidad’. Más adelante no será un virus, pero si la escasez de recursos y las temperaturas extremas”, comenta Calle al reafirmar la imposibilidad de retroceder lo avanzado en materia medioambiental. Esta es la razón principal que debería movilizarnos a todos, pero también debemos recordar que el Perú tiene una serie acuerdos internacionales que cumplir. De no hacerlo, se le restará competitividad internacional con respecto al resto de países en la región.
Por su lado, Manuel Pulgar Vidal, señaló que el riesgo de ignorar las iniciativas climáticas es múltiple, ya que este es reconocido por el Foro Económico Mundial como el más presente en la economía global. “No podemos darnos el lujo de no pensar en acciones de adaptación a las exigencias del clima. El futuro de la amazonía, por ejemplo, es uno que tenemos que ver con preocupación. Los bosques están cambiando en sus formas ecosistémicas, pero a su vez es muy dependiente de los hidrocarburos”.
Igualmente, destacó que perderíamos el avance tecnológico, la innovación y la investigación que el cambio climático está generando. “La ciencia, en un panel intergubernamental de cambio climático, nos ha recomendado al mundo que tenemos que encaminar 4 transiciones: la energética (que implica la utilización de energías renovables no convencionales; la eficiencia industrial; ciudades en la infrestructura y la reasignación del uso de suelos. Todos planes de desarrollo que dejaríamos paralizados por cinco años más”, comentó Pulgar Vidal.
Finalmente, resaltó que no muchos ponen el hincapié necesario en las condiciones de vulnerabilidad en las que se encuentra el país, en relación al recurso del agua, el deterioro de la calidad del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero. “El país es altamente vulnerable, no solamente porque sabemos que las consecuencias del cambio climático pueden estar vinculados a eventos extremos, como sequías, mayores lluvias, o la temperatura del mar, sino que ya empiezan a verse fatalidades alrededor de la población. Si esto no logra despertarnos, nada lo hará”, finaliza.