Pocas veces en la historia del deporte nacional se ha visto una resurrección futbolística como la que ha tenido Alianza Lima este año, y nadie lo sabe mejor que su propia hinchada. Nexos conversó con algunos de sus seguidores más destacados sobre las euforias y disforias que marcaron la travesía de la blanquiazul.
Tocar los dos extremos de la vida en un solo año no es algo fácil de procesar, incluso cuando hablamos de fútbol. Este año, los hinchas del Alianza Lima han sido testigos de la muerte, resurrección y triunfo del equipo de sus amores, un hecho que solamente puede describirse como una montaña rusa de emociones que alcanzó su punto máximo de histeria colectiva el pasado domingo, cuando se consagraron como campeones nacionales. Resulta difícil de creer que hablamos de un equipo que inició el 2021 armando su plantel para segunda división y con expectativas nulas de lo que el año les aguardaba, mucho menos terminar primeros en la Liga 1 y clasificar a la Copa Libertadores. Sin embargo, para Carlos Bejarano, aliancista confeso y profesor de la Universidad de Lima, es en estos momentos donde disfrutamos realmente la belleza del fútbol y la burbuja en la que rodea a todos sus aficionados.
“Empezamos el año sin ninguna confianza de que nos fuera bien y con jugadores que en ese momento eran casi incógnitos para todos. Incluso hasta el final se perfilaba que Cristal voltearía el marcador en algún momento, pero no lograron definir. Esas ya son las cosas maravillosas que te trae el fútbol y que te hacen pensar que todo es posible. Si hay un lugar donde los imposibles pueden tomar forma es precisamente en la cancha”, señala Bejarano en exclusiva para Nexos.
Por otro lado, Anaís Vilca, futbolista femenina de Alianza Lima, describe con orgullo que su equipo es la prueba viva de la superación y resiliencia. “No hay dudas de que este ha sido nuestro año. Tanto el equipo masculino como el femenino han tenido la mejor temporada de su historia. En nuestro caso logramos por primera vez pasar la fase de grupos en la Copa Libertadores, y los chicos han tenido un regreso altamente meritorio. Dice mucho acerca de la dedicación y amor a la camiseta que tienen muchos jugadores”, explica.
En las buenas, malas y peores
El amor no tiene categorías, posiciones sociales o composiciones en una tabla de resultados. Por lo menos así lo es para los verdaderos hinchas blanquiazules, quienes demostraron un nuevo nivel de incondicionalidad y por supuesto, que la fe es lo último que se pierde. Si bien hubo quienes preferían ver a Alianza Lima escalar nuevamente posiciones hasta recuperar lo perdido al final del 2020, Vilca y Bejarano coinciden en que esto no resta mérito alguno para lo logrado por el equipo ni cambió en ningún momento el sentimiento de devoción de la hinchada.
“Por algo existen las reglas y todos las conocen. Si había una posibilidad de revertir la tragedia del año pasado, el club habría estado mal de no intentarlo. Era una carta válida e hicimos bien en perseguirla”, comenta Anaís sobre el fallo final del TAS que le devolvió al equipo la posibilidad de jugar el campeonato de primera división.
Por su parte, Bejarano destaca que cada hincha tiene una relación diferente con su equipo y piensa distinto cuando se les pregunta qué hubiera sido lo mejor. “Muchos vinculaban lo que pasó con el River de Argentina (que también pasó a segunda) con la situación del Alianza a inicios de este año. Creían que el remezón era necesario para regresar con fuerza y ganarnos el puesto dentro de la Liga 1. Personalmente, nunca pude creer que Alianza esté en una situación así y fue un alivio ver la decisión final de la TAS. Lo del mérito deportivo considero que es un romanticismo un poco absurdo y finalmente los chicos igual han logrado lo que todos suponían imposible”, indica.
Después de todo, nadie vive de lo que hubiera pasado y la alegría del domingo no se la quita nadie a los aliancistas. Porque cuando hay goles, los celebra el gerente, el campesino, el que no llega a fin de mes y los altos ejecutivos. “De pronto la vida es muy linda, estamos en hermandad total con aquellos que llevan los mismos colores en el torso y las barreras desaparecen. En mi cuenta de Twitter, tengo una frase que caricaturiza el sentimiento de la hinchada: ‘Mi esposa, mis hijos y Alianza Lima, no necesariamente en ese orden’. Claramente, es una exageración total, pero refuerza la idea de que los otros tipos de relaciones humanas siempre serán de futuros inciertos, pero el club de fútbol nunca se olvida de ti y es para toda la vida”, agrega Bejarano.
Mística futboléra
Retrocediendo en el tiempoy revisando los eventos que marcaron el año del Alianza Lima, tanto Vilca como Bejarano encuentran factores que consideran fundamentales para que el equipo logre obtener el maravilloso desenlace que tuvo en el torneo local. Para Anaís, el campeonato estuvo definido por el ingreso de nuevas figuras al plantel e incluso el comentado regreso de Farfán. “Los entrenamientos y la dedicación que tuvieron muchos de los nuevos jugadores fueron indispensables para lograr el objetivo, esto por supuesto con la nueva dirección de Carlos Bustos, quien supo congeniar con el equipo desde que lo recibió”, señaló Vilca.
Por otro lado, Carlos destaca que el bajón a segunda categoría logró crear una mística distinta en el equipo y una dinámica poco materialista que pocas veces se ha vinculado a los futbolistas peruanos. “En su peor momento y con la mayor desgracia que les pudo pasar, tuvimos jugadores como el Zorrito Aguirre que decía que iba a continuar jugando en Alianza gratis. De alguna manera, el equipo encuentra unidad en la desgracia y demuestran que realmente tienen puesta la camiseta. Esto es algo que vemos incluso en el partido con Cristal, una inteligencia colectiva que los hizo funcionar solos”, agrega.
Lo cierto es que no existe una ciencia segura en el fútbol. Está la parte técnica, los entrenamientos y la mejor preparación física, pero también los tiros al palo, la sintonía del momento y a veces simplemente, suerte. “Podemos tener dudas de si Alianza merecía ser campeón después de ver los partidos con Cristal, pero no podemos negar que se ha consagrado como el equipo del año”, apunta enérgicamente Bejarano.
Metamorfosis pendiente
¿Qué es lo que le sigue al ascenso? Por ahora apuntar a seguir los pasos del equipo femenino y hacer un mejor papel en la Copa Libertadores. Sobre ello, Anaís destaca que su equipo tiene mucho historial siendo las marginadas del deporte rey y que si ellas lo lograron, los muchachos pueden apuntar a más. “Lo más importante es que el sentimiento de unidad que ahora tienen, no se desvanezca. Si una lección debe dejar este año para los chicos es que no vale tirarse para abajo con los títulos de equipos de ‘primera o segunda categoría’, solo existe el talento y la disciplina”, resalta Vilca.
Finalmente, Bejarano recuerda que nuestro país es uno de los que menos presupuesto maneja para sus equipos locales y la Copa Libertadores es un torneo en el que suelen ganar los que cuentan con mayor inversión. “En este torneo entramos a un terreno ya conocido. Los equipos peruanos siempre van felices, apuntan a meter uno o dos goles y basta. Normalmente, los que hacen una buena copa son equipos que manejan divisas más grandes y el Alianza Lima todavía tiene una metamorfosis pendiente internamente. En todo caso, la fe radicará en esperar que las cosas sean diferentes esta vez”, termina Bejarano.